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Ells

Pasé toda la noche rodando en la cama, observando las notificaciones de las llamadas de Alex, evitándolo a toda costa. No sabía si debía ir a hablar con él o si permanecer aislada hasta que sus llamadas cesaran por completo, indicándole que sabía lo que había hecho y lo duro que me había golpeado oírlo decir esas cosas.

Finalmente, caminé por casi media hora alrededor del lugar, indecisa, insegura de si debía tocar la puerta o no. Hasta que inhalé profundamente y lo hice.

Alex

Alguien golpeó la puerta tres veces e internamente rogué que no fuera ella. No podía haber elegido un peor momento.  

– ¿Quién es? –Pregunté caminando hacia la entrada.

 Me acerqué al visor y dejé ir un pesado suspiro antes de mirar detrás de mí y bajar el picaporte, encontrándome con una Ells cansada, ojerosa y más pequeña que de costumbre. El brillo de sus ojos había desaparecido y lucía sorprendida.

Ells

Alex lucía cansado y tenso, algo me preocupaba, obviamente que los moretones en su rostro eran lo suficientemente alarmantes en sí.

– ¿Y a ti qué te pasó? ¿La realidad te golpeó? –Inquirí sonando más dura de lo que quería.

–De hecho, fueron tres realidades, dos llamadas Nate y la otra Lucas. –Respondió señalándose las zonas de color violeta con una mano, mientras la otra sostenía la puerta para ocultar lo que fuera que estaba detrás de él y guardaba silencio.

–Ni siquiera me dijiste por qué. –Solté luego de unos minutos en los que solamente me analizó de arriba hacia abajo para observarme con los ojos caídos– Ni siquiera sé qué fue lo que hice para merecer esto, ¿dónde me equivoqué, Alex?

–Tal vez el "para siempre" no era para nosotros, nena. –Masculló encontrando sus ojos con los míos, esquivando mi pregunta por completo. Asentí varias veces.

– ¿Cómo relacionas el para siempre con lo que hiciste? ¿Por qué? –Insistí ansiosa porque me explicara.

–Es lo que oíste. –Dijo sonando fuera de sí– ¿Qué más quieres que explique? –Rió irónicamente elevando un brazo al aire en lo que revoleaba sus ojos por todos lados con tal de evitarme.

Me tomé un minuto para pensar cuidadosamente lo que iba a decirle, no quería perder en esta última pelea, al menos hasta que obtenga un por qué cuerdo. Sonreí de costado a la vez que cerraba los ojos y dejaba caer mi cabeza en dirección al suelo, oyéndolo suspirar pesadamente.

–Casi te tuve, ¿no es así? –Hablé sintiendo mi voz quebrarse, sorprendiéndolo ante la pregunta. Alex comenzó a golpear su pie izquierdo con nerviosismo, haciendo que ese fuera el único sonido en aquel momento. Había algo que quería decir, pero no lo hacía. Ladeé la cabeza con los ojos puestos en él, esperando intimidarlo un poco para que hable aunque la resistencia era mayor–Si no fui lo que tú querías, no digas que no te lo advertí. –Señalé logrando que me mirara– Te advertí sobre quererme Alex, iba a tener ojos sólo para ti y, como extra, también te pregunté en una ocasión qué era lo que querías de mí y respondiste que todo. –Dije sintiendo una fuerte presión en el pecho– O estás mintiéndome o hay algo que no quieres decirme.

–No hay nada más que quiera decir, al menos no ahora. –Habló sonando indiferente mientras elevaba un hombro– Fue bonito mientras duró, –masculló pasándose una mano por el cabello– prometo que iba a ser más dulce cuando terminara contigo, esta no era la manera.

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