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Alex

Llevaba casi dos meses sin dormir de manera decente, sin dormir igual de bien que cuando ella estaba a mi lado.

Cantar todas y cada una de sus canciones en televisión y luego ser interrogado a muerte hasta que el periodista oiga lo que quiere era una tortura. Muchos sospechaban que la chica de las fotos no sea solo una modelo o una amiga, sino mi novia y que no quería presentarla a la prensa o a mis fans, pero era una parte de la verdad, no quiero quela atormenten con fotos y comentarios en sus redes sociales que debe tener. Hablando de eso, una parte de mí estaba seguro que ella leía los mensajes que le dejaba y, si no era así, algo dentro mío deseaba que lo hiciera.

Aunque suene cursi, no pude evitar notar lo brillante que era todo cuando ella estaba conmigo, incluso en las sombras de la noche, cuando mi mundo se caía a pedazos gracias al idiota de Jeff y su presión constante, y todo lo que necesitaba era un abrazo que calmara la tormenta interior. Mi nuevo manager hacía que todo fuera diferente y más relajado, aunque sospechaba de mí y la "calidad" de mis presentaciones.

Encendí la televisión al mismo tiempo que me dejaba caer en el sofá e intentaba relajarme un rato. Cambié los canales hasta detenerme en un programa de chismes que estaba enseñando las fotografías de Ells y comentaba estupideces.

–Pero la chica es muy bonita. –Dijo uno de los hombres sujetando mi álbum entre sus manos. Claro que lo era.

–Sólo que no es del estilo de Alex, –respondió una mujer haciendo que la audiencia la abucheara– sólo digo que ella no luce como las otras chicas con las que ha salido.

–No todos los hombres tenemos un patrón como tú, Amelia. –Atacó el mismo hombre elevando una ceja, haciéndome sonreír ante el comentario.

Mi puerta sonó varias veces, logrando que levante mi cansado trasero de la comodidad del sillón para abrir y encontrarme con un Nate serio.

–No he hecho nada. –Me defendí elevando ambas manos.

–Y ese es tu problema. –Dijo pasando por un lado de mí hasta entrar a la casa y quedar detrás de mí. Cerré la puerta con algo de temor acerca del motivo de su visita, asustado de que vuelva a golpearme porque era bueno con ello.

– ¿Qué ocurre? –Pregunté pasando la lengua por mis labios en lo que volteaba en su dirección y me cruzaba de brazos esperando su respuesta.

–Tú ocurres. –Escupió arrojándome un libro al pecho que atajé con rapidez.

– ¿Qué es esto? ¿Un libro de autoayuda? –Reí tomando el pesado elemento entre mis manos para voltearlo y leer su nombre.

–Eso creí. –Masculló Nate riéndose de mi expresión.

"El pasado de las rosas: una novela escrita por Ells Hext, estudiante graduada con una pasantía directa a la editorial Cloud Republic, donde presentó este proyecto que inmediatamente quedó seleccionado como uno de los posibles best sellers del año."

– ¿Hace cuánto tienes esto en tus manos? –Inquirí enseñándole el libro prácticamente en la cara.

–Hace dos semanas. Ella lo envió con una dedicación a mi puerta, ¿a ti no? –Burló al mismo tiempo que yo buscaba la escritura al principio pero no la encontré– Esa copia es tuya. –Habló haciendo que lo mirara– Tienes dos días para leerlo. Ells hará una firma en la librería Boyce a unas cuadras de aquí, es tu última oportunidad.

– ¿Qué? –Pregunté estupefacto siguiendo sus pasos hacia la heladera de mi cocina– ¿Podré verla? ¿Dices que me dejarán entrar?

–Cálmate. –Indicó extendiendo su mano hacia mí– Es sencillo; tomas la copia de tu libro ya leído, subrayado, marcado y súper analizado contigo, haces la fila y te acercas a ella con la esperanza de que puedas decirle algo más que un "hola".

Writing ProcessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora