RUBÉN

"Mala idea"

Abrí mis ojos, estaba otra vez en ese sueño del bosque, al parecer algo me ata a este sitio. Era invierno en aquel lugar. La nieve estaba por cualquier lugar, algo me dice que tengo que caminar, dar una ronda, solo echar un vistazo, lo hice. El lugar parecía conocido, lindo. A lo lejos escucho otra vez, a los lobos, venían a mi dirección, estaba asustada, escuchaba sus agitaciones de animal por sus hocicos, sus aullidos y sus patas tocando la nieve del suelo, caminaban hacia a mí. Eran otra vez esos tres lobos me ven, tengo miedo, ellos lo huelen, lo sienten, lo notan, se detienen, están a 5 metros de distancia, aun así, lo siento como si estuviese a mi lado. Aúllan, y yo echo un grito.

**

Desperté, eran las 5 de la mañana, hora de ir a correr. Me levantó de la cama, me siento mal, algo en mi interior necesita liberarse, correr y sacar todo lo que trae en su interior al solo recordar lo que paso ayer, las posibilidades de que Rubén se haya matado eran algunas al igual a las que no, que alguien hizo ese trabajo sucio para eliminar a alguien, pero la duda en mi cabeza no me deja en paz si esa posibilidad de homicidio existiese, ¿por qué? La razón por la cual el asesino tuvo que matarlo.

Se que suena estúpido, pero no encuentro sentido a que una persona mate a otra sin ningún motivo, entiendo si es para defenderse, pero matar a una persona por el solo el hecho de existir es una estupidez, aunque claro, ¿Quién le haría caso a una chica que va resolver un caso de una persona que solo lo conoció una noche y se sienta con el derecho de juzgar? Simplemente es tonto, el motivo y yo.

Estoy lista para ir a correr, me hago una coleta y salgo de mi habitación. Había poca luz en aquella casa, era casi extinta por el hecho que apenas estaba amaneciendo al igual que el frío del invierno. Camine escaleras abajo y me fui de la casa, camine unos cuantos pasos fuera de mi hogar y decidí comenzar a trotar un poco para calentar, escucho a lo lejos un coche encenderse, volteo para ver ¿Quién era? Ya que había despertado mi curiosidad y la veo, aquella mujer, Charlotte, me detengo y la veo, ella me ve, ya sabe que me di cuenta de que sabe dónde vivo y que me iba siguiendo. Me pongo en una posición firme, trató de parecer ruda como un roble aunque por dentro me estoy pudriendo del miedo, cruzo los brazos, frunzo el ceño y ella solo me ve, trata de verme la misma manera en que yo la veo, sus ojos fijos están con los míos, sin dejarme de verme ni un solo segundo, estábamos allí, las dos, en medio de la calle teniendo una batalla de miradas a las 5 de la mañana, algo un tanto estúpido, tengo atado mi celular a mi brazo, sin despegar la mirada de sus ojos saco mi celular y pongo de memoria el contacto de Brown para informarle, a la hora de llamar, ella arranca y se va, respiro por fin, pero el alivio no se ha ido por completo por que de seguro me ha estado siguiendo y para el colmo, sabe dónde vivo. Colocó el celular en mi oído y le llamó. Suena, hasta que escucho su voz ronca y varonil.

— ¿Bueno, Diana? – escuche a Brown, al parecer apenas estaba despertando.

— Agente, ella sabe dónde vivo. – sentí que mi voz temblaba un poco al saber que tenía una acosadora.

— Demonios – lo desperté por completo, al igual que yo él estaba alterado por el acoso de Charlotte y su odio injustificado - ¿Qué paso exactamente?

— Estaba afuera de mi casa en su coche, me estaba esperando aparentemente. – narré los hechos – salí de casa para ir a correr y la vi en su carro, tuvimos un encuentro de miradas o algo así y tomé el celular para llamarle y salió huyendo.

— ¿Quieres que levante una denuncia o una orden de restricción? – me decía preocupado, no quería otro muerto a la mitad del bosque.

— No – traté de tranquilizarlo - ¿Qué les vas a decir para que lo hagan? «quiero una orden de restricción para una chica que sigue a otra en una ocasión» será mejor que esperemos y si intenta atacarme, allí voy a necesitar su ayuda – mi voz era trémula lo sentía – Brown, ¿le puedo pedir un favor?