I-10

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Las puertas del restaurante estuvieron abiertas para el trío, fue un viaje largo en donde Seungyoon se ofreció a llevarlos en su auto. El ego de Yoongi se bajo de un solo golpe, jamas en su vida había sido el copiloto, quizá era porque la única mujer que había llevado en éste era a su madre, pero estaba acostumbrado a tomar el volante, que sus manos se sintieron vacías y no supo dónde acomodarlas.

Nunca había tenido citas, pero si roces con chicas. La primera vez fue en primaria, de pequeño le gustaba una niña de su escuela, pero era tan cobarde que de verla a escondidas no pasaba. La segunda vez fue mas valeroso, se acerco a la chica y logró hablarle, lograron tener algo, Yoongi siempre fue un chico caballeroso y detallista pero fue su depresión quien se cernió sobre él; sepultando a ese valiente pequeño bajo tierra, dónde él mismo debía cavar para salir.

Pero aquel Yoongi del pasado estaba volviendo a renacer, poco a poco y con ayuda de esas mujeres que no le permitían opinar sobre el restaurante al que, por si no lo habían notado, fue invitado también.

—Conozco uno realmente cerca del Museo — comento su madre— He oído hablar mucho de él, pero nunca había tenido la oportunidad de ir.

—Bueno, ahora es cuando para visitarlo. He oído también de él y he tenido la oportunidad de ir varias veces.

—Dicen que es la mejor carne de cerdo— Siguió emocionada Eunwha— No puedo esperar para probarla.

—Probe una muy buena en Meat Grill Man*, pero esta un poco lejos de aquí— Kim se rió— Diría que mucho.

—¡Oh! Mi amiga tuvo la oportunidad de ir allá, ¡vino hablando maravillas de ese lugar!

—Y su amiga tiene razón Eunwha, algún día tendré la oportunidad de invitarlos.

—No te preocupes por eso, Seungyoon. Al restaurante que vamos también tiene buenas referencias.—sonrió— ¡A Yoongi le gusta mucho el Kimchi! Y dicen también que allí hacen los mejores.

Yoongi rodó los ojos, estaba comenzando a arrepentirse de haberle convencido venir con ellos. Sabía que en ciertos momentos amaría su compañía, pero ese mismo en el auto era exasperante, además temía a que abriera su boca demasiado, exponiendo el pasado vergonzoso de su niño. Abrió la ventana y dejó que el viento desorganizara su cabello, cerró sus ojos e inhaló profundamente, iba directo a una nueva prueba, tenía que enfrentarse a su fobia social por más de una hora.

Sería un caos, lo sabía.

Pero sería uno totalmente diferente.

El auto se estacionó cerca a las puertas del local. Al abrir sus ojos se topó con un pequeño restaurante, cómodo y acogedor, ladeó una sonrisa y se dispuso a bajarse primero para ayudar a bajar a las dos mujeres que le acompañaban.

—Gracias Yoongi— Seungyoon aceptó su repentina cordialidad.

Él asintió con su cabeza. Kim y Eunwha eligieron muy bien el lugar donde Yoongi pasaría toda la tarde, sabían que era mejor empezar con algo pequeño y no llevarlo a lugares donde seguramente huiría sin pensarlo dos veces.

Lo supieron sin necesitar hablar por más de 5 minutos.

Ambas querían lo mejor para Yoongi y ambas daban lo mejor de sí para hacerle sentir ese bienestar.

Entraron pidiendo la mesa cerca a la ventana y allí se sentaron a esperar ser atendidos.

—Tiene una linda vista a pesar de estar en un lugar muy concurrido. Pensé que solo veríamos personas pasar de un lado a otro— Yoongi comento mirando por la ventana.

—Pensé lo mismo la primera vez que vine—Kim le respondió— Pero en realidad es un lugar realmente tranquilo.

Yoongi le dió la razón asintiendo, el mesero llegó listo para escribir en su hoja la comida que traería. La indecisa Kim no supo que pedir, la conocían en aquel lugar precisamente por ello, Eunwha y Yoongi eligieron panceta de cerdo y Seungyoon se antojo...de Kimchi.

Three Weeks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora