III- 25

1K 139 14
                                    

Quedarse con él.

¿Quien lo hubiera imaginado?

Ni Yoongi creía lo que había dicho, cualquiera pensaría que estaba bromeando o que el agua se le había subido a la cabeza si hubieran estado al principio, allí, cuando por ningún motivo la quería cerca de sí. Ahora necesitaba de ella, no le gustaba depender de nadie y así aprendió a vivir, pero olvidó que no era fuerte, que se iba debilitando poco a poco a medida en que avanzaba por sí solo.

Necesitaba un soporte, un apoyo, una segunda mano, que lo alentará, lo motivará, lo animará y le hiciera ver por lo que valía la pena seguir viviendo.

Aquello fue lo que logró hacer Kim, y por más crudo que suene, Yoongi quería probarle a su depresión que se equivocaba.

Que sí lograría liberarse de ella.

Que iban a salvarle la vida aquellos que amaba.

Que no ganaría la batalla.

Tenía un trato consigo mismo, uno delicado, uno que le pondría fin a su era de dolor y sufrimiento, era verdad que no daba para más, pero quiso probarse.

"Si tanto quieres matarme, vamos, inténtalo otra vez, y está vez se innovador, que ya conozco la cuerda y el maldito revólver" Le dijo, por eso su desesperación y aturdimiento dentro del sanitario, por eso su puño sangrando, el conflicto consigo mismo debía terminarse dándolo por vivo...o muerto.

De ambas maneras descansaría. Pero vivir, vivir era su mayor evidencia.

Con delicadeza Seungyoon se fue sentando, de nuevo a ocupar el espacio vacío de su lado.

No era un buen momento para sacar su orgullo y pedirle que se fuera, no cuando horas antes se veía agonizando solo en el agua y esperando...esperando para que alguien pudiera sacarlo del encierro en el que casi pierde la vida. En el que probó que si podía ganarle, al darse cuenta de que su depresión era una cobarde, que prefería matar que morir.

Seungyoon le sonrió y acomodó su mano para entrelazarla mejor. Pero esa posición no era cómoda, para ninguno de los dos.

Así que Yoongi tomó la iniciativa y comenzó a correrse hacia la cabecera, allí la invitó a acostarse con él, con un leve tirón de mano. Ella obedeció sin decirle nada, solo se corrió para acomodarse y recostar su cabeza en su pecho.

Se quitaban el frío, la tristeza y la angustia, con solo tocarse.

-No quise preocuparte- Yoongi murmuró- No quise preocupar a nadie. Lo lamento.

Seungyoon dió un largo suspiro.

-La nota- se detuvo un segundo- ¿Qué significa, Yoongi?

-Eres la psicóloga-esbozo una pequeña sonrisa- Deberías saberlo.

-No,- tragó saliva- Ahora solo soy una mujer asustada...no quiero perderte, Yoongi.- confesó en un susurro.- He perdido mucho, no soportaría perderte a ti también.

Él negó con su cabeza.

-Llegaste a tiempo- le respondió.

Y fue allí donde Seungyoon, entendió todo. Su casi muerte y la razón detrás de ella. Parecía leerle la mente, pero años de experiencia la llevaron a tener aquello como un don.

The last, como esa canción que escribió y produjo, el último mensaje que enviaría, la última vez en que intentaría lastimarse.
Los 30 minutos pasaron a ser una hora, una hora con él, acostados en la cama, la estabilidad de Yoongi mejoró de una manera significativa, le agradeció a la medicina pero parte de su mejoría, fue gracias a la compañía de Kim.

Three Weeks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora