"El vuelo 9023 destino Bangkok, Tailandia" sonaba por todo el aeropuerto, eran las diez y veintiocho de la noche y podía verse a una joven morena con su pequeña maleta levantándose rápidamente de la silla donde estaba esperando durante un tiempo, pues todos sabemos que esperar en la sala de embarque puede ser hasta aburrido.
Pasó la zona de seguridad sin problemas, y al cabo de unos diez minutos, ya se encontraba en el avión (obviamente, en primera clase). Aprovechó que todavía tenía cobertura e intentó llamar a alguien, pero no daba señal: el móvil al que intentaba llamar ya no existe.
Se puso nerviosa, pero trató de pensar positivamente. En poco tiempo estaría en Tailandia, y podría volver a ver a aquella rubia que la volvía loca. Cogió aire, mantuvo la respiración unos segundos y lo echó, recostándose en el cómodo sillón que disponía. Se colocó los auriculares y se cerró en su mundo, y así hasta que en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba el avión aterrizando en tierra firme.
"เพลิดเพลินกับการเข้าพักของคุณ" no consiguió entender nada, esperó a que la misma voz volviera a decirlo en inglés y, finalmente, entendió que estaban deseándole que disfrutase su estancia en Bangkok.
Agarró sus cosas y bajó del avión, y saliendo de la estación encontró todo lleno de taxis, así que sin pensárselo dos veces llamó a uno y le preguntó por el hotel más cercano (y de mínimo 4 estrellas) que hubiera por el centro de la ciudad.
Ya allí, reservó habitación, ni siquiera pudo decir cuántos días estaría —no lo sabía ni ella—, así que algo cansada organizó la ropa y sus cosas, se dio un caliente baño y cenó, para después irse a dormir pronto. Mañana saldría en busca de ella.
* * *
— Pranpriya, te he dicho que recojas la mesa cuando acabes de comer —Se dirigía una señora de mediana edad a su hija, en tono serio—.
— Vaaaale —A regañadientes la rubia limpió la mesa, ayudando a su madre—, y te he dicho mil veces que no me llames Pranpriya.
— Ains, vale Lisa —Sonrió la madre desde la cocina y cuando su hija se acercó, aprovechó para cambiarle de tema—, oye, ¿has pensado ya qué harás? Con tu futuro, digo —Sonaba preocupada—
Lisa tragó saliva, desde que llegó a casa no se volvió a hablar sobre Corea del Sur, ni sobre la YG, y menos sobre Jennie. Trató de guardárselo dentro, pero tarde o temprano saldría este tema.
— Bueno, he pensado en trabajar con papá hasta encontrar algo —Decía mientras limpiaba los platos y terminaba de ordenar— Además, me encantan los dulces, con suerte puedo comer gratis.
El papá de Lisa trabajaba en una respostería, no era muy grande, ni muy famosa, pero Lisa asegura que allí se pueden probar los mejores dulces de todo el mundo. El padre de Lisa es chef, y durante años y años trabajando de lo suyo, decidió dedicarse a los postres, pues, a su única hija le encantan, y así podría darle alguno de vez en cuando.
— Me parece bien, hija —Dijo satisfecha— Hablaré con él para decirle que mañana te verá allí, seguro que le hace mucha ilusión —Le acarició la cabeza como si fuese aún una niña pequeña—
— Mamá, ya soy mayor —Se quejó Lisa con un puchero no muy convincente y se marchó a su cuarto, cerrando la puerta y tumbándose agobiada sobre la cama—.
ESTÁS LEYENDO
pretty or nasty.
Fiksi Penggemarlisa y jennie son trainees en la yg, y junto sus amigas rosé y jisoo intentarán superar los problemas que les acechan para formar lo que será el grupo que cambiará sus vidas.