Capítulo 4 "Cita"

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Es que solo bastó con verla en ese festival, algo dentro de mi me decía que ese día sería diferente y no me equivoqué, no me equivoqué porque ese alguien diferente que me pasó, saldrá conmigo esta noche.

Me encuentro tan emocionado por la cita de ésta noche, ya quería volver a verle, volver a ver esos ojos tan brillosos y grandes. Ver su maravillosa sonrisa que me arrebataba suspiros al recordarla.

...

Me cambiaba de vestimenta tan rápidamente, duraba al menos diez segundos frente al espejo con cada prenda que me ponía, no me sentía cómoda. Sentía que no era lo apropiado, pues investigué en internet el lugar al que iría y necesitaba algo para la ocasión.

Después de pasar un tornado por mis maletas, encontré un hermoso vestido color azul turquesa con adornos plateados brillantes en los tirantes. Ese era el vestido indicado, me miré al espejo una vez más y decidida salí de mi habitación para encaminarme a mi cita.

-¿Es en serio, así irás? -preguntó Nicole en cuanto me vio salir.

-¿Esta mal, me veo mal? -pregunté alarmada.

-Te ves fantástica Ailen -respondió Joshua al salir de la cocina- es sólo que está celosa.

-No te metas Joshua, no estoy celosa.

-¿Escuché que alguien está celoso? -preguntó Nathan.

-Ella lo está -contestó Joshua al señalar a Nicole.

-Se supone que deberías estar feliz por ella Nico, son amigas.

-Lo estoy, sólo que no quiero que salga lastimada -dio la media vuelta y se encerró en su habitación.

-No le hagas caso -dijo Joshua al acercarse a mi- te ves hermosa y si tú estás feliz, yo también lo estoy -me dio un abrazo.

-Tengo que irme, les agradezco chicos.

...

Estaba sentado esperando impaciente a Ailen, el reflejo que producía una luz de auto chocando contra la gran ventana, ocasionó que me levantara de inmediato para salir a recibirla, la gran corazonada que sentía me indicaba que por fin había llegado.

-Bienvenida señorita -le recibí en la entrada- después de usted -puse mi mano en su espalda, a la altura de su cintura.

-Es un hermoso lugar Chris -volteaba para todos lados, admirando cada detalle- no te hubieras molestado.

-Todo lo necesario para que está noche sea perfecta -le guiñe un ojo y me sonrió.

-Buenas noches, bienvenidos ¿qué desean ordenar? -preguntó el camarero y le dimos nuestra orden.

-¿Y a qué te dedicas? -rompi el gran silencio.

-Estoy estudiando mi último año en la carrera de artes escénicas. Vivo sola en un departamento cerca de la Universidad -le sonreía mientras la veía atentamente- sería algo bobo preguntar a qué te dedicas si ya lo sé -ríe- pero quiero escucharlo de ti.

-Bien, yo me dedico a la actuación, soy director también ...

-Disculpen, olvidé preguntar que desean de beber -se acerca el camarero.

-Podrías traer champagne, claro si tú estas de acuerdo Chris -volteo a verme y asentí.

Nuevamente el silencio incómodo se hizo presente, pero pese a ello, en ningún momento me sentí incómodo, me sentí el hombre más dichoso y afortunado. Tenía frente a mi a una mujer tan hermosa, admiraba todo de ella, no podía apartar mi mirada, veía sus ojos, su sonrisa e inclusive, ella me regalaba miradas que me hacían sentir un enorme revoloteo en mi estómago.

-Ya viene la comida -ríe.

El camarero puso nuestra orden en la mesa, sabía que debía hacer algo en ese momento.

-¿Te importa si capturo este momento en una fotografía? -pregunté apenado.

-Estaba a punto de preguntar lo mismo -respondió con una enorme sonrisa- tomemos ambos la foto.

En ese momento pude sentir como entrelazó su mano con la mía, sentí un gran escalofrío recorrerme hasta los pies.

-Ailen quizá sea demasiado pronto para decir esto pero es que la verdad estoy tan interesado en ti -noté de inmediato su expresión facial y me llenó de ternura- te he invitado esta noche para conocerte mejor, para saber de ti, de tu vida, de lo que me quieras compartir. 

-El interés es mutuo Chris, tú también me agradas, de hecho me agradas desde mucho antes -se sonrojó- eres mi amor platónico -apenada, bajó un poco la mirada.

-Esa si que ha sido una gran confesión, me has sorprendido -por dentro estaba que no me la creía- dicen que los platónicos son imposibles, pues no tendrás la dicha de conocerlos quizá en esa vida -tome ligeramente su mentón y levanté su rostro asegurándome que su mirada estuviese a la altura de la mía- tú ya me has conocido a mí y yo te he conocido a ti.

-Pronto me iré Chris -sus ojos se hicieron cristalinos- me quedan dos días exactamente.

Sentí un revuelco interior, como si alguien hubiese pateado fuertemente mi estómago, no sabía cómo reaccionar ante tal comentario. Pero me empeñé bastante para que olvidara ese pequeño trago amargo de su partida, me concentré en hacerla reír. Después de todo, cuando alguien te interesa harías hasta lo imposible por estar con esa persona.

Recuerdo que llegó un momento en el cual no pude contenerme y mínimo tomé su mano entre las mías, la acerqué a mi boca y deposité una suave beso sobre ella. Con ese gesto sentí demostrarle mis intenciones para con ella y así fue, porque se sonrojó.

...

Chris me llevaba al hotel en su auto, deseaba que algo más pasara esa noche con todo mi corazón, lo veía mientras él estaba concentrado en el camino y pensaba que no podía tener más suerte. Cuando él se percató de que lo veía, volteé discretamente hacia la ventana que estaba de mi lado, de reojo yo veía como él me observaba y en un instante algo estuvo a punto de suceder.

Nos tocó un semáforo en rojo y los dos volteamos a vernos, cuando reaccionamos, nuestros rostros estaban frente a frente, nos acercamos lentamente y cuando estuvimos a punto de besarnos, el claxon del auto de atrás nos asustó, tan pronto como Chris reaccionó, siguió nuestro camino.

Al llegar al hotel, me quedé por lo menos diez segundos cuando el auto estaba en alto total, era el silencio que se apoderaba y no lo podía soportar así que cuando estuve a punto de bajarme, Chris me detuvo atrapando mi mano y haciéndome desistir de bajarme de su auto.

-¿Cuándo tendré esa gran dicha de que suceda ese momento en el cual un auto nos interrumpió? -me sorprendí por su gran atrevimiento.

-Ok, yo creo que ese momento va a suceder ahora, cierra los ojos -me acerqué lentamente a él dándole un tierno beso en su mejilla.

-Creo que ya entiendo, ¿Te podré ver mañana? -preguntó temeroso.

-¿Tú qué crees? -sonreí de la misma manera que él hacía.

Bajé de su auto sin darle oportunidad de responder o de preguntar, ambos sabíamos la respuesta a tal pregunta. Corrí desesperada y feliz por los pasillos del hotel hasta llegar a mi habitación, me encerré en ella.

Me senté en la orilla de la cama, veía por la gran ventana las estrellas y la luna, las cuales habían sido testigos de la grandiosa noche por la cual había pasado.

Mi Maravilloso Imposible -Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora