Capítulo 40 "La primera verdad"

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*POV Ailen*

Cuando abrí los ojos esperaba encontrarme en la misma casa en la cual perdí el conocimiento,pero no fue así, desperté en mi habitación acostada en mi cama. Algo que se me hacía curioso en ese instante pero no le había tomado importancia,fue que pensé en ¿Quién me habría llevado hasta ahí?, si se supone que estaba con Evans.

Entonces reaccioné y a mi mente venían recuerdos de mi niñez, cuando me quedaba dormida en el sofá o en cualquier otro lugar que no fuese mi cama,mágicamente, eso creí al principio, despertaba en mi cama. Al principio creía que tenía poderes y me teletransoportaba a mi habitación,luego,después de crecer, me dí cuenta que esas teletransporaciones ya no eran igual. Mis padres me explicaron que ellos eran los que me llevaban a la cama y mientras todos estos recuerdos venían a mi mente,por otro lado yo buscaba a Sebastian o bien a Chris pero no encontré a nadie.

-¿Hay alguien en casa? -grité al ir bajando las escalera. Una de las puertas del piso de arriba se cerró,logrando captar mi atención y haciendo que subiera las escaleras, como era de esperarse y a juzgar también por mi situación,no calculé bien la distancia entre un escalón y otro, así que resbale, por suerte mía alguien estuvo ahí para detenerme. 

-¿Por qué nunca puedes fijarte bien donde caminas? -preguntó Evans entre preocupado y molesto- no me agrada la idea que vayas por la vida cayendo, todo por el simple hecho de no fijarte -me tomó entre sus brazos y me sentó en la primer silla que encontró- ahora voy a tener que preguntarte si te lastimaste, ¿Te lastimaste? -preguntó sarcástico al verme a los ojos-.

-Para empezar, no es que no me fije donde camino o no sino que la puerta se cerró y creí que alguien estaba arriba ya que nadie contestó cuando iba bajando -le contesté molesta-.

-Estaba en el baño -dijo Evans al quitarme el vendaje-.

-En la vida siempre van a existir caídas, admito que hay de caídas a caídas pero la enseñanza es la misma, te levantas de estas -él colocaba nuevamente pomada- y no, no me lastimé. Así que puedes dejar de hacer lo que estas haciendo y explícame ¿qué hago aquí? Y ¿quién me trajo?

-Aquí es tu casa y yo te traje -contestó Evans al terminar de ponerme el vendaje-.

-¿Y cómo me trajiste?

-En auto -contestó el con cierta diversión-.

-¿Dónde está Sebastian? -pregunté al ver a todos lados-.

-Fue a traer algo de almorzar, ya no debe de tardar -contestó e iba en camino a la salida-.

-Evans espera -volteó a verme- gracias -le sonreí de lado-.

-Contéstame algo -asenti- ¿Qué hacías ayer en mi casa?

-Quería hablar contigo -contesté cabizbaja- bueno, aún quiero hablar contigo.

-¿Sobre qué?

-Dejamos una plática pendiente, no hagas como que no sabes -volteé a verlo enfadada-.

-Te ves tan hermosa enojada -regresaba lentamente a mi-.

-¡Te odio! -me abalance a él cayendo en sus brazos- ¡te odio! -repetí al punto de lágrimas- ¡te odio tanto! -comencé a llorar-.

-Yo también me odio y ¿sabes por qué?, porque por más que quiera odiarte sigues siendo importante para mi, por más que quiera alejarte siempre quiero tenerte cerca -hundi mi rostro en su pecho- te busqué Ailen, te busqué ese día.

Mi Maravilloso Imposible -Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora