Capítulo 38 "Recuerdos"

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-¿No te sorprende verme? -dijo aquella mujer- ¿esperabas a alguien más, verdad? La mujer caminaba lentamente a mi dirección, el toque de sus tacones con el suelo, entraban a mis oídos como si fuese una agradable melodía, de lo que estaba completamente seguro es que ella acaparó toda mi atención. ¿Vas a dejar de verme como me ves? -preguntó ella al ya tenerla frente a mi-.

-Lamento ser tan bobo, es solo que no esperaba a nadie y menos a ti -contesté incrédulo por lo que mis ojos veían-. Se había ido y de nuevo estaba ahí, no sabía el motivo de su regreso aunque este fuese reciente, es solo que no creí que tendría el descaro de regresar, no después de todo. -Tengo una pregunta, ¿qué haces aquí,Nicole?

-Tenía una ligera intuición de que aquí estarías y mira -me señaló- aquí estas.

-¿Cómo sabes de este lugar?

-No hace falta dar tantas explicaciones -contestó ella-.

-Yo si necesito saberlas, dímelas -dije serio-.

-Esa noche en la cual Ailen dejó el restaurante yo salí del mismo a responder una llamada, fue de mi madre. Como soy de esas personas que no puede estar quieta en una llamada, caminé a la esquina de la calle y vi a Ailen a lo lejos, debo admitir que no sabía con quién estaba hablando sino hasta que llegué al hotel y vi la fotografía que publicó posando junto a ti. Al instante reconocí el lugar porque era la misma calle, la misma ropa que ella portaba y se me hizo fácil hacerle literalmente la vida de cuadritos -dijo ella sin hacer ninguna expresión en su rostro-. Probablemente sea muy tarde para pedir perdón pero vale la pena intentarlo, así que te pido disculpas Chris, es por eso que estoy aquí.

-La disculpa es acepta Nicole, creí que nunca te redimirías -sonreí de lado con sarcasmo-

-Yo tampoco, pero de alguna manera tienes que hacer que todo a tu al rededor cambie -dijo ella con una sonrisa en su rostro-. Lamento que no te vaya también como te va a ti.

-¿A qué te refieres? -pregunté curioso-.

-Nathan, el amigo en común que tenemos Ailen y yo, estoy dándome una oportunidad con él -respondió ella-.

-¿Qué tengo que ver con eso?

-Tú no estas con quien se supone que deberías de estar y es Ailen, es una pena. Estuve a punto de interrumpirla pero ella habló primero. -Antes de que digas algo, ya sé que en gran parte es mi culpa, bueno Chris, me despido de ti -extendió su mano a mi dirección- tengo que regresar a Washington.

-Que tengas buen viaje Nicole -apreté suavemente su mano- espero que te vaya de lo mejor en tu vida.

-Igualmente -dijo ella al darme la espalda e irse-.

Esa imagen de ella yéndose me recordó a Ailen, la mayor de las acciones que Nicole hacía cuando estaba conmigo siempre terminaban recordándome a Ailen. O será que actuaba como ella para llamar más mi atención.

Cuando estaba caminando de vuelta al lugar donde dejé mi auto desde un inicio, vi a Ailen junto con Sebastian en un restaurante, hice todo lo posible para que estos no me vieran pero fue en vano.

-¡Chris! -gritó Sebastian desde su lugar-. Yo seguí mi camino. -¡Evans! -gritó nuevamente Sebastian haciendo que volteara a su dirección- Ven amigo -me hizo señas con su mano indicando que me acercara a ellos-. Con un poco de desagrado me acerqué al lugar, cuando ya estaba completamente cerca, Ailen hizo un pequeño gesto de sorpresa y timidez, lo cual causó revoloteo en mi, pues era la misma imagen que vi, al conocerla. -¿Gustas quedarte con nosotros? -preguntó Sebastian al invitarme a sentar con ellos-

-No quiero incomodar, parece que están teniendo una cita -contesté al señalar a ambos-

-No sería ninguna molestia -dijo Ailen sin titubear- ¿Qué te pedimos? -me ofreció la carta del menú-. Le dí una pequeña repasada a la carta, terminé por señalarle lo que a mi me apetecía y ella se lo pidió al camarero. 

-Te agradezco -le sonreí de lado-. La noche siguió como una noche normal en la cual estas de mal tercio en una cita de tus amigos, si ya era incómodo estar ahí con ellos, lo era más el que no dejaba de ver a Ailen cuando ninguno de los dos se percataba. 

*POV Ailen* 

Estar sentada en la misma mesa que estos dos hombres, no lo había visto desde que me gradué y en cierto modo era incómodo porque esta vez, Sebastian y yo, no estamos fingiendo tener una relación. Con mi platónico sentado justo enfrente de mi y el hombre al cual quería de una manera inexplicable sentado a lado de mi, causaron cierto conflicto con mis sentimientos y emociones. -¿Algo más que deseen ordenar? -pregunté para romper el silencio que habitaba en la mesa-.

-No Ailen, gracias -dijo Chris con una sonrisa-

-No pequeña, gracias -contestó Sebastian al levantarse de su silla- Voy al baño, ahora vuelvo. 

Algo dentro de mi me decía que debería de aprovechar ese momento a solas para hablar con Chris, ¿pero qué se supone que le diría? -¿Por qué rayos no contestabas mis llamadas?, estaba tan preocupada por ti y tú simplemente decidiste irte por un buen tiempo. No piensas en los demás, solo piensas en ti -pensé-. -¿Qué tal va tu noche? -pregunté al darle un trago a mi vaso con jugo de naranja-.

-Va excelente, gracias por preguntar -me sonríe- ¿qué tal va la tuya?

-Va muy bien, no esperaba verte -reí nerviosa-. Esta mañana intenté contactarte pero no lo logré -dije con un poco de intriga-.

-Ah si -me enseñó su celular, el cual estaba apagado- estaba dando un pequeño tour por Boston y no quería distraerme con nada -me veía fijamente-. Juraría que esa mirada no era la misma de siempre, juraría que esa mirada la había visto en algún lugar pero por la situación mi cabeza no daba para más. -De hecho me encontraba cerca de la calle en la cual te cono -quedó en absoluto silencio-. Entonces entendí, a mi mente llegó la imagen de la calle en la cual nos conocimos y entendí esa mirada, era la misma mirada que él me regaló al verme por primera vez. 

-¿Qué hacías ahí? -pregunté con un nudo en la garganta-

-Nada -dijo cabizbajo en un pequeño quejido- solo pasaba por ahí. 

-¿Sabes que necesitamos hablar bien, verdad? -pregunté intentado calmarlo-.

-No le veo el caso a hablar con cierta serenidad, no va a cambiar nada Ailen y no sé si voy a seguir así toda mi vida -contestó él al punto de lágrimas-.

-Es que si no hablas, así vas a seguir toda tu vida -levanté un poco la voz-. Los pasos de que alguien se acercaba a nuestra mesa nos hizo callar, mientras Chris volteaba a otro lado intentado que se esfumaran las lágrimas que estaban a punto de brotar por sus ojos, yo por otro lado, intentaba contenerme para no correr a abrazar a Chris, eso lo quise hacer desde que lo vi. 

-Ya he pagado la cuenta, mi niña -dijo Sebastian al tomar nuevamente su asiento- ¿De qué hablaban?

-De lo que estuvo haciendo Chris el día de hoy -le contesté- ¿verdad Chris? -él volteó y asintió-

-Eso esta muy bien -dijo Sebastian con una sonrisa- ¿nos vamos? -asentí- bueno amigo, gracias por compartir esta noche con nosotros -le dijo a Evans quien se despidió de nosotros con una sonrisa forzada-.

No podía sentir lo que sentía, no podía estarle haciendo eso a Sebastian porque la verdad no se lo merece,pero pierdo completamente el control de mi fisiología cuando tengo a Chris frente a mi, siempre ha sucedido así y no creo que cambie, a menos de que algo más grande suceda. Lo único que siguió de esa noche fue que Sebastian y yo tomamos camino a casa, llegamos a esta y terminamos aquello que había empezado en la mañana. 

Mi Maravilloso Imposible -Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora