Capítulo 43 "La tercera verdad"

257 6 3
                                    

Narrador

Cada uno tenía sus propios problemas, cada uno luchaba por resolverlos de una manera que no afectara su futuro. Por un lado Evans se encontraba en su hogar, sentado en el sofá viendo un programa de televisión, haciendo todo lo posible por prestarle atención a la TV y no a sus problemas.

Por otro lado Sebastian estaba dando vueltas para un lado y para otro, pensando cómo poder acercarse a hablar con su chica después de todo lo ocurrido.

Y al último quedaba Ailen, quien estaba sentada en la orilla de su cama, viendo hacia el piso y con los recuerdos haciendo estallar su mente.

—Necesito hablar contigo, tengo que decirte toda la verdad, no quiero que te vayas y no quiero irme tampoco, pero es que también necesito que entiendas la situación, necesito que me entiendas a mi -pensó ella al repetir todo esto en su cabeza una y otra vez.

—¿Ailen? -preguntó Sebastian del otro lado de la puerta- necesito hablar contigo, ¿puedes?

—Adelante -respondió ella y Sebastian abrió la puerta- ¿qué pasa?

—¿Cómo estas, pequeña? -preguntó Sebastian al besarle la frente y sentarse a lado de ella.

—Dentro de lo que cabe estoy bien, ¿tú cómo estas?

—Te soy sincero, estoy triste -contestó cabizbajo- lamento todo lo que pasó el día de ayer -volteó a ver a Ailen con los ojos cristalinos- me desconozco, sé que no debimos estar así y lo siento mucho.

—Justamente de eso quería hablar contigo, aparte de algo más -pasó saliva en seco.

—Te escucho.

—Me sorprendió mucho el comportamiento de ambos el día de ayer, quise hablar contigo porque quería resolver el problema en ese instante, pero también sabía que necesitabas tu espacio y te lo dí -Sebastian tomó las manos de Ailen-. Ayer que salí de casa deambule por las calles, el sonido que hacía mi estómago me hizo detenerme en un restaurante, en ese restaurante me encontré al señor Zoley ...

—¿Qué te dijo? -interrumpió él un poco emocionado.

—Que le daba gusto verme y que parecía que no estaba agusto o contenta en ese momento, le dije que tenía razón -respondió ella viendo a Sebastian a los ojos-. Además me hizo una rara y pequeña seña, en ese mismo restaurante estaba Chris.

Los ojos de Sebastian se abrieron como platos al escuchar ese nombre, intentaba conservar la calma, pero el color de su piel cambió de un momento a otro, haciendo dudar a  Ailen de si decirle o no todo lo que pasó el día anterior.

—¿Y qué pasó? -preguntó él al limpiarse el sudor de sus manos y volver a tomar las manos de Ailen.

—Cenamos juntos -respondió ella y Sebastian pasó saliva en seco- hablamos de muchas cosas, tanto como del pasado, presente y hasta del futuro -Sebastian asentía disgustado-. Después de ahí salimos a caminar y -Ailen hizo una pequeña pausa, logrando alterar un poco a Sebastian.

—¿Y? -preguntó él al levantarse.

—No puedo seguir con esto -confesó Ailen de golpe-, no puedo seguir haciendo lo que hago, no puedo hacerme esto, hacerte esto, nadie se lo merece -Sebastian la veía incrédulo.

—No te estoy entendiendo -dijo Sebastian con los ojos cristalinos.

—No quiero seguir con esto, con nuestra relación, no quiero seguir con nada ¿entiendes ya? -preguntó Ailen con la voz a punto de llorar.

—Ya lo entiendo -respondió él al sentarse de golpe a lado de ella.

—Lo siento Sebastian, ya no puedo seguir con esto -Ailen se levantó de la cama y caminaba a la salida de la habitación-, en la noche volveré por mis cosas.

—No es necesario que te vayas -mencionó él con una lágrima corriendo por su mejilla.

—No lo hagas más difícil Sebastian -dijo ella entre lágrimas y salió de la habitación.

En el momento que se escuchó el sonido de la puerta cerrándose, Sebastian rompió en llanto y cabizbajo negaba con la cabeza una y otra vez, el consuelo lo encontró en él mismo, pues el se enredaba en un abrazo y se movía de un lado a otro intentando calmar su agonía. Pues la mujer que lo había vuelto de nuevo al mundo del amor, se estaba marchando de su lado y eso rompió el corazón de Sebastian en millones de pedazos.

Cuando Ailen cerró la puerta a sus espaldas, se recargó en ella y comenzó a llorar, después caminaba y bajaba las escaleras con sumo cuidado. Cuando por fin salió de la casa, se la pasó llorando en silencio todo el camino hasta llegar a su auto, cuando subió a éste, soltó sollozos y un llanto estruendoso. Recargó su cabeza en el volante y se apoyaba de el para no caerse, con todas las emociones a flote y sus ojos volviéndose un gran mar por las lágrimas que producía, así emprendió camino hacia el único destino que le deparaba.

...

Chris se encontraba desesperado, caminaba de un lado a otro esperando una sola señal, cuando por fin entendió que el caminar de un lado a otro no resolvía nada, decidió abrir la puerta de su casa para ir en busca de su destino. Resulta ser que, al abrir la puerta, su destino ya estaba enfrente de él a casi nada de tocar su puerta.

—¿Ailen, qué pasa? -preguntó sorprendido al ver a Ailen en el estado que se encontraba.

—Necesito hablar contigo -respondió ella al entrar a la casa.

—¿Por qué estas así? -Chris se alteraba cada vez más y más.

—No me hagas muchas preguntas, déjame hablar -Chris asintió-, Chris -suspiró ella- tú eres y sé que siempre serás mi maravilloso imposible, soñaba con conocerte y mi sueño se cumplió el día del festival. Esperaba eso, menos llegar a trabajar contigo, algo de lo cual me siento orgullosa y agradecida con la vida, son oportunidades que no se deben desperdiciar y por más mal que estuviésemos en esos momentos, aún así no dejaba de sentirme satisfecha pues, se estaban cumpliendo muchísimos más de mis sueños. Aclaro, no estuve con Sebastian para causarte celos, al principio si y él lo sabía, también estaba de acuerdo -Ailen dio una media sonrisa al recordar esos momentos-, después me enamoré de él como no tienes una idea y acepté ser su novia porque es algo que yo quería, porque es algo que anhelaba pues, estar conviviendo con alguien día y noche, hizo que creara algo más que un simple afecto de complicidad y amistad por él -Ailen sonrió ya que por su mente pasó la sonrisa de Sebastian-. Lo quiero tanto, demasiado diría yo, es el único hombre que he conocido que soporta cosas muy extrañas e inquietantes, no lo quiero por eso sino por todo aquello positivo que le ha dado a mi existencia, por eso he decidido irme de su lado -Chris abrió los ojos como platos y éstos también le brillaban.

—¿Por qué?, ¿qué finalidad tiene esto que haces? -preguntó él un poco sorprendido.

—No se merece nada de lo que le he hecho, nadie lo merece. Así como he decidido irme de su lado, también he decidido apartarme del tuyo -respondió ella con un quebranto-, lo siento Chris -mencionó ella al salir de la casa de él.

Mi Maravilloso Imposible -Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora