Capítulo 41 "La segunda verdad"

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*POV Chris*

Deambular por las calles de Boston solo, ya se estaba haciendo una ligera costumbre en mis días. Regresé al restaurante en donde fue mi primera cita con Ailen, sin esperar encontrarme con alguien al cual pudiese llamarle la atención mi presencia, entré al lugar sentándome en la misma mesa de aquella noche.

-Bienvenid-do -dijo el mesero con voz nerviosa- ¿qué desea ordenar?

-Gracias -sonreí- ¿me permites la carta?

-Lo siento -me entregó la carta- es sólo que no recibimos clientes como usted tan seguido -el joven comenzaba a ponerse más nervioso y yo revisaba la el menú-.

-¿Puedes traerme esto? -señalé el platillo- y champagne, por favor.

-Si señor Evans -el joven recogió la carta y se retiró a pasarle la orden al chef-.

Todo parecía perfecto, pedí el mismo platillo, pedí champagne y me senté en el mismo lugar de aquella noche, sólo faltaba una cosa, sólo faltaba la presencia de una persona y si, era la de Ailen. Minutos después de estar en perfecta soledad llegó el mesero con mi orden.

-Aquí tiene -dijo el joven al poner los platos sobre la mesa- ¿algo más en lo que pueda ayudarle?

-¿Usted va a seguir atendiéndome? -pregunté serio-.

-S-si joven ¿tiene algún problema con ello? -negué con la cabeza- me retiro, si necesita algo no dude en pedírselo -dijo el joven al retirarse-.

-¿Puedes traerme a Ailen? -pensé-. Por más que quisiera su presencia frente a mi era nulo, Ailen no podía leer mentes y por ende no sabría que yo la necesitaba, que necesitaba de su compañía esa noche.

Los antepasados decían que cuando pasabas la mayor parte del tiempo pensando en una persona, a esa persona le venía un recuerdo tuyo a la mente y por consiguiente esa misma persona sabría que al recordarte, podrías necesitar algo.

-¿Disfrutas mucho la soledad, eh? -preguntó a mis espaldas-.

...

*POV Ailen*

Una lesión en el tobillo no te va a durar para toda la vida, al cabo de unos días mi tobillo volvió a la normalidad y yo volví a mi vida cotidiana, sin temor de hacer algo que pudiese empeorar mi estado. 

Sebastian y yo habíamos tenido una pelea, como ya lo saben, las relaciones no son perfectas y siempre van a existir altas y bajas, sólo los que quieran permanecer juntos pueden superar sus problemas, además de que deben llevarlos de una manera muy madura para que la situación que acontece no pueda empeorar. No sabía si era él o era yo, el encontrarme en esa situación me hizo recordar la mini discusión que había tenido con Chris días atrás, no pueden llegar a compararse tales problemas pero, en relación a que en ambas se quedaron a medias, si podían coincidir. Por suerte, resolvimos a medias nuestra discusión, con la actitud que Sebastian demostraba en momentos después, logró que captara la idea, Sebastian necesitaba estar sólo. Haber discutido de esa manera no fue bueno, ni para mi mucho menos para él.

Necesitaba de un momento a solas conmigo misma, así que salí de la casa y comencé a deambular por Boston, sin darme cuenta que ya estaba en la esquina de la calle y sobre esta misma, el restaurante de la primera cita que tuve con Chris estaba en mis narices. Caminé a la entrada de este, con la intención de quedarme un buen rato y distraerme, entré sin esperar encontrar a alguien conocido, caminaba en dirección a la mesa de mi primera cita y al acercarme me dí cuenta de que está ya estaba siendo ocupada, al reconocer a la persona que estaba dándome la espalda, sonreí para mi misma y con mucha seguridad me acerqué.

Mi Maravilloso Imposible -Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora