Conducía sin rumbo alguno por las enormes y bellas calles de Boston. La decisión de apartarme de ambos en su momento creí, era lo mejor pero a medida de que avanzaba más y más los recuerdos de los momentos vividos me atormentaban y me hacían estar en un tipo de balanza.
Jamás los tomaría a juego, pero estar involucrada en este triángulo amoroso por mucho tiempo, puede ser tedioso y desesperante. Uno siempre fue mi amor platónico y el otro, lo empecé a querer como jamás había querido a nadie. Celos y ademanes que pasaban en nuestra relación, engaños entre todos ¿A dónde podríamos parar, a dónde tendría que parar yo?
La necesidad urgente de marcharme de Boston era alta, pero ¿Quién me aseguraba que ninguno de los dos iría a buscarme? El haber trabajado con Chris en esa película, el ser pareja de Sebastián y el escándalo en el que todos estábamos metidos, me había convertido en el centro de atención por mucho tiempo y dudaba muchísimo el que no me molestaran de cierto modo, no podía ir a ningún lugar, no sabía a dónde correr, a dónde esconderme.
—Antes de que te arrepientas y termines la llamada, por favor necesito que me escuches -dijo Sebastian.
—¿Te importa si te devuelvo la llamada? Ahora estoy un poco ocupada -dije sin apartar la mirada del camino.
—Esta bien, esperaré tu llamada.
Por el manos libres del volante, terminé la llamada y seguí mi camino sin dirección. Después de unos cuantos kilómetros recorridos, me encontré con un gran anuncio de un motel. Se estaba oscureciendo y el hecho de manejar por la noche no era del todo mi agrado. Aparque el carro en el estacionamiento del lugar, bajé y caminé hasta la recepción.
—Buenas noches, me gustaría reservar una habitación -dije con una sonrisa mientras sacaba el dinero de mi bolso.
—Señorita, buenas noches -dijo aquella ancianita- con mucho gusto, tenemos varias, de hecho casi todas -el gesto de tristeza me conmovió un poco- ¿Qué parte le agradaría?
—No conozco mucho este lugar, pero si al rededor es hermoso -le sonreí amable- me agradaría la habitación que está en la esquina.
Comenzó a tomar mis datos y los empezó a anotar en un pequeño libro, parecía ser que después de tanto me consideraba una visitante del lugar. A ese libro le faltaban muchas páginas por llenar y el hecho de que una ancianita dependía de el, me hizo tener una buena idea.
—Aquí están las llaves -las puso en el mostrador- que pase una excelente velada señorita -me sonrió gentilmente.
Salí de la recepción, caminé hacia el carro y tomé mis cosas. Subí unas escaleras de metal, caminé hasta mi habitación y mi sorpresa fue que todo estaba limpio, reluciente. La habitación tenía un olor a rosas, las sábanas olían a lavanda y todo parecía estar impecable, supuse que por no tener visitas muy a menudo, el lugar estaría descuidado pero me equivoqué. Tomé una ligera ducha con el agua templada que salía de la regadera y me senté en la cama.
Estaba ansiosa, confundida y sabría que me podría lamentar si presionaba el botón de llamar, no habría marcha atrás después de escuchar los tonos de espera para contestar.
—Creí que no llamarías -dijo él un poco calmado.
—La verdad es que me tomé mi tiempo para hacerlo, te he llamado, soy toda oídos.
—Antes que nada me gustaría saber si -hizo una pequeña pausa, dudoso de lo que estaba por decir- ¿Te encuentras bien?
—Me he encontrado mejor pero si, estoy bien.
—No me diste del todo la oportunidad de decir algo antes de que te marcharas, por respeto a todo dejé que terminaras y acepté de algún modo el que te fueras -carraspeo un poco- si me permites, en serio me gustaría decir algo, decir mucho para ser exacto.
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Mi Maravilloso Imposible -Editando
Fanfiction¿Cómo sería tu vida si encontraras a tu amor platónico y él se enamorara de ti? Si luchas por tus sueños y haces todo lo que esta en tus manos por conseguirlos, créeme, el resultado es el mejor del mundo, no te rindas, no los dejes ir, pelea por ell...