Idiota

4.4K 385 271
                                    

Hinata demoró tanto como pudo su llegada a los vestuarios, prefería mil veces soportar los regaños a viva voz de Kageyama que pararse ante Tsukishima, lo que se traducía en morir automáticamente de la vergüenza. Lo más probable es que el rubio central quisiese matarlo al ver su figura ingresar a la cancha, y claro, nunca más en la vida ayudarle con sus deberes.

Para su tranquilidad el equipo completo estaba en el gimnasio. Cambiándose a tras pies vistió el uniforme de práctica para iniciar con el entrenamiento de cara a los playoff de la prefectura. Entró saludando al grupo como todos  los días con los gritos de Tobio resonando en las paredes —acusándolo de ser un idiota por llegar tarde—, dando una fugaz mirada a su compañero que practicaba junto a los senpai.

Obviando el hecho de tener los ambarinos ojos de su igual de posición clavados en la nuca, haciéndole estremecer, Hinata trataba de enfocarse en el objetivo mas importante de su vida hasta ese momento: derrotar a Oikawa y a Ushijima para hacer que Karasuno alce el vuelo otra vez con sus negras plumas brillando a la luz del sol. Que los cuervos dominen el cielo de Tokio en primavera.

Tras el campamento de verano con los campeones de Kanto, las habilidades y la funcionalidad del equipo habían mejorado sustancialmente. Incluso el se sentía diferente, más ligero, más rápido, incluso más listo. Las enseñanzas de Kuroo y Bokuto sumando  los entrenamientos del abuelo Ukai, le permitieron abrir  nuevas puertas que iluminaron no solo su juego, si no también el su armador, el que tenía cuentas pendientes y personales con "el gran rey" Oikawa-san.
En realidad todo el equipo las tenía. Quedar eliminados en las clasificatorias para la Interhigh fue un golpe duro, nefasto, que mermó el espíritu de cada uno, demostrándole de la forma más cruel que solo eran unos polluelos recién salidos del cascarón. Pero ahora, estaban listos para emprender el vuelo.
Las derrotas solo suman experiencia, experiencia real, de esa que se marca a fuego en la piel, que hace arder los corazones débiles hambrientos por una victoria. Qué grita con fiereza cada punto arrebatado y ve desde la cima, con altanería, su propia fuerza.
Los cuervos se gestan  entre los escombros, sobreviven rasguñando de lo que tienen a mano, absorben cada gota, no desperdician ningún grano por ello es que sus cuerpos son inmortales, sus alas poderosas y sus garras filosas. Están acostumbrados a batallas complejas en donde se debaten la vida y la muerte. La bandada crece, se desarrolla, ataca y prospera unida.
Hinata lo notaba, su bandada de cuervos crecía no en número si que en poderío y destreza. Cada uno de sus compañeros— unos antes que otros— desplegaban sus alas y mostraban orgullosos su deslumbrante plumaje. Incluso el que no presentaba ningún tipo de motivación para avanzar: Tsukishima Kei.

— ¿Seras capaz de detener a Ushiwaka?*— Kei frunció en el entrecejo al escucharlo.  Hace un par de semanas le preguntó en un descanso de la práctica como vencería a uno de los mejores rematadores de la liga Escolar.

— Por supuesto que no, estamos hablando de uno del top 3 del país. Tal vez con algo de suerte, supongo.— respondió molesto.

— Pero alguien debe detener a Ushiwaka o no seremos capaces de derrotar a Shiratorizawa quiero decir ¡somos los bloqueadores centrales!.— respondió enfatizando sus palabras.

—¿Todavía estás pensando en ir contra un equipo top de la prefectura? ¿Qué tan sobre optimista puede ser?.— se volvió a quejar.

— Debemos derrotar a todo los que se interponga, asi que no hay diferencia— explicó con determinación. A lo que Tsukishima respondió cabreado

— Me sacas de quicio.—haciendo caso omiso a la queja, levantándose alzó el puño decidido.

— Si es imposible para ti, ¡entonces lo haré yo! — dandole una de esas oscuras miradas, Tsukishima irguió su 190 cm sobre él.

Por un idiota como tú [TsukiHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora