Who Are You In The Dark? | Camren

you was stupid

—¿Te volviste a meter en problemas, Camila? —su pregunta me tomó por sorpresa, aparté la mirada—. ¿Tienes una última oportunidad?

—La estúpida lo merecía —evadí.

La escuché suspirar—. ¿Golpeaste a una chica?

Solté el aire retenido en mi boca—. Se lo merecía. —moví mis dedos sobre el barandal, estaba nerviosa por lo qué me pudíera decir.

Regresé mis ojos a ella cuando no escuche una respuesta, estaba sonriendo—. ¿A qué amiga tuya insultó?

—Dinah y su novia. —asintió. Metí mi mano al bolsillo de mi chamarra, saqué un cigarro de mi cajetilla y mi encendedor.

—¿Sigues fumando?

Agaché la mirada—. Lo voy a dejar. —volvió a asentir, mis ojos subíeron a su rostro, mierda, sentía como se decepcionaba de mí, de nuevo, pero sabía que no lo iba a decir. Suspiré y guardé el encendedor.

—Nunca te voy a odiar, Camila. —apreté la mandíbula y guardé el cigarro.

—No quiero fumar —mentí mientras mi mirada regresaba a la entrada de la escuela. En ese momento la estúpida de la nueva salió de ésta, tenía un moretón en su mejilla. Nuestros ojos se encontraron y sonreí falsamente, ella imitó mi acto—. Esa es la tipa. —la señalé con mi cabeza.

—Es bonita, incluso de tu tipo —habló. La volteé a ver, incrédula—. ¿Crees que es estúpido?

Parpadeé—. ¡Sí! Es una estúpida homofóbica, jamás sería mi tipo.

—Así que eso era —su voz rasposa inconfundible llegó a mis oídos, giré la cabeza, la nueva estaba frente a nosotras—. Eres lesbiana, por eso estabas tan molesta.

Fruncí el ceño—. ¿Cuál es tu problema? —ver su rostro tan despreocupado, incluso después del golpe que le había dado, me hacía sentir una ira increíble, estaba por levantarme cuando sentí la mano de Alondra detenerme.

—Sólo venía a advertirte algo —hizo una pausa—. Tú iniciaste esto. —señaló su mejilla.

Mi expresión se tornó en confusión—. Tú te lo buscaste.

Sonrió levemente—. No te quejes después. —se alejó sin apartar su vista de la mía.

—Creo que con esa chica te metiste en verdaderos problemas —recalcó mi amiga a mi lado—. Deberías disculparte.

Elevé una ceja—. Imposible.

—Odio genera más odio, Camila.

Suspiré—. Odio que me des "consejos", porqué jamás puedo negarme a hacer lo que dices. —hice las comillas con mis dedos—. Pero definitivamente no me voy a disculpar con ella.

—¿Qué harás entonces? —observé el lugar por donde se había ido la ojiverde. Me encogí de hombros.

[...]

Entré a mi salón, estaba llegando tarde, muy tarde. El maestro me observó, confundido ya que yo jamás me retrasaba, debió ser algo nuevo para él.

—¿Puedo pasar? —asintió y entré por completo, me senté al lado de Ally, y entonces volví a encontrarme con esos ojos verdes. Se estaba burlando de mí. Entrecerré mis ojos, elevó una ceja y luego señaló su mejilla, volviendo a su expresión seria—. ¿Quién mierda se cree? —me dirigí a mi amiga.

—Esta vez no se va a salvar —aseguró.

Fruncí el ceño, extrañamente preocupada por lo que pudíera hacer mi amiga—. ¿Qué harás? —sonrió.

—Harémos —corrigió—. Ya verás.

Mis ojos regresaron a la ojiverde y luego a mi cuaderno—. Le prometí a Alondra que no me metería en más problemas. —¿por qué había dicho eso? Sacudí mi cabeza.

Escuché a la chica bufar—. Maldición, no me puedo meter en una promesa.

Fruncí los labios, mi vista volvió a la pelinegra—. Gracias.

Las clases siguíeron normales luego de esa charla, a la salida perdí de vista a Ally, así que me preocupé.

Todos corrían al patio trasero. Mierda, probablemente había ido a golpear a la estúpida. Corrí también y cuando llegué había una gran masa de gente que me impedía ver. Me abrí paso hasta llegar al frente y Ally estaba lanzandole un golpe a la tipa.

Joder, no tengo idea de porqué hice lo que hice, pero tampoco me arrepentía de haber salvado a la ojiverde de un golpe de Ally.