Who Are You In The Dark? | Camren

but i loved it

Rodé los ojos, Ally había estado reprochandome por el hecho de haber salvado a la estúpida durante todo el día y seguía haciendolo.

Corté su discurso cuando me sentí realmente sofocada—. ¿Fumamos juntas? —propusé para relajar el ambiente y saqué mi cajetilla.

La chica bufó—. No, creo que me tomaré un descanso de ti. —se levantó—. Te veo después.

Me despedí de ella con la cabeza, saqué un cigarro y lo moví aleatoriamente por mis dedos.

¿Por qué había defendido a una idiota? Creo me había tomado muy en serio las palabras de Alondra y no quería problemas. Y ahora eso no dejaba mi mente.

Realmente pensaba que otro golpe en la cara de esa chica no le quedaría bien, de hecho pensaba que el mío arruinaba su rostro.

—Tú... —mis ojos se posaron en la ojiverde parada frente a mí, estaba por volver a hablar cuando la interrumpí.

—¿Me acosas o algo así? Siempre sabes dónde estoy y eso es raro. —frunció el ceño.

—¿Acosarte? ¿A ti? —asentí—. No estás tan buena.

Sonreí—. "Tan buena" —repetí.

Puso esa cara seria, luego me quitó el cigarro de los dedos y lo colocó entre sus labios—. No necesito que una lesbiana me defienda.

Saqué mi encendedor—. Lo que digas. —se agachó para que pudíera encender el cigarrillo que acababa de robarme.

Nos observamos un rato, veía el humo salir de su boca de una manera experta; y no quería apartar mi vista. Lamí mis labios un par de veces hasta que apartó el cigarro de sus labios y lo colocó en los míos.

—No te metas en mis asuntos de nuevo —pidió—. Me puedo cuidar sola.

—Tienes unos ojos tan lindos, pero tu actitud mierda los opaca —le dí una calada al cigarro.

Sonrió falsa—. Lo mismo va para ti.

Expulsé el humo en su cara, extrañamente divertida—. Estúpida.

Me quitó el cigarro—. Fumar es malo. —lo tiró al piso y lo pisó. Mi expresión se convirtió en confusión.

Suspiré—. También estabas fumando. —me ignoró—. Igual tengo una cajetilla. —metí mi mano en mi bolsillo, la saqué y después la pasé frente a ella en modo de burla.

Rió sonoramente—. Eres tan idiota. —me la arrebató.

Fruncí las cejas—. Dame eso.

Me levanté e intenté recuperarla pero fue más rápida y estiró su brazo izquierdo hacia el mismo lado, impidiendo que ls alcanzara, elevó las cejas ante mi intento fallido. La tomé por el brazo, haciendo que su brazo izquierdo quedara más cerca de mi, luego recuperé mi cajita y me alejé rápidamente de ella.

—Eres buena.

Sonreí—. Lo sé. —aventé un beso al aire, la ojiverde fingió golpearlo con su mano—. Estúpida.

Se mordió el labio inferior, joder, ¿qué intentaba? Sabía que estaba buena, ¿se aprovechaba de eso de alguna forma?—. Deja de babear, Cabello. —un segundo, yo jamás le había dicho mi nombre; solté una risa burlona—. ¿Qué?

—En verdad me acosas.

—¿Por qué te crees tanto? —fingió desinterés.

—Jamás te dije mi nombre, y lo sabes, eso dice quién babea por quién, ¿no? —elevó ambas cejas—. Soltaste un detalle que no debías, estúpida.

—¡Dios! —exclamó—. Vamos en el mismo grupo, genio, lógicamente iba a escuchar tu nombre.

—No intentes arreglarlo, me acosas —bromeé.

Rodó los ojos—. Ni siquiera sé que demonios hago aquí.

Sonreí juguetona—. Estás aquí porqué me amas y quieres agradecerme que te salvé de ser noqueada.

—¿Noqueada? ¿Por tu amiga enana? —preguntó con tono incrédulo.

Asentí—. Así como la ves; enana y tierna, puede noquearme, así que estoy segura de que también puede contigo.

Elevó ambas cejas—. No golpeas tan fuerte, yo podría contigo —aseguró.

Fruncí el ceño—. Claro, te dejaré soñar. —me dí la vuelta—. ¡Te veo luego! —exclamé girando mi cabeza antes de irme.

La vi sonreír—. ¡Gracias, estúpida! —estaba segura de que me había sonrojado, por lo que corrí lejos de ese jodido intento de chica mala.

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