even in the worst

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Me encontraba pensando, Lauren estaba observando el mundo desde mi ventana, como si jamás hubíera visto. O hubíera vivido encerrada en una torre por toda su vida.

Sonreí, sería extraño que un unicornio estuvíera encerrado, pero supongo que sería un unicornio con síndrome de estocolmo, pues se enamoraría de su secuestrador, mejor dicho, "el dragón". ¿Yo que papel jugaría?

—Cabello. —volteó para observarme, hice un movimiento con la cabeza para que continúara hablando—. Debo irme.

Me incorporé en la cama—. ¿Debes?

Elevó una ceja—. ¿A qué juegas?

—¿Eh? —parpadeé confundida.

—No te hagas la inocente, ese papel no te queda conmigo —regañó—. No hagas esas expresiones tiernas para que me quede, está comprobado que funcionan para chantajear a las personas por... —la interrumpí.

—No. —levanté un dedo en señal de que se callara—. No intentes hacerte la inteligente conmigo, ambas sabemos que yo soy más lista.

Sonrió de lado—. Claro, a esto se refería mi abuelo al decir que discutir con un loco te volvía un loco, por más listo que fueras.

Fruncí las cejas—. Entendí lo que trataste de decir, estúpida.

—Vaya, ¡tenemos un ser pensante! —se burló—. ¡Aplausos!

Rodé los ojos—. En verdad, te prefiero callada, así no opacas tu belleza.

Soltó una carcajada leve—. La belleza de una mujer está en sus palabras y en su mente, no en su físico.

—De acuerdo contigo, pero en ti no aplica —mentí.

Elevó ambas cejas—. No necesito que una idiota me lo diga.

Sonreí fingidamente—. ¿No te debías ir ya? —hizo una mueca y vi un toque de decepción en sus ojos—. Broma, ¿sabes lo que es eso?

Me observó unos segundos, en los que me pareció que estaba sorprendida, y apartó la mirada—. Sí, pero te doy la definición otro día, debo irme.

Sonreí cuando recuperó su postura—. Te acompaño a la puerta.

[...]

¿Por qué?

Demonios, creí que por alguna razón nos habíamos hecho más cercanas, pero no, aquí estaba todo de vuelta, ni siquiera era capaz de mirarme a los ojos, genial.

Indispuesta a que siguiera con esta tontería, me acerqué hasta donde estaba hablando con un chico, creo que era el mismo de la fiesta. Vaya cosas.

—Hola, Lauren, pareces aburrida- —el chico me interrumpió.

—Estoy hablando con ella, ¿qué no ves? ¿No sabes respetar una conversación a la que no estás invitada? —elevé una ceja, supongo que eso era mi karma, o algo así.

—No le hables así, imbécil, ni siquiera estamos hablando de algo, el único que está hablando eres tú. —lo señaló—. Me harté de escucharte.

Tomó mi mano y nos apartó del tipo.

—Realmente empiezo a creer que tienes problemas de bipolaridad o algo así —comencé.

Sus ojos se posaron en los míos—. ¿Por?

—Me ignoraste todo el día, de hecho, iba a reclamarte, y resulta que me defiendes y me arrastras contigo a quién sabe dónde.

Sonrió—. No te ignoraba, sólo no sabía como actuar ahora, no soy muy buena haciendo amigas.

—¿Amigas? —fruncí las cejas. Volteó a verme confundida—. Las amigas no se toman de las manos.

Arrugó las cejas—. Lo hacen.

—Las cercanas tal vez, llevas muy poco tiempo conociéndome.

—Oh, dios, tú eres la maldita bipolar; te quejas porqué "te ignoro", luego te hago caso y también te molestas, ¿qué mierda, Cabello? —me soltó y extrañé su mano, sonreí.

—No me molesto eso, tu palabra "amigas" fue el problema, no soy tan complicada como tú —expliqué tomando su mano de vuelta—. Acompáñame fuera, necesito un cigarro.

Comencé a caminar—. ¿Qué tiene? No te estarás haciendo ilusiones, ¿verdad?

Negué—. Sólo la realidad.

Suspiró una vez estuvímos fuera—. No es como si fueras mi mejor amiga o como si fueramos a ser algo más, ¿entiendes? Soy heterosexual.

Encendí mi cigarrillo—. ¿Entonces qué?

—Eres algo así como la estúpida con la que me peleo, pero con la que a la vez puedo contar, supongo.

Who Are You In The Dark? | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora