Lunes 16 de octubre. Una vez más, el calvario se inicia para los jóvenes de tercer año. No solo deben soportar la horrenda y, valga la redundancia, rutinaria rutina de asistir a clases si no que también deben lidiar con que pueden ser la próxima víctima de un asesino serial. Como todos sabemos, eso no tiene nada de rutinario. Y gracias que no lo es.
Diego Rubén Lapaño fue elegido por T.A.I, aunque solo él sabe al respecto. Es el primero en intentar rendir cuentas a las reglas que el asesino estableció en un principio.
¿Cumplirá?
¿No cumplirá?
¿Asesinará a Gonzalo?
¿No lo asesinará?
¿Ignorará a T.A.I?
¿Le dirá a Damián?
Preguntas, preguntas. El único que conoce la respuesta es nada más ni nada menos que Diego.
La semana arranca con una increíblemente densa y tediosa clase de biología.
¿A quién le importan los transgénicos cuando están cazando y masacrando a todos tus alumnos? La profesora parecía tener cero compasión por los chicos. Incluso varios aseguran que es la menos empática de todas.
Ese día había un ausente: Martina Laverde. Sus faltas se hicieron recurrentes desde que T.A.I apareció en sus vidas. Ninguna de las chicas sabe bien lo que está sucediendo con ella últimamente.
Diego estaba sentado atrás de todo, como siempre. Su inteligencia y gran participación en las clases hacía que los profesores tuvieran que forzar su oído para escucharlo y sus compañeros se dieran vuelta a oír la respuesta.
Esa respuesta, con el tono particular que Diego tenía, solo irritaba aún más a sus compañeros. No soportaban sus aires de superioridad.
Una razón más por la cual Diego no estaba integrado.
Pero así como Ignacio observó a Ramiro cuando recibió el mensaje de T.A.I, hoy estaba haciendo lo mismo con Diego. Sabía que algo andaba mal. El tipo estaba muy callado.
Mariano e Ignacio eran los más perspicaces del aula, o al menos los que siempre demostraban su habilidad para descubrir detalles ocultos en las personas.
Tal vez hay perspicaces introvertidos que se guardan los detalles para ellos.
Tal vez hay perspicaces asesinos que se guardan los detalles para ellos.
Tal vez hay un perspicaz que es T.A.I.
O tal vez Damián se esté equivocando, y debería ir tachando la posibilidad de que el asesino puede estar oculto entre los adolescentes de tercer año.
Solo tal vez.
Damián estaba observando las cámaras del aula y no logró notar el detalle, puesto que no conocía a los chicos de toda la vida como para saber la forma en la que actúan normalmente.
De repente, Diego se levantó de su asiento sin razón aparente. Estaba con un buzo, a pesar de que no le hacía falta. Era un día soleado.
Caminó hasta la puerta y le puso la cerradura que la policía había implementado en todo el colegio para evitar cualquier tipo de peligro.
Lo que no se dieron cuenta es que la cerradura fue la causa del peligro.
-Diego, ¿qué haces? -preguntó la profesora de biología levantándose de su escritorio.
-¡No te me acerques! -respondió en un sollozo. La profesora ignoró su pedido y dió dos pasos más hacia Diego.
Boom.
Boom.
Dos tiros. Uno al estómago. El otro al pecho.
La profesora de biología cayó al piso. Su rostro aterrorizado fue lo último que los alumnos vieron antes de que su vida se desvaneciera. Los chicos no se levantaban de sus bancos.
Una profesora. Una trabajadora.
¿Qué culpa tiene? T.A.I no previó este daño colateral.
Las expresiones de Diego eran inexplicables. Estaba más horrorizado que todos sus compañeros juntos.
Damián ya estaba en la puerta con dos oficiales más. Intentaban abrir la puerta a toda costa, pero parece que les costaría un tiempo valioso. Segundos claves.
-Perdón. Me obligó. Yo no quería matarte, Gonza -agregó Diego apuntando su arma ante Gonzalo Perfón, que estaba en el primer banco paralizado.
-¡Rómpanla como sea! -gritó Damián desaforado. Terminó por dispararle a la cerradura, y por fin la puerta cedió.
Boom.
Un disparo más se escuchó tan pronto el comisario entró por la puerta.
Pero, señoras y señores, Gonzalo no fue quien lo recibió.
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Tu amigo invisible #1 [EN LIBRERÍAS]
Mystery / ThrillerEra un día cualquiera en el colegio... hasta que los alumnos de tercer año se ven involucrados en un juego perverso. Un asesino serial tuerce de manera psicótica las reglas de un juego de niños. Quien no logra adivinar quién escribió la carta, muere...