23. Revelación

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La muerte de Florencia solo trajo aparejado una cantidad preocupante de hechos irrefutables: la escuela Alfonsina Storni permanecerá cerrada por tiempo indeterminado; TAI se adjudicó su víctima más sangrienta y despiadada; los chicos de tercer año están más asustados que nunca.

¿Cómo no estarlo? El relato morboso de Lucas Orosco del cuerpo de su compañera colgado en el pizarrón ya es conocido por todo el aula.

Es evidente que Sebastián no es el único en cometer actos infantiles y despreciables.

En cuanto a aquel pelo que Damián encontró en la escena, el resultado cotejado tardaría por lo menos treinta y seis horas en revelar la persona a la cual pertenece. Horas interminables para el comisario.

Los chicos, en cambio, ahora solo podían sentarse a esperar que el calvario terminara.

Dicen que la unión hace la fuerza, y precisamente eso hicieron Darío y Gonzalo. Sabiendo que los dos estarían completamente desorientados en su hogar, Gonzalo invitó a su casa al último que quedaba de su grupo más cercano de amigos, Darío.

La tarde fue como muchas que compartieron en el pasado: una rica merienda y un buen Fortnite mezclado con algunos penales en el patio conformarían lo que para ellos era una diversión absoluta.

Incluso en los momentos más difíciles, las cosas más simples son las que hace a uno feliz. Darío y Gonzalo lo entendieron perfectamente.

La noche llegó con el pasar de las horas y trajo aparejada un descenso de la temperatura poco usual para el mes de octubre.

Darío necesitaría una sábana extra o de lo contrario se cagaría de frío, y aventurado sea aquel que desee desafiar al frío en medio de la noche. Podríamos incluso catalogarlo como un reto insano.

La cena transcurrió en silencio, y todos los destellos de alegría que en la tarde los chicos habían logrado emitir se apagaron con la llegada del frente frío y una noche sin estrellas.

Los dos adolescentes se fueron al cuarto de Gonzalo sin pronunciar palabra, pero no por una cuestión de ánimo si no por el simple hecho de querer evitar una conversación incómoda en la cena con los padres del anfitrión, que se podían poner muy hinchapelotas cuando tenían ganas.

-Boludo, que silencio había en la mesa. Peor que cuando descendió River. El fantasma de la B -bromeó Darío mientras se tiraba en la cama.

-La concha de tu hermana, bostero del ojete. Pecho frío -contestó Gonzalo tirándole un almohadón.

-Che, hablando en serio. Te tengo que contar algunas cosas -cortó en seco el huésped.

-¿No crees que ya tenemos suficientes cosas serias con toda la mierda que estamos viviendo?

-Ya sé, pero si no fuera importante ni te lo diría -contestó rápidamente Darío apoyándose contra la pared. Gonzalo estaba justo a su lado.

-Bueno, dale. Te escucho.

-No es tan fácil.

-Dale, tarado. Sabés que podés confiar en mí.

Darío le susurró algo al oído de su amigo, y Gonzalo cambió de forma muy repentina su expresión.

-¿Esto es en serio? -preguntó Perfón, el anfitrión al que al parecer le acaban de contar el secreto más grande.

-No, es una joda forro. Como si yo fuera a joderte con algo así -dijo Darío con un tono entre decepcionado y nervioso.

-Pero entonces, ¿cómo? ¿Desde cuándo? ¿Quién mas lo sabe?

-Lo sabía solamente Ramiro y no sé, no recuerdo la fecha. Creo que desde este año.

-Man, la puta madre eu. Me dejás helado.

-Si, ya sé. Me la tengo que bancar como puedo. No la estoy pasando bien. Por favor no digas nada.

-Me tenés acá para lo que necesites, amigo -respondió Gonzalo.

Los dos chicos ignoran una verdad absoluta: la revelación que acaba de dar Darío involucra directamente a TAI.

Y aquella revelación puede cambiar todo si sale a la luz.

Tu amigo invisible #1 [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora