24. Revelación II

8K 1.6K 944
                                    

Darío y Gonzalo no fueron los únicos en reunirse para unir fuerzas. Jazmín y Estefanía, amigas incluso desde antes que cada una naciera por la estrecha relación que comparten sus padres, coordinaron el mismo plan que los otros dos adolescentes habían concretado.

Obviamente, hay diferencias. Jazmín y Estefanía no son aficionadas ni del Fortnite, ni de los penales en el patio, ni de las disputas entre River Plate y Boca Juniors.

Ellas, por su parte, se retuvieron a charlas más bien precisas y orientadas a su vida y sus acontecimientos. Podríamos decir que es una tendencia típica en las adolescentes mujeres de la edad en la escuela Alfonsina Storni, que hoy está lejos de abrir sus puertas nuevamente.

-Jaz, me está pasando algo -dijo Estefanía a su amiga entrando a su dormitorio.

-¿Qué pasa, nena? -contestó Jazmín tirada desde el sillón.

-Me estaría chorreando el bife y no traje toallitas, ¿tenés para prestarme?

-Boluda, te dije que no hables así. Suena feo. Y sí, ya te traigo -contestó saliendo por una puerta lateral que conducía directamente al baño. Solo dos minutos más tarde, Jazmín ya venía con los suministros-. Acá están.

-Bárbaro, que velocidad -respondió Estefanía Durango dando un portazo, pero sin dejar de hablar-. Che, ¿qué onda vos con Gonza?

-Ahora nada, ni puedo pensar en eso. Antes estábamos en algo.

-¿Y qué incluye ese algo?

-Varias cosas. No voy a decir más.

-¿Garcharon?-preguntó Estefanía sin ninguna incomodidad saliendo del baño.

-¿Qué decís, tarada? Me lo comí unas veces y listo che, no puede ser que seas tan bruta para hablar. Yo siempre te digo las cosas con tacto, estaría bueno recibir lo mismo, viste -agregó muy ofendida Jazmín. Estefanía la miró estupefacta por unos segundos, y algo cambió en ella tan pronto empezó a hablar.

-¿Sabías que si no fuera por vos yo ya estaría muerta? -lanzó sin más Estefi, y la expresión de Jazmín se transformó radicalmente-. Los problemas con mi cuerpo, mi autoestima, los quilombos con mi viejo, las giladas de los pibes, el daño que me hice por un montón de tiempo. Pasaron tantas cosas, y vos siempre estuviste ahí. Siempre me escuchaste, siempre me calmaste, siempre me aconsejaste, siempre te tuve. Siempre. ¿Y sabes qué siento? Que nunca te lo agradecí, que siempre lo di por sentado. Gracias, gracias por todo. Te amo con todo lo que soy.

-Me dejaste sin palabras. Por vos, yo mato. Vení -contestó Jazmín abriendo los brazos para recibir un abrazo.

-Aunque después de todas las cosas que acabo de decir, todavía me queda la peor. Para esto necesito que no me juzgues. ¿Me lo prometés? -preguntó Estefanía.

-Te lo prometo. Pinky promise -dijo haciendo el juramento con su compañera.

-No me imagino estar sin vos, y hoy por hoy sabemos que en cualquier momento nos puede tocar. Quiero tener la certeza de que si voy a morir por lo menos va a ser de la forma en la que yo quiera.

-No me gusta a donde va esto.

-Amiga, estamos sufriendo todos. Se murió Marti, Flor, Diego, Pedro, Mariano y Ramiro. No quiero tener que soportar esto ni un segundo más. Me quiero ir de este mundo de mierda, y esta vez no es por boludeces mías. Basta.

-Estefanía Durango, que no se te ocurra seguir con la idea que me estás planteando.

-Quiero terminar con esta vida que no me dió nada más que un padre golpeador, una madre débil, un colegio lleno de pibes que se aprovechan de mi vulnerabilidad, un cerebro chiquitito que me hace llorar y sentirme menos por todo y un asesino serial que nos persigue -gritó Estefanía desconsolada. Jazmín tampoco pudo contenerse.

-No me hagas esto, Estefi. No de nuevo, por favor -susurró su amiga con una lágrima cayendo por su mejilla.

-Pero no me voy a ir sin vos, no me voy a ir a ningún lado. Juntas o nada.

-No termines la frase, no la termines.

-Dejemos las dos de luchar contra lo inevitable. La muerte.


La espera causa desesperación,

La espera causa temor,

Vaya a saber quien es el valiente,

De afrontarla sin pudor.


No hay quien pueda ser más fuerte,

No hay quien encuentre reparo,

El muro indestructible de TAI,

Solo causa destrucción a su paso.


Uno a uno van cayendo,

Los soldados se vuelven restos,

De una guerra sin fin,

Entre el justiciero y los ajusticiados.


Agárrese quien pueda,

Jueguen sus últimas cartas,

El show del asesino,

Se está quedando sin jornadas.


El acto final se acerca,

Tomará a aquellos bienaventurados,

Para darles una última lección,

De buenos y malos.






Tu amigo invisible #1 [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora