Capítulo 6

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Ana reía a carcajadas mientras yo refunfuñaba porque ella no sabía como se llamaba el martillo de Thor y decidí que nuestro nuevo lanzamiento culinario tendría ese hermoso nombre para evitar que más personas permanecieran en la misma ignorancia que mi mejor amiga. Cuando ella intentó por tercera vez decir Mjölnir, era yo la que se estaba destornillando de la risa y Ana argumentaba que habían cosas mucho más importantes en la vida que el nombre del martillo de una caricatura. Espero que no tenga un ataque cuando se entere del nombre de mis nuevos carritos de comida: Avengers, si no salvamos el desayuno lo vengaremos. Las cosas habían ido tan bien que se me ocurrió extender nuestras posibilidades con 6 carros en diferentes puntos de la ciudad para proveer de desayunos de calidad a más clientes. Como eterna enamorada del desayuno estaba casi dando saltos de emoción con el pensamiento.

Estaba disfrutando del domingo a pesar del frío, la calidez de mi familia y amigos en casa, me hacían sentir como si todo fuera perfecto. Sentí el timbre, caminé hacia la puerta, mi hermano corrió y llegó primero, no es nadie, me dijo con un brillo malicioso en los ojos. No había terminado de hablar y el timbre comenzó a sonar otra vez, luego de empujar la masa de músculos de mi hermano para el lado y amenazarlo con tirar su pizza a las palomas abrí la puerta para ver con horror la cara hinchada y la nariz ensangrentada de Tomás. Chris se reía a carcajadas y le indicaba a los demás que lo vieran como si hubiese creado una obra de arte.

El resto de la noche consistió en miradas de amenaza cortesía de mi hermano, como si no fuera suficiente con su cara destrozada rodeada de unas bolsas de choclos congelados envueltos en los calzoncillos limpios, que según él eran la mejor manera de sujetarlos.

Las pizzas estaban buenísimas. Nico hizo las masas, los demás ayudaron a picar las verduritas y yo hice mi famosa salsa de albahaca, mientras mi hermano no perdía ningún descuido para entrar en la cocina y meterse a empujones en la boca cualquier cosa comestible usando el hambre de Milou como excusa. Yo diría que sólo él se comió el equivalente a todo lo que comimos los demás y lo peor es que los marcados abdominales seguían tan definidos como si hubiese comido sólo una ensalada de verduras.

Abda, pobrias aacanzadme la saddijo Tomás mientras mi hermano contenía las ganas de largar una risotada, y le respondió:
Quiedes la sad de mad o la sad con ezpeciaz

Tuve que darle el codazo del pueblo para que dejara de mortificar a mi pobre amigo. Cuando éramos niños Robbie nos pegó el amor por la lucha libre y siempre me hostigaba yo terminaba sus groserías con un codazo del pueblo.

—¡Ay! Aurora da la impresión de que te afilas el codo antes de golpearmeyo lo miré con satisfacción mientras le levantaba mis cejas para mortificarlo.

Amelie entró corriendo a la sala en ese instante, había despertado con el alboroto y tal como mi hermano le encantaba ser el centro de atención. Chris la tomó en sus brazos y la llevó a la cama para hacerla dormir.
Mi pequeña princesa estaba cada vez más adorable, yo la vestía como bebé de catálogo y tenía disfraces de todos los animalitos del bosque, verla dormida vestida de cerdita con la cara, la manos y brazos, el pelo y mi hermano bañados en compota de manzana derretía mi corazón. Se ve que saco el apetito de Chris porque no se duerme a menos que esté engullendo alguna cosa.

Christian estaba haciendo un gran trabajo y yo adoraba verlos juntos, aunque la mayor parte del tiempo era un completo bruto, lo amaba y más que nada lo admiraba. Nuestra pequeña y loca familia de dos hermanos, un bebé, dos departamentos y mi gato eran lo máximo. Nos turnábamos para todos los quehaceres y las salidas terapéuticas de mi hermano como yo les llamaba, para que sintiera al menos por unas horas lo que era tener 25 sin ninguna responsabilidad. Visitábamos a los abuelos cada semana y Milou cada día nos tenía más atrapados en sus encantos que incluían esos rollitos carnosos en sus piernitas. Tanta felicidad me hubiese parecido imposible un año atrás y esperaba que siguiéramos así para siempre. Pero sabía que Chris se sentía sólo, cada vez hablábamos menos de mamá y papá porque esos recuerdos eran los que lo hacían sentirse miserable, nuestros padres consiguieron crear un ambiente tan feliz para nosotros. Papá amaba a mamá como si el sol brillara porque ella sonreía. Yo lo conocía tan bien que aunque siempre estaba lleno de energía y haciéndonos reír, se sentía culpable de no poder darle lo mismo a su pequeña adorada.

Luego de que los invitados se fueran a casa y puso a regañadientes los platos en el lavavajillas sólo para molestarme, lo encontré parado en la habitación de Amelie viendo como la luz de la luna transformaba ese rostro angelical en algo mágico. Le tomé una fotografía sin que lo notara, después mis pensamientos, que a veces parece que tienen vida propia comenzaron a fantasear en como se habría visto Lucas observando a mi Esperanza. La idea me dejó sin aliento, me hizo pensar en las dos cosas que más me gustaba evitar, determinar si ya estaba lista para abrir mi corazón y en Lucas.

No es que no pensará en él, siempre lo hacía. Ana había corrido de vuelta a mí apenas se enteró de lo sucedido, ella lo vio pelear con su padre y encaminarse hasta el aeropuerto. Cada cierto tiempo ella recibía noticias de su parte, algo así como señales de vida. Ella no me dio detalles y yo no se los he pedido, espero que consiga recuperarse, encontrar la paz y porque no; rehacer su vida. Es un hombre maravilloso que cometió errores, yo también los cometí, sé que es posible que haya una larga fila de mujeres donde sea que esté dispuestas a ser parte de su vida. A veces maldigo mi imaginación porque casi puedo ver a los ángeles de Victoria's Secret haciendo fila por kilómetros esperando una cita con él.

Haciendo un esfuerzo por alejar mis pensamientos de él, tomé mi Kindle agradeciéndole a Nate y Endlesscurl por hacerme tan feliz. Luego de seis capítulos y muchos sentimientos felices me dormí con una sonrisa en mi cara mientras tarareaba Bailando oh oh.

The Last ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora