Capítulo 25

2.8K 200 7
                                    

El nuevo sendero se sentía más liviano, los árboles perfumaban el aire e incluso Lucas dejó de tomar fotos compulsivamente para no desaprovechar el sol.

Lucas estaba demasiado silencioso y me dediqué a observarlo. El paso del tiempo y las circunstancias que habíamos atravesado lo habían cambiado mucho, su mayor debilidad en el pasado había sido el trabajo, pero ahora era evidente que tenía otras prioridades. Su carácter orgulloso y seguro de sí mismo había sido perfeccionado, no era el éxito el motor de sus acciones sino un propósito más elevado. Llevaba casi dos meses en la ciudad y habíamos hablado todos los temas menos de sus planes para el futuro.

Sentía profunda admiración por su labor en Asia y aunque me gustaban los cambios también me provocaban algo de ansiedad, especialmente porque sabía que teníamos que hablar.
Sentía que no conocía suficiente a este nuevo Lucas a pesar de todo lo que habíamos vivido. Quería saber más y me sentía intranquila, pero no me atrevía a preguntarle. Sin lugar a dudas esperaba lo mejor para su vida y para la mía, yo misma había crecido, cambiado y ajustado mi rumbo, pero por alguna razón me incomodaba no saber de sus planes y también aunque me negara a reconocerlo, me dolía la idea de verlo irse.

Estaba sumida en mis pensamientos cuando llegamos, las montañas se reflejaban en el agua cristalina y el olor de las flores silvestres perfumaba el ambiente.

Mientras yo descansaba y meditaba en la belleza del lago Lucas dijo que buscaría el mejor lugar para nadar. Toqué el agua con la puntita de mis pies y estaba perfecta. No se veían otras personas en el lugar y no corría viento por lo tanto el lago era como un espejo. Me senté en la ultima parte del muelle y escribí algunas cosas en mi libreta. Mis sentidos no procesaban tanta perfección, mi alma se sentía en paz y me sentía agradecida con Lucas por haberme traído. Estuve varios minutos absorbiendo todos los detalles de ese momento de la misma forma en que mi piel absorbía los cálidos rayos del sol. Tenía que imprimirlo en mi memoria porque una foto no le haría justicia. Sentía que la naturaleza hacía eco en mi interior y no quería sentirme alejada de esa perfección. Las cosas en mi vida estaban bien, pero quizás era hora de un cambio.

Podría dejarle mi departamento a Nina y viajar o pasar una temporada en las montañas o la playa. Sabía que podía confiar la compañía en manos de Tom.  Se había completado mi recuperación, si bien nunca iba a regresar al pasado ni recuperar a mi bebé, me sentía lista para una nueva etapa.
Estaba lista, no podía ver con certeza el futuro, pero quería vivirlo.
Por lo pronto lo primero era nadar así que me puse rápidamente de pie.

—Lo siento, no me di cuenta que estabas ahí —dije algo avergonzada al notar que había chocado con Lucas.

—Si quieres tocarme, no es necesario que finjas que no me viste— dijo con esa sonrisa socarrona, mientras a mí me hervía la sangre.

—¿Y porque se supone que iba a querer hacer algo así?— le respondí con una mueca de desprecio.
Hizovolar su camiseta como si le hubiera hecho un desafío ...mientras yo rodaba los ojos. ¡Y yo que pensaba que había madurado!

—Eres un engreído sin camiseta que no tiene nada que me sorprenda— dije para acabar con sus tonterías. Estaba a punto de responderme, pero estaba decidida a cortarlo, ya era suficiente, iba a terminar esta absurda conversación.

—No tie...— alcanzó a pronunciar cuando me puse frente a él.

—Si vas a seguir con la tontería de tus músculos, deberías saber que he visto mucho mejores— dije tratando de fingir convicción y continué.

—No sé que bicho te pico, pero me gustabas más callado. Tú me trajiste a descansar en las montañas y estaba resultando increíble hasta que lo arruinaste. Ahora sólo quiero nadar, relajarme y descubrir porque no puedo dormir sin ti—

The Last ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora