Capítulo 15 (Epílogo)

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Seis años después

Alec daba vueltas en la sala de espera, con una expresión de preocupación en la cara.

Magnus lo miraba con diversión, hasta que se mareó de verlo dar y dar vueltas.

-Tranquilízate Alexander, no deben tardar.

Jace se rio cuando Alec siguió haciéndolo, esta vez más rápido.

Simon estaba haciendo lo mismo, pero afuera, sólo que él se jalaba el pelo. Cuando Clary había bromeado acerca de que se iba a quedar calvo, Simon casi la mata.

Isabelle estaba en la sala de partos, y todos habían llegado al corriendo al hospital de Catarina cuando se enteraron. Alec y Simon eran los más angustiados.

Alec se frenó en seco cuando Madzie se puso en su camino.

-Papá- dijo ella con voz amenazante –Siéntate

Alec, cabizbajo, se fue a sentar al lado de Magnus, y Madzie se sentó en sus piernas.

Si Isabelle hubiera estado ahí se hubiera reído. En su lugar, Clary se rio como loca, hasta que Jace y Alec la callaron al unísono, para luego chocar los puños con una sonrisa en la cara.

Clary no volvió a hacer ninguna broma por el resto de la tarde.

Cuando por fin los dejaron entrar vieron a Isabelle, y a muchas más mujeres embarazadas, sólo que Isabelle era la única que ya había dado a luz.

Simon quedó embelesado cuando vio a su hija por primera vez.

Maryse le tomó una foto, que más tarde formaría parte del álbum familiar, y le demostraría a la pequeña Marina, lo mucho que su padre la quería.

Madzie había hecho un baile raro cuando se enteró que su nueva prima era una chica, y se lo había restregado a James (el hijo de Jace y Clary) por toda una semana.

Simon le había dado un beso a Isabelle en los labios, aún con su hija en brazos, pero Alec los había interrumpido aclarándose la garganta. Magnus le dio un golpecito en el brazo para que los dejara en paz, y luego lo había besado cuando Alec lo había fulminado con la mirada, sólo para que Simon los interrumpiera de la misma manera que Alec lo había hecho antes.

Alec casi le da un puñetazo, pero la mirada de Madzie lo detuvo.

- ¿Jace? – dijo una voz curiosa y sorprendida de repente – ¿Clary?

Cuando se dieron la vuelta para ver quién hablaba se encontraron con una chica rubia de risa escandalosa. La Chica malteada como había decidido llamarla Clary hacía un tiempo, Lydia.

-Oh por dios, ¿Lydia?

Lydia les dio una sonrisa, pero los miró apenada cuando vio que no podría acercarse a saludarlos. Ella también estaba embarazada.

Raj, su novio, la miraba enamorado desde una silla a su lado. Madzie los miraba curiosa desde una esquina, como preguntándose cómo era que esa chica conocía a su familia.

Clary le sonrió y se acercó a ellos, con Jace siguiéndola, y se enfrascaron en una apasionada y nostálgica conversación de cómo era que se habían conocido, y acordaron en ir algún día a tomar malteadas, como en los viejos tiempos.

Isabelle seguía platicando con su novio y su hermano de cómo había sido todo aquello y ellos la miraban con cara horrorizada. Isabelle sólo se reía de ellos, y señalaba a Clary. –Es la siguiente- le decía señalando su vientre.

-No, no lo quiero- decía una mujer a su lado, frunciendo el ceño y tapándose la cara con las manos, para no ver al bebé que acababa de ver.

Un hombre de traje lo veía con odio. ¿Cómo es que es tan cruel?

-Entonces empezaremos a alegrar los papeles de adopción, pero eso será muy tardado, pero empezaremos con encontrar unos padres adoptivos.

Madzie le dio a Alec una mirada inocente, como indicándole que quería un nuevo hermano.

Magnus intercambió una mirada con Alec.

Dejaron a Jace a cargo de Madzie, y se acercaron a la mujer y al hombre con traje.

-Hola- empezó Alec con timidez –Escuchamos un poco de su conversación...- Alec fue interrumpido por el hombre de traje. –Entonces, ¿Quieren adoptarlo? –dijo el hombre con ansia.

- ¿Podemos verlo?

La mujer se los dio al instante.

Ambos lanzaron una expresión de sorpresa cuando lo vieron. Un bebé de cabello azul.

Ambos se miraron enternecidos, y Madzie, escapó de los brazos de Jace para ir a verlo.

Todos estaban maravillados.

El bebé está en adopción pensaron Alec y Magnus antes de darse una mirada. Cuando voltearon a ver, Madzie estaba arreglando unos papeles con el hombre de traje.

Ambos se miraron alarmados.

-Sí, sólo deben firmar aquí- le decía el hombre a Madzie. –Pero eso sí, necesitan la autorización de la madre.

Todos la voltearon a ver.

Alec y Magnus la miraron suplicantes. Y ella, quien aún no se quitaba las manos de la cara, no los vio.

Alec se aclaró la garganta.

Ella se destapó los ojos.

- ¿Podríamos...? – Alec no acabó la pregunta cuando la madre empezó a asentir con firmeza.

-Por supuesto- dijo ella al instante - ¿Quién podría quererlo?

Hasta las enfermeras que iban pasando la miraron como si fuera una basura. Porque lo era.

Alec abrazó con más firmeza al niño, y Magnus se apresuró a firmar los papeles y pasárselos a Alec después. Contrario a lo que pensaba el agente de adopción, ese trámite fue el más rápido que se había hecho.

Cuando volvieron con el niño en brazos todo el mundo les empezó a sugerir nombres al azar.

Magnus los calló a todos con un grito.

-Ya tenemos el nombre- dijo con decisión.

Todos se callaron para escucharlo.

-Max- dijo Alec con simpleza.

Todos aplaudieron. En serio, todos. Incluso Lydia y Raj.

Maryse decía cosas como: Dos nietos en un día, uf, me va a dar un infarto, pero todos sabían que era su manera de felicitarlos.

Fue el turno de James de burlarse de Madzie. El nuevo miembro de la familia era un hombre.

Enseguida, Magnus e Isabelle empezaron a planear una fiesta.

Alec y Jace se quejaron.

-Magnus- decía Alec, negándose a que hiciera la fiesta

-Sabes cómo son mis fiestas- le contestaba Magnus- Siempre geniales, como yo

-Y tú sabes que no me gustan tus fiestas.

-No, lo que tú sabes, es como acabamos después de mis fiestas- le dijo Magnus pícaro.

Alec se sonrojó. Y para no tener que responder le dio un trago a el café que había ido a comprar hacía un rato.

- ¿Cómo? ¿Es por eso que se encierran? –preguntó Madzie, de repente interesada.

Alec escupió el café, y Magnus se empezó a reír.

Madzie los miraba sin entender.

Maryse fue por ella.

-No te preocupes, tu padre está loco- se alejaba con ella para llevarla a comer a el restaurante que estaba a dos cuadras. 

- ¿Quieres saber de la vez que se desmayó? – preguntó traviesa Maryse.

- ¡NO! - gritaron todos. 

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2018 ⏰

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Cuando el amor llegó a nuestras vidas (Shadowhunters)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora