Jace no había apartado su mirada de la chica pelirroja en ningún momento, no era que él fuera del todo estable con las relaciones, pero esa chica tenía algo que le había cautivado, tal vez fueron sus ojos lo que logró hacer que a Jace se le fuera la respiración.
Ahora se encontraba sentado en un camastro en una pose coqueta, por si la chica volteaba, pero es que se encontraba muy entretenida lanzándole arena a un chico de cabello marrón que se encontraba delante de ella, y a Jace no le agradaba para nada.
Los chicos rieron, y Jace apretó la mandíbula, Jace empezó a envidiar la forma en que se trataban, con tanta confianza que hacía que quisiera estar en su lugar.
El viento hizo que la cubeta del chico del cabello marrón se volara, y fuera a dar unos cuantos metros más allá.
-Ve por ella, yo no me pienso mover- dijo la chica pelirroja y se quedó plantada sin moverse
-Bueno...- dijo el chico de cabello marrón y tomó la cubeta de la chica pelirroja y la lanzó lejos.
Qué coincidencia pensó Jace, porque la cubeta de la chica había caído justo a sus pies.
La chica rodó los ojos y caminó en dirección de su cubeta, pero cuando llegó, Jace ya la sostenía entre sus manos y la examinaba con una mirada distraída.
La chica se quedó ahí parada frente a él esperando a que se la devolviera, pero Jace estaba esperando a que ella dijera al menos alguna palabra.
Los dos se quedaron callados por al menos cinco minutos
Jace subió la cabeza y su mirada chocó con una de intensos ojos verdes.
La chica le dio una mirada a su cubeta en las manos del desconocido y Jace comprendió que debía devolvérsela ya.
- ¿Es tuya?
La chica entreabrió los labios para contestar, pero sólo asintió con la cabeza, esperando que Jace se la entregara y se pudiera ir.
- ¿Y tu nombre?
La chica empezó a formar letras con los dedos, pero Jace no entendió absolutamente nada.
Frunció el ceño
- ¿Acaso eres muda?
La chica negó con la cabeza, y a Jace le desesperó el hecho de que no le dirigiera la palabra.
Jace sólo se le quedó mirando, y se dio por vencido, la chica no le hablaría, así que sólo le entregó la cubeta y la chica la tomó, se dio la vuelta y caminó dos pasos, pero luego volvió
-Odio mi voz- dijo en un susurro, como si temiera que alguien la fuera a escuchar.
Jace se sorprendió de que hubiera vuelto
- ¿Por qué?
La chica encogió de hombros, pero Jace pudo notar el dolor en sus ojos.
- ¿Quién eres?
La chica se aclaró la garganta y luego habló, esta vez un poco más fuerte
-Soy Clary Fray
-Jace Herondale
Le tendió la mano y Clary se la estrechó, incluso sonrió cuando Jace le dio un ligero apretón y empezó a zarandear su mano de arriba a abajo.
-Me agradas- dijo Clary, tomando por sorpresa a Jace, quien sólo le pudo dar un asentimiento, como si apenas analizara el hecho de que le había vuelto a hablar.
ESTÁS LEYENDO
Cuando el amor llegó a nuestras vidas (Shadowhunters)
De Todo¿Qué pasa cuando el amor llega a tu vida? ¿Qué deberías hacer? ¿Ignorarlo? ¿Besarlo? Tal vez sólo tengas que sentirlo...