Richie había esperado el viernes con ansias.
No es que él fuera ansioso o algo así, simplemente era curioso, o eso quería pensar.
El lunes, luego de proponer el juego de "verdad o reto" a Eddie, al llegar a su casa se había concentrado en escribir una lista de verdades que podía hacer que Eddie soltara. No pensó en retos, no es como si Eddie fuera a elegir los retos cuando era Richie quien los hacía.
Richie estaba más que decidido a obtener toda la información posible en aquel juego, porque ya se le agotaban las ideas para sacarle información a ese pequeño sin ser tan sospechoso.
Lo que el mayor no sabía, era que Eddie también había hecho una lista para obligar a Richie a soltar todas aquellas cosas que jamás diría frente a los demás perdedores.
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Richie creía que todo aquello que sentía por Eds era sólo una maldita y gigantesca curiosidad. Porque el más pequeño era muy interesante, demasiado. A veces era bastante reservado, y a Richie no le gustaba no saber lo que ese niño asmático pensaba. Él quería saberlo todo sobre Eddie, todo. ¿Por qué? porque era su amigo, su mejor amigo. Sí, sólo eso.
"No es como si me gustara, que me haya masturbado un par de veces (multiplicado por 1000 y elevado a muchos números) pensado en él no significa que me guste. Claro que no."
Cuando volvió a la realidad, recordó que se encontraba caminando hacia la casa de Eddie a las 10 de la noche, solo.
No es como si le diera miedo la hora, pero la señora K llevaba a su pequeño a dormir a las 9. Y él iba una hora tarde, y posiblemente Eddie hubiera sido vencido por el sueño, y quizá incluso podría ser que hubiera cerrado su ventana porque le daba frío y podía enfermarse.
Pero a pesar de todo, cuando Richie llegó a la casa del castaño y la rodeó para mirar el cuarto de este, vio a Eddie apoyado en la ventana y llevando una manta en sus hombros. Sin embargo, Eddie no vio a Richie de inmediato, ya que se encontraba mirando el cielo plagado de millones y millones de estrellas.
El más alto paró en seco al ver a Eddie tan distraído, tan ensimismado, tan bonito. El corazón le empezó a latir irregularmente, pero era agradable sentirlo latir tan fuerte. No le dolía, le hacía sentir vivo. Eddie lo hacía sentir vivo.
El más pequeño sintió una mirada en él, y bajó la vista encontrándose con los ojos de Richie que se veían inmensos a través de esas gafas que llevaba. ¿Por qué Richie no reaccionaba? ¿Acaso tenía él algo en la cara y sólo lo miraba para luego reírse?
Eddie no podía estar más equivocado.
- Hey, Richie, llamando a tierra -Habló Eddie con un grito susurrado-.
- O-oh, Eds, sí, ya subo -Gritó Richie-.
Eddie movió sus brazos de forma escandalosa mientras decía "Beep beep, Richie" , esperando que de ahí en adelante a Richie no se le ocurriera levantar más la voz. Richie sólo puso cara de pánico, una cara que duró sólo unos segundos, porque luego sonrió, y se dispuso a subir por las enredaderas al cuarto de Eddie.
- Los riegos que debo pasar para poder ver a mi princesa -dijo Richie en voz baja cuando al fin había conseguido entrar al cuarto de Eddie sin hacer ruido-.
- Yo no te he obligado a venir Richie, ha sido tu idea.
- Acabas de admitir que eres mi princesa, Eds.
- Sólo juguemos, ¿vale? Hay unas cosas que me interesará saber sobre ti, Richie. Me voy a divertir.
"¿Quieres desafiarme, cariño?
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"Yo nunca, nunca..."
FanfictionRichie siente una "leve atracción" por Eddie, pero le da miedo arriesgarse a expresarlo. Por esa razón, decide saber si el más pequeño siente algo por él. Aunque no encuentra una mejor forma que hacerlo a través de juegos, donde el "Yo nunca, nunca...