Eddie sabía que se había equivocado.
Que había actuado mal. Demasiado mal, de hecho.
Había lastimado a Richie. Y no sólo una, sino 2 veces.
Así que intentaría arreglar las cosas como fuera. Sin importar lo mucho que le costase.
Ese sábado estaba frío. Y Eddie no tenía permitido salir en los días así. Pero él ya tenía 16 (casi 17) años, no podía ser toda la vida un bebé de mami, ya no estaba en edad para eso.
Así que bajaría por su ventana tal como Richie lo había hecho tantas veces, e iría a hablar con él.
Le diría que, efectivamente, se había equivocado. Y que por supuesto, tenía todo el derecho a estar enojado y por el tiempo que quisiera; pero que por favor, no se alejara de él, ya lo había extrañado lo suficiente y eso no le gustaba para nada.
Y con ese pensamiento en mente, Eddie se puso el abrigo más grueso que encontró, rodeó su cuello con una bufanda y cubrió su cabeza con un peludo gorro de lana. Y así, pesando el doble de lo que pesaba normalmente a causa de su ropa, caminó a la casa de su amigo.
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Richie se encontraba en su cama, acostado de espaldas y con una manta cubriendo la mitad de su cuerpo.
El invierno estaba cerca, y eso sólo lo hacía sentirte más deprimido, ya que no tenía a Eddie a su lado para darle calor. Ese chico era tan friolento.
—Permiso.
Siempre en invierno Eddie estaba usando abrigos que pesaban más que él. Pero se veía bastante tierno, incluso en ocasiones caminaba como pingüino.
—Ehm... Richie.
También usaba grandes gorros de lana. Lo hacían parecer el hombre con la cabeza más grande del mundo.
—¡Richard Tozier!
¿Qué hacía Eddie en su habitación, vestido tal cual como él se lo había imaginado hace tan solo unos segundos?
—¿Qué pasa, Kaspbrak? —Richie intentó hablar de forma desinteresada, como si la presencia de Eddie en su habitación no le provocara nada—.
—Es que llevo aquí parado por casi un minuto, y tú solo mirabas el techo mientras sonreías. Sólo grité para llamar tu atención —Habló el castaño un tanto apenado—.
—Si quieres puedes sentarte. Aunque no sé a qué has venido. No hay nada pendiente entre nosotros que yo sepa.
—Ya basta, Rich. No podemos seguir así —dijo Eddie sentándose en la cama y apoyando su mano en la pierna de su amigo—.
—¿Quién te crees que eres? Escúchame Eddie. En serio necesito tiempo, necesito espacio.
—Juguemos a algo, Richie.
—No me estás tomando en serio, Eddie.
—Yo cedí a jugar "verdad o reto" contigo, acepta un juego conmigo. Quiero jugar al "yo nunca, nunca". Pero sólo contigo.
—No, Eddie. Es mejor que vuelvas a tu casa.
—Traje chocolate caliente —decía Eddie mientras sacaba un termo mediano de su abrigo—, aunque no está tan caliente ahora. Pero podemos beber esto en vez de alcohol.
—Eddie, en serio. Ve a tu casa.
Richie en serio no entendía. No quería ceder ante Eddie, pero el castaño, sin saberlo, ya tenía el control de todo.
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"Yo nunca, nunca..."
FanfictionRichie siente una "leve atracción" por Eddie, pero le da miedo arriesgarse a expresarlo. Por esa razón, decide saber si el más pequeño siente algo por él. Aunque no encuentra una mejor forma que hacerlo a través de juegos, donde el "Yo nunca, nunca...