"Yo nunca, nunca..."

12- "Primera cita... o algo así"

Richie se encontraba probando los muffins que había preparado Eddie tan sólo un par de horas atrás.

"Demonios, Eddie cocina como un puto ángel... Y también besa como uno"

Y es que no podía quitar al pequeño castaño de su cabeza. Ese niño placebos lo traía vuelto loco últimamente.

Así que lo invitaría a salir, algo así como una cita... o lo que fuera que hacían las personas que se gustaban y se besaban.

Usaría sus ahorros, no quería pedirle dinero a su madre. Y es que aún no quería contarle todo lo que había pasado. Aunque lo más probable, era que ella ya lo supiera, su madre era así.

Luego de dejar los muffins cubiertos con un mantel, corrió a su pieza a revisar cuánto dinero tenía guardado, para de esa forma planear algo.

"¿Desde cuándo empecé a pensar como un adulto responsable y toda esa mierda?"

Después de unos minutos, y luego de haber revisado su habitación completa en busca de dinero unas dos o tres veces, Richie había logrado reunir lo suficiente (mucho más que lo suficiente) para invitar a Eddie a una puta cita... o algo así.

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Era lunes, y Richie caminaba hacia el instituto para así encontrarse con los chicos, y ver a Eddie.

Hacía frío, mucho. Así que Eddie de seguro había ido bastante abrigado.

"Estoy seguro que ha logrado verse más gordo que Ben con toda la ropa que lleva puesta."

Cuando Richie empezó a reír de su propio chiste, alguien lo interrumpió tomándolo por la mochila.

  —Hey, Richie —decía Beverly mientras tomaba el brazo de este—. Te vengo siguiendo de unas cuantas cuadras atrás, incluso grité tu nombre, pero al parecer no me escuchaste.

—Ah, Bev... Mi cabeza se debe haber unido con la de abajo porque no escuché nada.

La pelirroja rió del chiste de Richie, y justo cuando dejó de hacerlo vieron a los chicos saludarlos desde adentro del instituto.

—Muy lenta Bev, quiero saludar a los chicos —y dicho esto, Richie comenzó a correr dejando a su amiga atrás—.

  —Hey bocazas, podemos estar cien grados bajo cero pero tú sigues sin abrigarte —le dijo Stan—. Deberías ser como Eddie, quien se pone como mil capas para protegerse de un resfriado que no llegará.

Y entonces Richie miró a Eddie, porque no se había atrevido a hacerlo antes. Y el castaño lucía tierno, su primer impulso fue abrazarlo, pero sólo apretó la mejilla del más pequeño, teniendo que mover la bufanda que este llevaba para poder hacerlo.

—Eres un idiota Richie —chilló Bev, quien recién llegaba a reunirse con los chicos luego de que el de gafas la dejara atrás—.

—Debiste correr conmigo, Bev.

—No podía. Por si no lo viste, vengo muy abrigada.

—Nop. No lo había visto.

Y así, Richie se ganó un tirón de pelo de parte de la pelirroja. Mientras tanto, Eddie seguía sonrojado luego de que Richie hubiera tocado su mejilla.

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—Así que vuelves de tu largo paseo de una semana, eh Richie.

—Awww, contaste los días que no estuve Ben. Estás rellenito de amor.

—Q-quien contó los d-días fue Eddie. Siempre e-estaba diciendo: "R-richie lleva dos d-días sin nosotros", "¿Habrá a-almorzado Richie h-hoy?"