Han pasado unos años desde que Rowan dejó atrás a su familia, ninguno de ellos tenía conocimiento de donde se encontraba o si todavia estaba con vida.
Fueron muchos los años en los que ellos la esperaron pero jamás regresó, aún así Bella fue la únic...
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Demasiadas bodas
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ROWAN NO SABIA QUE SENTIR en aquellos momentos, jamás pensó que ese día estaría más próximo a suceder que el suyo mismo. No se cansaba de repetirse una y otra vez como y cuando fue que sucedió todo eso.
Quizá después de librarse de los Vulturi, que todo estuvo en paz, que pudieron ser libres y crecer como familia en aquel pueblo el cual estaba lleno de tantos misterios y seres inimaginables.
Habían pasado ya unos años de eso, habían estado mudándose constantemente por el crecimiento acelerado de las niñas, Renesmee fue la primera en congelarse, ahora lucia como toda una adolescente de 18 años.
Se había comprometido con el joven metamorfo de la manada de Jacob, Seth habia demostrado ser un gran guardián a la par que un excelente compañero, aunque el tema de la inmortalidad les acomplejaban, ellos vivían los días como si fueran el último.
Harriet permanecería de 17 años por el resto de su existencia, el insumo de comida humana aún permanecía y el beber sangre humana de una bolsa de hospital, también. Aunque algunas veces cazaba por ahí junto a sus padres o Jacob.
A diferencia de Renesmee, Harriet había decidido no comprometerse ni tener alguna pareja por el momento, ella quería disfrutar de todo lo que tenía por delante antes de tener que compartir con alguien más, aunque algunas veces lo deseara, eran más sus ansias de conocer al mundo.
Aquel día estaba nublado pero con un excelente clima fresco, perfecto para los vampiros recién llegados a Forks. Una de las menores del clan estaba por casarse, y que mejor que en el sitio que la vio nacer.
Bella estaba emocionada por su pequeña, pudo disfrutarla todos estos años hasta ese día, finalmente la dejaría volar permitirle crear su propio clan o permanecer en el de su familia.
Rowan acompañaba a su hermana y su sobrina que se preparaban para el gran momento, mientras tanto Harriet recibía a los invitados que habían venido desde muy lejos para acompañar a la joven Cullen en su gran dia.
- Mi pequeña ya no es una niña - murmuró Bella al lado de su hermana.
