Ha pasado un año desde que los Pevensie volvieran a Inglaterra y Aslan sumiera en un enterno sueño a Aveline pero ¿Cuántos años han pasado en Narnia? ¿Quiénes son los telmarinos? El rencuentro del mayor de los Pevensie con Aveline les deparará otra...
Después de que los Pevensie se vistan y escojan sus armas, todos salimos de la cueva. Aunque no sabemos qué hacer, hasta que siento algo.
-Hay algo pesado en el agua- digo cerrando los ojos para visualizarlo mejor.
-¿A qué te refieres?- pregunta Edmund.
-Cerca de aquí, en un río, hay algo pesado, creo que es una especie de barcaza y que van dos personas con algo más pero algo más ligero, pero no parecen en absoluto narnianos- digo apretando el puño.
-Echemos un vistazo- dice Peter y sus hermanos le asienten.
Bajamos la colina y nos internamos en un bosque, para encontrarnos una especie de río o lago muy grande, le hago un gesto a los Pevensie y estos se agachan, cojo mi ballesta, saco un virote del carcaj y lo pongo en ella, me asomo de entre unos matorrales para ver a dos hombres vestidos con armadura, uno de ellos va remando y el otro sujeta una ballesta de madera con la forma de un águila en la punta. Pongo la ballesta a la altura de mis ojos y aprieto el gatillo. El virote sale disparando, silbando al cortar el aire y se clava en la madera de la barca.
Los Pevensie y yo salimos del matorral, llegando a una playa de rocas, listos a enfrentarnos a los dos hombres, que parecen tener en sus brazos a un enano.
-¡Soltadlo!- grita Susan tensando su arco.
Los dos hombres tiran al enano al agua, me coloco la ballesta a la espalda y Edmund, Peter y yo corremos a socorrerle.
Uno de los hombres prepara la ballesta, pero Susan es más rápida que él y le dispara en el pecho, el otro hombre del susto, salta al agua detrás de su compañero.
Peter se tira al agua para rescatar al enano, mientras que Edmund trae a la orilla la barca y yo mato al otro hombre de un corte limpio en la garganta.
Lucy se arrodilla al lado del enano y le corta las sogas que amarran sus muñecas, el enano se pone boca abajo y empieza a escupir el agua que había tragado accidentalmente. Miro de reojo a Peter, se ve tan apuesto mojado...Sacudo la cabeza, eliminando los pensamientos impuros de mi mente y me centro en la conversación.
-Soltadlo- dice el enano imitando a Susan con tono burlón, arqueo las cejas mientras pienso qué entiende el enano por gratitud- ¿No se te ha ocurrido nada mejor jovencita?
-Un simple gracias sería suficiente- dice Susan poniendo los ojos en blanco.
-No hacía falta que ayudaras a esos hombres a ahogarme- dice el enano señalando al agua.
-Deberíamos haberlos dejado- dice Peter con un aire de enfado.
-Podría haberte arrastrado hasta el fondo si hubiera querido con un simple chasquido de dedos- digo cruzándome de brazos y soltando un pequeño bufido.
-¿Por qué querían matarte esos hombres?- pregunta la menor de los Pevensie.
-Son telmarinos, es lo que saben hacer- dice el enano. ¿Telmarinos? Nunca había oído esa raza en Narnia en mi vida, puede que ellos sean la causa de que no encontremos narnianos en ningún sitio, aparte de este enano claro, que por unos instantes, me hizo recordar al enano que iba con el séquito de la Bruja Blanca y eso no me trae buenos recuerdos.
-¿Telmarinos? ¿En Narnia?- dice Edmund, parece que él sí sabe lo que son y también parece que pasar tanto tiempo dormida ha pasado factura a mi memoria.
-¿Dónde habéis estado los últimos siglos?- pregunta el enano.
-Durmiendo- murmuro lo suficientemente alto como para que el enano me oiga.
-Es muy largo de contar- dice Lucy soltando una pequeña risa.
El enano mira la espada de Peter, después me mira a mí y a mi collar para después posar su mirada en Peter otra vez y en lo apegados que estamos el mayor de los Pevensie y yo. Para intentar disipar sus dudas del todo, junto mis manos y creo un copo de nieve en ellas, se lo muestro al enano y justo cuando lo va a tocar, hago que arda y se derrita al instante, dejándole boquiabierto.
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-Decidme que no me estáis tomando el pelo- dice el enano mirándonos con detenimiento- ¿Sois vosotros? ¿Los reyes y reinas del pasado?
-Sumo Monarca Peter, el Magnífico- dice Peter tendiéndole la mano.
-Podrías haberte ahorrado lo último- dice Susan.
-Probablemente- dice el enano riendo, contagiándome su risa.
-Te sorprenderías- dice Peter desenvainando su espada y mostrándosela.
-No te lo aconsejo jovencito- dice el enano retrocediendo un par de pasos.
-A mí no- dice Peter señalando a Edmund con la mirada- a él.
Peter le tiende su espada al enano, él duda, pero al final acaba aceptándola. Edmund desenvaina su espada y el enano se prepara para el combate.
El enano no duda, da una estocada que es parada por poco por la espada de Edmund, el enano arremete contra él de nuevo, pero Edmund se agacha a tiempo, oh ¿Por qué estaremos haciendo esto? Tenemos cosas más importantes qué hacer, como averiguar qué ha pasado con el resto de narnianos o por qué han invadido los telmarinos Narnia en vez de enzarzarnos en un combate solo para entretenernos.
Salgo de mis pensamientos cuando el enano le da con el puño de la espada a Edmund en la nariz y Lucy grita su nombre.
-Oh ¿Estáis bien?- dice el enano con sarcasmo.
-Oye ya basta, tenemos mejores cosas que hacer que intentar matarnos- digo intentando terminar el combate, pero Peter me agarra del brazo, tirando hacia él y haciendo que mi espalda choque contra su pecho, miro a Peter con enfado y éste niega con la cabeza, yo me cruzo de brazos mientras resoplo, deseando que esto acabe de una vez.
Edmund le da al enano en la espalda, haciendo que Lucy suelte una leve risa, el enano gruñe y arremete de nuevo contra Edmund, éste le esquiva y le intenta dar de nuevo pero el enano se agacha. Edmund salta para esquivar una estocada, el metal sigue sonando durante unos segundos mientras sus espadas chocan y el enano va retrocediendo. Edmund da una estocada final y la espada del enano, o más bien, de Peter, sale volando, el enano se queda boquiabierto otra vez.