La llamada (Peter Pevensie y tú)

Cap. 8. ¿Aslan regresa a Narnia?

Aveline p.o.v

Proseguimos nuestra travesía a través del espeso bosque, Peter y yo vamos a la cabeza y el resto de los Pevensie y Trumpkin unos pasos por detrás. Reconozco estar distraída, lo suficiente para no escuchar el grito de alerta de Peter, lo suficiente para caer por el barranco...o eso es lo que yo creía, ya que Peter consigue agarrarme del brazo a tiempo, quedando casi suspendida en el aire y con solo un pie apoyado en la tierra (multimedia)

Peter se apresura a agarrar mi cintura y tirarme hacia él, para salvarme de una muerte segura.

-Gracias- susurro en su oído.

-¿Lo ves? Con el tiempo el agua erosiona la tierra y va...- dice Susan pero su frase se ve cortada a medio camino.

-Oh, déjalo ya- se queja Peter poniendo los ojos en blanco, todavía uniéndome a él.

-¿Se puede bajar?- dice Edmund.

-Sí, tirándose- contesta Trumpkin.

-No estábamos perdidos- replica Peter, separándome de él.

-Hay un vado cerca de Veruna ¿Os apetece nadar?- pregunta Trumpkin medio sonriendo.

-Antes que seguir andando...- le contesta Susan.

Nos disponemos a seguir este fatídico viaje cuando veo a Lucy quedarse algo rezagada, todavía al borde del acantilado.

-Vamos Lu...- mi frase es interrumpida por la sonora voz de Lucy.

-¿Aslan? ¡Es Aslan lo estoy viendo!- se gira Lucy con un brillo en sus ojos dando pequeños saltos de alegría y señalando al otro lado del barranco. Desvío mi mirada al lugar donde señala Lucy para encontrarme hierba, matorrales y árboles, pero ningún león con poderes mágicos- ¿No lo veis? ¡Está justo...!- Lucy se interrumpe a sí misma al volver a girarse a donde había visto supuestamente a Aslan, descubriendo que, verdaderamente, no hay nada- ahí...

-¿Lo estáis viendo ahora?- dice Trumpkin frunciendo el ceño e intentando vislumbrarlo.

-No estoy loca, estaba allí, quería que le siguiéramos- dice Lucy dirigiéndose a su hermano mayor.

Me agacho bajo la atenta mirada de los Pevensie y de Trumpkin, apoyo la palma de la mano sobre la tierra y cierro los ojos, concentrándome para visualizar al Gran León, pero parece que ni la madre naturaleza puede darnos un paradero de Aslan, simplemente porque no está en Narnia.

-Lo siento Lucy, mis poderes no captan ningún rastro de Aslan- digo levantándome.

-Igual tus poderes han fallado- me reprocha Lucy mientras el brillo de sus ojos va desapareciendo- ¿No tiene Aslan poderes también? Puede haberse ocultado para que no le encontraras.

-¿Por qué haría eso Aslan, Lucy?- digo cruzándome de brazos.

-Seguro que hay muchos leones en este bosque- dice Peter poniendo sus manos en los hombros de su hermana- y osos también.

-Sé reconocer a Aslan perfectamente- dice Lucy con dureza- y ese, era Aslan.

-Escuchad- dice Trumpkin- no voy a saltar por un precipicio para ir detrás de alguien que no existe y menos si ni siquiera la magia ha podido encontrarlo.

-La última vez que no creí a Lucy, quedé como un verdadero estúpido- dice Edmund.

-No es lo mismo Edmund- digo yo- Aslan desapareció cuando os fuisteis, no se le ha vuelto a ver.

Peter dirige de nuevo su mirada hacia donde estaba el supuesto Aslan, con una expresión de tristeza en sus ojos.

-¿Y por qué yo no lo he visto?- dice Peter, mordiéndose ligeramente en labio inferior.

-A lo mejor no mirabas- dice Lucy, no es que sea una respuesta muy coherente.

-¿ Y enotnces por qué mi magia no ha podido encontrarlo? Es decir, él me enseñó a usarla- digo pasando una pequeña llama de fuego por mis dedos.

-Lo siento Lucy- dice Peter, para después retomar el camino de nuevo, dejando a la pequeña Lucy confundida y triste a la vez.

-Puede que solo quisiera que lo vieras tú- le susurro a Lucy dándole un pequeño atisbo de esperanza.

-¿Tú la crees?- me susurra Edmund.

-No estoy segura- le susurro de vuelta, antes de volver con Peter y los demás.

Siento una pequeña punzada en el corazón, me llevo la mano al pecho y cierro los ojos, alguien está destruyendo el bosque.

Peter nota mi expresión de dolor y me para, agarrándome por los hombros.

-¿Qué te ocurre? ¿Estás bien?- dice Peter examinando mi cuerpo de arriba abajo- estás palideciendo.

-Alguien...está haciendo algo en el bosque- digo apretando los labios- puede que estén talando árboles o que lo estén quemando, pero duele, quema y el dolor se hace cada vez más intenso.

-Los telmarinos- dice Trumpkin realmente enfadado- nos las pagarán, a todos los narnianos.

-¿Oís eso?- dice de repente Susan y todos nos callamos, para percibir poco a poco el sonido de algo golpeando a algo y el barullo de fondo y creo, que soy la única que puede percibir, el sonido del agua corriendo.

-Sé dónde están- le digo a mis compañeros.

-¿De verdad?- dice Lucy sorprendida, alzando una ceja.

-Sí, cerca de un río, puedo oírlo, puedo...sentirlo, le están haciendo algo al bosque, no sé qué traman, pero no parece ser bueno.

-Alteza ¿Podéis llevarnos hasta ellos?- dice Trumpkin acercándose a mí.

-Sí, eso creo sí- digo mirando al bosque, intentando concentrarme, tras unos segundos, abro los ojos, sonriente- lo tengo, vamos- digo haciéndoles un gesto con la mano a los demás para que me sigan, pero parecen tan perplejos que ni siquiera reaccionan- ¡Vamos!

-Sus poderes nunca dejarán de sorprenderme reina Aveline- dice Trumpkin haciendo una leve reverencia.

-Oh, vamos Trumpkin, hemos pasado el suficiente tiempo juntos para que puedas tutearme, así que puedes hacerlo, no pienses que soy tu reina, simplemente que soy una mera compañera de viajes- digo acelerando el paso y empezando a correr para intentar llegar hasta los malditos telmarinos. Intentando evadir la molesta punzada en mi corazón.