Cap. 10. Narnianos.

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Aveline p.o.v

-¿Me estás siguiendo?- pregunto retirando la espada de su cuello.

-Eh, no...- dice Peter rascándose la nuca- solo venía a...recoger ramas para la hoguera.

-¿En el mismo lugar que yo? Hay demasiado bosque para los dos, te lo aseguro Peter- digo poniendo las manos en la cintura.

-Está bien, solo quería pasar un rato contigo a solas- admite Peter acorralándome contra un árbol, agitando nuestras respiraciones y elevando la temperatura de nuestros cuerpos.

-Peter...- susurro mirando a sus ojos color aguamarina. Peter une nuestros labios mientras pone una mano en mi cintura y otra en mi cuello, agarrando algunos mechones de mi pelo. (multimedia) Así es como comienza la acción.

Pongo las manos en el pecho del rubio y empiezo a besarle el cuello, succionando para dejar pequeñas marcas en él, para que sepan que es mío. Peter gruñe y me empuja más contra el árbol para tomar él las riendas. Peter me besa para después bajar hasta mi cuello, dejando un rastro de saliva a su paso. Gimo cuando noto que me da pequeños mordiscos en el cuello, revolucionándome de arriba abajo, Peter pega su cuerpo al mío, pegando su miembro, algo erecto ya a mi intimidad, creando fricción entre ellos causado por los movimientos de Peter al besarme. Peter y yo gemimos a la vez, parece que ninguno puede aguantar las ganas de sentir nuestras pieles juntas, unirnos en uno solo.

Peter dirige su mano hacia mi espalda e intenta desatar el cordón de mi vestido, cuando le agarro por la muñeca, haciendo que pare hasta sus besos y que dirija su mirada a mis ojos.

-Peter, ya basta, esto se está descontrolando un poco- digo apoyando las manos en su pecho y empujándole suavemente.

-¿Vas a dejarme con las ganas?- dice Peter haciendo un puchero.

-Debemos regresar- le imploro cruzándome de brazos.

-Este amiguito de aquí no puede aguantarse- dice Peter señalando a su entrepierna.

-Pues dile a tu amiguito que se calme en el camino de vuelta al campamento- digo agachándome para recoger las ramas que habían caído al suelo.

Peter resopla y me ayuda a cargar con las ramas, cuando volvemos al campamento, hacemos un círculo con piedras y ponemos las ramas en él. Creo una llama en mi mano y prendo las ramas, creando así la esperada hoguera. Trumpkin ensarta en un palo los trozos de conejo y los pone al fuego para asarlos y poder comérmelos, saco las bayas que había cosechado antes y cada uno se sirve las que quiere, miro a Peter que todavía parece acalorado y Susan nos dedica una mirada de confusión, yo solo suelto una pequeña risita y me dispongo a comer el trozo de conejo que ya se ha cocinado en la hoguera. Cenamos en silencio, ya sea por el hambre o porque no hay ningún tema del que hablar. Tras terminar el conejo cada uno se tumba en la hierba para intentar conciliar el sueño, me tumbo al lado de Peter, de cara a él.

-Eres malvada ¿Lo sabías?- me susurra Peter.

-Me lo dicen todos los días- digo con sarcasmo, Peter ríe y me agarra, tirándome hacia él, entierro la cara en su pecho mientras él me rodea con sus brazos para darme calor- buenas noches, Sumo Monarca.

-Buenas noches, Señora de Cair Paravel- dice Peter dándome un beso en el pelo, suspiro y cierro los ojos, durmiéndome casi al instante.

(...)

-Aveline, despierta- dice Peter sacudiéndome.

-Mph Peter ¿Qué ocurre?- digo soltando un pequeño gruñido y frotándome los ojos.

-Lucy, ha desaparecido- me susurra Peter, intentando no despertar a los demás.

-¿Qué?- digo separándome de él, miro hacia donde supuestamente Lucy dormía y sí, ha desaparecido- vamos Peter, tenemos que buscarla, si los telmarinos la encuentran antes que nosotros, está perdida.

Agarro la muñeca de Peter y los dos salimos corriendo.

Tras unos minutos caminando, encuentro a Lucy, acariciando un árbol.

-Ahí está- digo señalando a Lucy pero Peter me tapa la boca con una mano.

-Shhhh- dice Peter- mira- señala a un minotauro - quédate aquí, iré a por Lucy, por favor que no te vean.

Asiento y Peter me destapa la boca, me escondo entre unos matorrales y Peter, sigilosamente, se acerca a su hermana.

-¿Aslan?- dice Lucy, pero Peter le tapa la boca y la esconde detrás de una piedra grande.

Peter p.o.v

Me acerco a Lucy y le tapo la boca justo cuando pronuncia el nombre de Aslan, al principio se asusta, pero al ver que soy yo se calma. Me asomo para observar al minotauro que custodia esta parte del bosque. Miro a Lucy y me pongo el dedo índice sobre los labios, después salgo de detrás de la piedra, desenvainando silenciosamente mi espada, en cuanto me dispongo a atacar al minotauro, una figura se me abalanza y empezamos a pelear.

Es un chico, de más o menos mi edad y que maneja muy bien su espada por cierto, pero eso no significa que sea mejor que yo.

Le doy con el mango de la espada en la mejilla y con un ágil movimiento, tiro por los aires su espada. Aún sin espada, consigue evadir mis estocadas, mi espada se queda clavada en el tronco de un árbol y el chico me da una patada en las costillas.

Aveline p.o.v

Observo, a mi pesar, la pelea entre ese extraño y Peter, pero cuando la espada de Peter se queda clavada en el tronco de un árbol y el extraño golpea a Peter en las costillas, no lo dudo, con mis poderes, creo una espada de hielo y salgo corriendo de entre los matorrales. Me interpongo entre Peter y el extraño, poniendo el helado filo de la espada en su cuello.

Aprovechando esta distracción, Peter coge una piedra del suelo y va a atacar al extraño cuando una aguda voz le detiene

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Aprovechando esta distracción, Peter coge una piedra del suelo y va a atacar al extraño cuando una aguda voz le detiene.

-¡No! ¡Basta!- grita Lucy, el extraño no me quita la vista de encima y yo le respondo con una mirada desafiante.

Y para cuando nos hemos querido dar cuenta, estamos rodeados de Narnianos.

Quito la espada del cuello del extraño, que todavía blande la espada de Peter. El mayor de los Pevensie, mira a su alrededor, después me agarra y me pone detrás de él, mientras yo suelto un gruñido.

 El mayor de los Pevensie, mira a su alrededor, después me agarra y me pone detrás de él, mientras yo suelto un gruñido

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La llamada (Peter Pevensie y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora