Capítulo 1: Propósito

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De algunos sueños nace la corrupción de la ambición

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De algunos sueños nace la corrupción de la ambición.

La diosa de la muerte caminaba por los pasillos de sus ruinas que simulaban un castillo, mostrándole todo a Danara. Danara aún seguía triste, devastada y enojada; hace unas dos semanas que su mejor amigo murió y la enviaron aquí. Hela estaba ayudándola con su dolor, a transformar su tristeza en ira para hacerla más fuerte.

- Y así fue cómo el padre de todo me envió y encerró aquí como un animal. - Contó Hela con cierto enojo. Le había contado una historia diferente a Danara, no le dijo que era su tía prácticamente, si no que era alguien importante para Asgard. - Y por lo que tu me cuentas estámos igual. - Le dice y Danara la mira. - No pierdas tu tiempo llorando como si eso lo trajera de vuelta, enorgullecelo haciendo lo que el no pudo, reclama lo que mereces. - Le dijo y Danara asintió.

Danara pensaba esas palabras, ha decir verdad eran verdaderas para aplicar en su vida. Algo cambiaba en Danara, lo blanco empezaba a mancharse. La corrupción apenas comenzaba.

(Un siglo después del exilio de Danara)

En Hel sucedía una pelea a muerte o más bien un letal entrenamiento de combate entre la diosa de la muerte y la pequeña Danara. Ambas con espadas (que Hela hizo) y la agilidad y gracia en sus movimientos; no eran tan brutos y bruscos como los de los guerreros, ellas tenían la habilidad de que pareciera que danzaran en una pelea a muerte. Eran lo más divino, lo más delicado y lo más letal de los nueve reinos.

Hela era muy dura con la niña cuando de entrenar se trataba. Danara hacía todo lo posible por ebolir sus ataques, por evadir el filo de su espada. La agilidad de Hela arrebasaba por mucho la de Danara.

Danara al fin se agotó, su oponente era muy rápida para ella; sus brazos dolían por los movimientos, sus piernas y cadera parecían ya no poder más y como era predecible, Hela la derribó.

- Débil. - Comentó la mujer parándose enfrente de ella de una manera intimidante. Danara sólo se encogió y bajó la mirada. Hela la miró decepcionada. Se dió la media vuelta y se fue dejando a Danara sola y derrotada.

Danara recordó las palabras de su padre: "cuando los demás te crean vencida tu levántate y demuestra que no es así, siempre conservate en alto sobre tus enemigos" Esto hizo a Danara levantarse y tomando su espada gruñó y se abalanzó contra Hela; quien ya presentia eso, Danara era difícil de vencer y su digna oponente.

Hela volvió a pelear y Danara aplicó su más confíable técnica de agotar al enemigo, en esta la fuerza no cuenta si no inteligencia y estrategia enseñada por su padre. Hela se despreviene por los engañosos movimientos de la niña.

Esta era la oportunidad para alardear su victoria pero alardear no estaba en Danara, ella era piadosa y con la filosofía de otra oportunidad y tiró la espada al lado y le ofreció su mano en ayuda. Hela la aceptó pero en vez de apoyarse para levantarse tiró del brazo de Danara, la derribó y puso su espada rosando su garganta. Danara jadeó sorprendida y asustada.

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