Capitulo 21: Amistad

156 20 20
                                    

Steve acompañado de Danara llegó a su departamento, herido y cansado. Danara y él bajaron de la motocicleta. Steve bajó con algo de dificultad y acompañado de un leve quejido de dolor, Danara lo miró.

— ¿Estás bien, mortal?— Pregunta ella. Steve toma un poco de aire y asiente.

— Si, estoy bien.— Danara no cree en su respuesta, era obvio que él estaba herido. Había visto cómo ese hombre lo hirió a navaja.
Ella se sintió culpable, y algo mal por su estado, él había sido paciente y gentil con ella, cuando ella se portó muy exigente y algo altiva con él, lo menos que podría hacer era sanarlo drenando algo de su vitalidad para que esté sanara rápido al igual que ella.

— No, no lo estás, mortal. Entraremos a tu vivienda y ahí te sanaré.— Dice Danara ayudándolo a entrar al edificio, Steve se detiene un momento.

— Espera, el portero y algunos vecinos podrán alarmarse por mi estado, y a parte que harán preguntas y ...— Danara no lo dejó terminar y lo llevó adentro, Steve sólo se puso algo nervioso ya ahí en el recibidor pero el portero ni se percató de la presencia de ambos, se le hizo extraño, el portero siempre estaba al pendiente cuando alguien entraba.

— No nos ve ni oye, es un hechizo que mi padre me enseñó.— Responde ella su duda. — Nadie nos verá u oirá, sólo guarda silencio, así es más fácil mantener el encantamiento.— Indica y Steve asiente aún asombrado por las tantas habilidades de la joven.

Llegaron al departamento y entraron, ella ayudó a Steve a sentarse en el sofá, con cuidado y atenta a no lastimar más sus heridas las cuales se ubicaban entre hombro y clavícula, y varias en el brazo, la sangre empezaba a filtrarse en la ropa.

— Descubre tus heridas.— Pidió Danara y Steve se escandalizó un poco ya que el sigue siendo reservado cómo alguien de su época y no era muy decorosa esa propuesta. — Por las nornas, mortal. Es para curarte y con la mejor intención, de donde yo vengo es común y no es mal visto. Ustedes los mortales a veces son muy inhibidos y creen que alguien se aprovechará.— Dice algo indignada y Steve suspira.

— Está bien. — Dice el convencido y se quita la chaqueta y la camisa, quedando sólo el una playera sin mangas interior.

Danara quedó algo sorprendida ante las mortales heridas profundas que eran para que un mortal se desangrara y debilitara rápidamente, y Steve estaba  aún con fuerza y vitalidad. Pero aún así hizo lo que se propuso.

— Relájate, conecta tu mente no al dolor, si no a la sanación.— Indica ella y Steve hace caso, él empieza a ignorar el dolor. Danara se asegura que lo haga y al estar segura empieza a drenar su vitalidad a él y las heridas van sanando de inmediato. Steve ya no se siente adolorido ni cansado, se siente aún mejor, el mira a Danara y se separa al ver que la joven se nota algo mal y agotada.

— ¿Estás bien?— Pregunta algo preocupado y Danara asiente.

— Si, sólo necesito tiempo, así es esto no hay de que preocuparse. Si no es molestia ¿Puedes traerme agua y algo de comida?— Pide tranquila pero cansada, Steve asiente y se pone la camisa mientras va a la cocina.

— ¿Un exótico Sandwich estaría bien?— Pregunta Steve desde la cocina y Danara ríe ligeramente.

— Si, estaría bien.— Responde y Steve empieza a prepararlo. Danara sigue sentada en el sofá, tratando de relajarse un poco, ahora estaba algo mejor, entonces vió aquella energía dorada recorriendo el camino de sus venas, y confirme estás pasaban, se sentía mejor, su propia energía la cura. Danara tenía muchas preguntas sobre su nuevo poder, pero trató de no pensar en ello, quería estar tranquila, ya bastante tuvo con perder su espada y con la preguntas de por qué aquel ataque.

Reclamar El Glorioso Propósito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora