Capítulo 14: Escape

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Heimdall lo había visto todo,  sabía que los guerreros estaban aprisionados por una causa poco justa y sin justificación alguna de un crimen o traición mayor. 

Sabía el corazón malvado de Loki y Danara. Y no dudaba que Loki tuviera que ver con todo esto de el exilio de Thor y los Jotuns.  Algo andaba mal y él solamente era el que lo sabía y tenía que hacer algo, tenía que hacer algo por Asgard, salvarlo de un sendero oscuro que depara un mal llevado destino de su líder. No sólo salvaría Asgard sino a Loki y a Danara, era mejor que el destino les enseñara una lección a caer en lo profundo y con imposibilidades de ascender de nuevo.

El corazón de Loki no estaba en maldad pero sí en dolor, un dolor el cual hace que lo único que llene si vacío es lo que tiene ahora,  poder.  Pero en realidad a Loki no le importaba eso.

Heimdall entonces puso en marcha un plan y tenía que empezar por los guerreros que tenían la iniciativa de traer de nuevo a Thor. Pero desgraciadamente ellos yacían en el calabozo, necesitaba que alguien con un corazón dispuesto los ayudara a escapar y entonces sus ojos se centraron en alguien que por más que fuera leal al rey, siempre elegiría la bondad y justicia.

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Un guardia caminaba por los pasillos del Gran Palacio dorado, buscando a alguien, al parecer.  Entonces dando la vuelta a un pasillo encontró a quien buscaba.

— Lady Sigyn. Heimdall necesita su presencia. — Dice el guardia y Sigyn mira algo extrañada al guardia, pero asiente de todos modos. Agradece al guardia y éste se retira dejando su trabajo terminado.

Sigyn preguntándose el por qué pedía su presencia se dirigía a la salida para dirigirse al puente. 

— Arie, necesito que estés pendiente de toda conversación, ya que hay demasiados traidores aquí. — Decía Danara a su sirviente. Sigyn escuchó la voz de Danara acercándose, escuchó lo que había dicho, y se topó con ella. — Oh, Sigyn. Es bueno verte — Dice Danara con una sonrisa y Sigyn corresponde.

— También me alegra verte, Danara. —

— ¿A donde ibas? — Le pregunta con algo de curiosidad y Sigyn.

— Sinceramente, no sé, sólo sé que Heimdall me llamó. — Responde sinceramente y Danara asiente.

— Muy bien. Sigue con tu camino. Espero que podamos vernos más a menudo. — Sonríe la menor y Sigyn sonríe.

— Claro, cuando quieras. — Dice Sigyn.  — Te veo pronto. — Se despide y procede a irse. Danara sonríe y asiente, espera a que Sigyn se vaya y ve a Arie.

— Siguela. — Le dice a su sirviente de una manera seria, cambiando completamente ese tono amable y cálido de hace unos segundos. Arie frunce levemente el ceño con confusión.

Arie sabía que Sigyn era casi familia de Danara, ¿por qué ella sospecharía de alguien tan cercano a ella?

— Pero...  Es tu amiga, ella no es mala. — Cuestiona Arie y Danara lo mira con severidad.

— No me lleves la contraria, cuando te ordene algo tu hazlo. Y en esta situación nadie está libre de sospecha. — Dice Danara la cual tan altiva por el poder que ella tenía,  creía que podía mandar, humillar y hacer lo que quisiera.

Se consideraba superior, se consideraba "el futuro",  se consideraba una mujer con poder cuando apenas era una joven adolescente que no sabía el verdadero significado y responsabilidad de poder.

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