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Un nuevo día llegó y Adrien estaba en su habitación de brazos cruzados mientras Nino lo miraba con pena.

-No puedo creer que mis padres me hayan castigado, yo soy un hombre y me mando sólo.

Su amigo sonrió con burla.

-Amigo ¿por qué aún vives con tus padres?

-¿Qué no recuerdas lo que pasó cuando quise vivir sólo?

El moreno miró a la nada.

-Si, fue el incendio más grande en toda la historia de París, pero por suerte nadie salió herido ya que Ladybug y Chat noir aún estaban en servicio.

Adrien se tocó la cabeza.

-No me lo recuerdes, Ladybug me dio el coscorron más fuerte de toda mi vida.

Nino sonrió.

-Si, Alya grabo el vídeo y lo subió a internet.

El rubio se acostó en su cama rendido.

-Y yo que quería pasar mi fin de semana con Marinette y mis padres me castigan, no es justo.

El moreno lo miró pensativo.

-Oye viejo ¿te gusta Marinette?

El rubio se sentó ya muy alegré.

-No sólo me gusta, la amo. Hace dos años cometí el error de rechazarla y no hubo un sólo día en que no me hubiese arrepentido.

Nino se sentó a su lado y lo miró con seriedad.

-¿Por qué la rechazaste si tú en aquel tiempo me habías dicho que la amabas?

El chico miró a otro lado y apretó sus puños.

-Tenía miedo de arruinarlo con ella y luego de que se fue... me di cuenta de que perdí la mejor oportunidad de mi vida.

El moreno sonrió con malicia.

-Bueno, ya que hoy al bebito le castigaron sus padres no podrá hacer nada para que Luka no dé algún pasó con Marinette.

Adrien se paró enojado.

-¡¿Qué?!

Se dirigió hacía la ventana y su amigo amplio su sonrisa.

-¿Saltaras por la ventana e ignoraras tu castigo? Pero que rebelde nos salió el nene.

Continuará...

Ganandome tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora