4. Lirios blancos

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  Iris germánica = la elevación o gracia del espíritu.

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"Cuanta cantidad de gente. El tipo era famoso o que." Pensó Magnus cuando se acerco a dejar el quinto bouquet junto al féretro. Los arreglos ornamentales eran una locura, la gente los miraba y lo miraba a él, obviamente aprovecho a dejar tarjetas, muchos tenían pinta de que estaban a punto de morirse.

Tal vez Sonia y Alec tenían razón. Tenía un problema humanístico. No era apático era simplemente... ¿Desubicado?

- ¿Estás dando tarjetas de tu florería? - Dijo un chico de no más de 15 años, era muy parecido al cadáver, tal vez era el hermano de Alec.

- Ellos preguntaron. Perdón si parece impertinente.

- No, es entendible. Entiendo los negocios, mi padre me enseño de la crudeza que hay que tener. - Miro las flores y luego lo miro a el.- Mi mama me dijo que tu papa hizo las flores para mi hermana, que irónico que ahora haga su hijo las flores de mi padre.

- Isabella. - Dijo en voz alta Magnus.

- Si - Se encogió de hombros - No la conocí..

El chico se dio la vuelta y se retiro sumido en sus propios pensamientos. Dejo a Magnus hundirse en el recuerdo de Alec de pequeño, tan triste y desconsolado, enterándose a tan temprana edad lo que era la muerte.

Se alejó del lugar sumido en pensamientos de los que no estaba acostumbrado.

- ¿Te vas? - Le preguntó una voz tan agotada que hizo estremecer a Magnus ¿Qué te pasa Magnus? ¿Que es este sentimiento?

- No, solo tomaba aire, mucho olor a moco.

- ¿Que? - Alec soltó una risita, Magnus volvió a estremecerse.- Sos un tipo raro la verdad.

- Espero eso no te detenga. - Alec lo miro y no dijo nada. Sabia. Oh sí, lo sabía.- ¿Me necesitas para algo más?

- Si, que estés. ¿Podes?

- Si, claro. Me quedaré lo que necesites. Después de todo te cobre un montón por los arreglos.

- ¿Eso quiere decir que sos mi puta?

- Si eso te gusta, claro.

Ambos se quedaron mirando serios por unos segundos. Luego Alec empezó a reír, que hermosos dientes por dios.

- Perdón, no puedo imitarte. - Que hermoso que era la puta madre.

- No lo hagas. - Magnus intento seguirle la risa pero estaba desilusionado de que no hablara en serio.

- En un rato vengo...

Las horas pasaron y muy lentamente. Magnus ya no aguanto y decidió irse, después de todo, detestaba esas cosas. Tomo su auto y se dirigió al cementerio para asegurarse de que todo estuviera bien. Su trabajo ya estaba hecho.

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Eran casi las nueve de la noche y Magnus aun no cerraba, habían pasado dos días desde el velorio y no tenía noticias de Alec, probablemente no las tendría por un tiempo, había renunciado a eso. O al menos eso se decía...

- Voy a buscar el auto! - Le grito Sonia desde la puerta mientras salía.

Magnus no le contesto, estaba armando un ramo para llevárselo a la casa, tenia la mania de hacer eso con las flores que ya se estaban por marchitar. La casa siempre tendría flores.

La puerta se escucho abrir y las campanas sonaron fuerte.

- ¿Qué te pasa? ¿Te vino o que?

- Tendría que tener ovarios para eso... - Le respondió Alec.- ¿Y esas flores?

- ¿Qué haces acá tan de noche? - Magnus parecía en shock y volteo a ver si era real.

- Pase y te vi. Me dije lo saludo.

- Nadie dice eso a menos que quieras matarlo... Estabas esperando a que se fuera Sonia? - Alec se sonrojo y miro a otro lado. - Hace lo que viniste a hacer Alexander.

- La gente normal no es tan directa sabias...

- Nadie es normal, ni siquiera se sabe que es ser normal..

- Normal es la gente que tiene sentimientos y... - Magnus lo miró como si no entendiera de que hablara.- Le importan las personas y las cosas...

- A mi me importan mucho las cosas.

- Fue hermoso lo que hiciste en el cementerio, emocionó a muchos. Los lirios eran la flor favorita de mi mama... - Alec miró al piso y luego a Magnus.- Eso fue hermoso.

- Vos sos hermoso. - Magnus estaba empezando a sentir que no aguantaba más la distancia entre ellos.

- Por favor, deja de hacer eso.

- No quiero y ambos sabemos que vos tampoco queres, por eso estás acá.

- Tenes novia.. - Le reprocho.

- Vos también. - Le replicó.

- ¿Entonces?

- Entonces se vive Alexander.

Alec no parecía convencido por la respuesta y parecía hasta algo...

- Estás arrepentido de haber venido? - Le pregunto.

- No, claro que no. - Le contestó.

- ¿Entonces?

Alec tardó un minuto en contestar, como si su cerebro recién notara las cosas.

- Entonces se vive Magnus.

Le contestó un Alec con esa actitud que había provocado a Magnus a siquiera prestar atención, y el no le prestaba mucha atención a las personas.

Magnus acercó su mano y le tocó el pecho, acariciándolo hasta llegar al botón de su pantalón. Alec ni siquiera se movió, solo lo miraba.

Tiro de él lo suficiente como para soltar ese botón y Magnus mordió su labio, mirando los pálidos y gruesos labios de ese chico apuesto enfrente de él.

- Magnus.. - Susurro.

- Alexander.. - le contesto en el mismo tono mientras se arrodillaba.

- Ella va a venir... - Alec miró hacia afuera, su corazón estaba tan acelerado.

- Déjame olerte.. - le respondió, abriendo la cremallera del jean, hundiendo su nariz en el boxer donde estaba el pene duro de Alec.

- Oh dios... - Iba a morir de un infarto con lo que Magnus estaba haciendo. Sintió sus manos en su cola y la apretó, hundiendo sus dientes en la tela, podía sentirlo a través de ella, la humedad de sus besos y boca.- Magnus... - le suplicó con las rodillas temblando.

- Solo un poco... - Susurro mientras le recorría el pene que se escondía bajo las telas con su lengua, y luego se separó, volviendo a acomodarle el jean que estaba más bajo de lo normal.

- Estas loco... - Le replico Alec deseando que Sonia no existiera.

Ambos estaban de pie cuando ella entró y Alec miró el piso avergonzado.

- Ya tengo el auto...

- Genial! Vamos entonces. - le respondió Magnus.

- Buenas noches a ambos... - dijo Alec.

Se despidieron con miradas, sin nada que decir y cuando giró de nuevo para verlo tal vez una vez más, Alec ya no estaba en ese lugar.

Sintió algo raro en su corazón y cuerpo.

Sintió que quería verlo otra vez. Desnudo tal vez...



El floristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora