15. El florista ( pre guerra )

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El suave sonido del ronquido de Alec le despabilaban de sus pensamientos. Eran en intervalos de 10 minutos si, y 10 minutos no. A veces podía estar un par de horas sin hacerlo y hacerlo por unos minutos y volver al silencio. Era hermoso de ver.

Magnus no lograba conciliar el sueño a veces. No porque tuviera pesadillas, estaba acostumbrado a dormir solo seis horas desde pequeño, para el dormir mas de eso era horrible, le hacía sentir mal.

Suspiro cuando Alec volvió al silencio. Miro la habitación, había ropas en el piso y todo era un desorden, como lo eran sus vidas.

Ahora más que nunca, quería robarle todo.

Ahora mas que nunca sentía algo en su pecho.

Una necesidad inmensa de venganza.

Como si todo lo que había sido toda su vida de la nada se borrara.

Pensó en ese niño, ese de unos pocos años que había perdido a su hermanita y aguantaba el llanto en la florería de su padre. Ese niño del que él quiso ser todo tan de pequeño.

Ahora estaba en su cama. Era suyo. Su amante.

No había pensado en él en todo ese tiempo pero....

Se dio cuenta en ese momento mientras acariciaba su mejilla y este abría los ojos, mirándolo mientras sus pupilas se acostumbraron a la luz del amanecer. Su sonrisa se asomaba por la comisura de sus labios y un dulce "Buen dia" se oyó.

Se dio cuenta en ese momento que lo amaba.

Se dio cuenta en ese momento que iba a hacer todo, TODO, para robarlo.

"Buen dia" le respondió.

Y el mundo entero cambio.


El floristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora