7. Dulce hogar vacío

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Pterophyta: Los helechos en el hogar son una muy buena idea, en muchas culturas aseguran que ofrece un poder de protección tanto al propio hogar como a las personas que habitan en él.  

• • •

Frustración. Eso le ocasionaba Alec.

Habían pasado al menos unas dos semanas desde su encuentro. Desde que habían decidido entregarse a lo que sentían. En realidad no era tanto, eran apenas seis días. El problema real era que le había mandado unas flores hermosas al otro día de su primera noche juntos y Alec simplemente contestó:

" Gracias por las flores Magnus, son hermosas, como todo lo que haces."

- QUE SE SUPONE QUE HAGO CON ESTO? - Gritó mientras miraba su celular.

- Magnus? - Dijo Sonia acercándose a el. - Hay una persona que quiere verte...

- No estoy para nadie.. - Dijo dándole la espalda, mirando aun su celular.

- Si claro.. - Dijo y se dio vuelta dejando pasar a la persona. La puerta se cerro detrás de ella dejando solos a Magnus y..

- Hola. - Dijo Alec.

- Alexander! - Magnus se dio vuelta y dejo el celular, se bajo de la silla acercándose a el.- Estaba pensando en vos...

- Si? Que justo, porque venia a ver porque no me habías contestado.

- Bueno el trabajo es.. Complicado. - Señalo a varias coronas que colgaban detrás de ellos.- La gente se sigue muriendo..

- Si me imagino, lo siento. Pensé que tal vez.. No se..

- Queres ir a tomar algo? Una segunda vuelta tal vez?

- No. - Su respuesta rápida ofendió a Magnus que sonrío aunque lo había herido.- Quería.. No lo se.. - se rasco la nuca y luego rió nervioso.- Pensé que estabas enojado.

- Eso es imposible. - Magnus empezó a reír y se acercó a un Alec que dio varios pasos atrás hasta tocar la pared.- Jamas me enojaria con vos.. - le pasó las manos por el pecho hasta llegar a su cuello, lo atrajo y lo beso.

Se besaron por unos minutos hasta que Alec empezó a aflojar. Su cuerpo comenzó a recordar lo que se sentía estar con el, con Magnus. Ese que le había abierto la puerta a tantas sensaciones que no conocía, o tal vez si, pero tenia miedo.

- Magnus.. - susurro entre los besos.

- Perdón, tenes razón.. - Se separo posando una mano en el centro de su pecho, disfrutando como latía su corazón por un momento, acelerado por el.

- Quiero decirte algo...

- Claro Alexander. - Magnus llevo sus manos a sus bolsillos.- Que pasa?

- Mi novia esta embarazada.

- Oh.. Que gran noticia, un mini Alec.

- No lo es.. - Miro mal a Magnus.- Que hay de nosotros?

- Que hay de..? Oh.. - Magnus soltó una risita.- No me importa.

- Te importa algo?

- Me importas vos. - respondió coqueto.

- Que pasa si la tuya lo esta? Vas a seguir como si nada?

Magnus se puso serio y torció sus labios hacia un costado, luego se rió pensando en algo que iba mas allá de todo lo que estaban hablando.

- No puedo tener hijos.

- Oh.. Lo siento.. - Alec miro a todos lados, sin saber que decir.

- No es verdad, no lo sentís.

- Si lo siento, por que decís que no? - Se miraron los dos a los ojos.

- Me ofendiste.

- No quise hacerlo. Magnus...

- Arrodíllate.

- Que? No me voy a arrodillar.

- Me siento mal porque me recordaste que no puedo tener hijos. - Dijo Magnus quien empezaba a desabrocharse el pantalón.- y vos vas a tener uno hermoso seguramente..

Alec se quedo mirándolo. Porque sentía que su corazón estaba a punto de salirse. Magnus se acerco a el muy lentamente, sentía que iba a desmayarse de solo imaginarlo.

- Haces esto para que...

- Me la chupes? Si. -termino de decir la frase mientras le dejaba besos en el cuello.

- Estas enfermo.. - dijo ya perdiendo la voz, al menos la coherente.

- Y te gusta? - le susurro en el oído.

Alec no le contesto.

Apoyó sus manos en la cadera de Magnus y se dejó caer lentamente al piso, arrodillándose frente a él. Comenzó a besarle el abdomen, tenía ganas de hacerlo. Desde la primera vez que lo había visto hacía seis días.

La ropa cayó a los pies del florista y los labios no tardaron en dejar besos donde debían. Era torpe al principio pensó Magnus que le acariciaba la cabeza para calmarlo y le tiraba de los pelos diciendo suavemente, no como un reto "Los dientes"

Una vez que tomo el ritmo que correspondía Magnus lo movió apenas para que se apoyara contra la pared. Comenzando a moverse él mismo contra su boca. Alec se veía tan hermoso así, con sus manos apretándole la cola.

- No creo que dure mucho Alexander, sos tan precioso así. Voy a acabarte en la boca... - Alec lo miró mientras soltaba un jadeo, su sabor ya era delicioso.

Los movimientos se hicieron más fuertes y el joven cerró los ojos, mientras Magnus dejaba salir jadeos. Estaba curvando su espalda sobre el. Quería abrazarlo por hacerlo tan bien, quería hacerle tantas cosas.

Sonia abrió la puerta y los vio pero no hizo ningún sonido. Magnus la miro aun jadeando por como Alec lo tomaba, él ni lo había notado, el florista le tapaba los oídos con sus manos para tomarle la cabeza y así moverlo.

Magnus le sonrió y ella se retiró. No le importaba para ser sincero, muy poco, absolutamente nada. Apoyó su frente en la pared y con unos movimientos más empezó a acabar en la garganta de Alec.

Se separó, sacando su pene de la boca del empresario y se dejó caer delante de él, mirándolo a la cara. Alec se relamió los labios mirándolo a los ojos, le sonrió y Magnus se quedó tranquilo, pensó que tal vez había sido demasiado.

- Sos un loco de mierda.. - le reclamo.- Pero me gusta esto... Me gustas vos.

- Alexander... - se acercó y le beso, se besaron por un largo rato.

• • •

Alec se fue y él se quedó allí, sentado en el piso. Se llevó las manos al rostro, tenia lagrimas en sus mejillas. Le dolía tanto el pecho, no lo entendía. ¿Por que tenia tantas ganas de llorar? Como si estuviera vacío, como si algo le faltara.

Sonia escucho sus sollozos y entró a su lugar de trabajo, lo vio en el piso y sintió pena por el. Se sentó a su lado y lo abrazó, acariciándole el cabello.

- Ya pasara.. Solo.. Déjalo salir..

- No entiendo.. No se...

Magnus se dejó caer en el pecho de su mujer y ella simplemente lo sostuvo.

El floristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora