Ambos estaban sentados en el banco de una plaza, mirando a distintos lados. Alec jugaba con sus dedos, nervioso más que nada y con una duda profunda en su ser.
Magnus estaba intentando caer en cuenta de todo. Camille era la persona que mas daño le había hecho en su vida y el no dejaba que esas cosas pasaran. Estaba entre enojado y con una sed terrible que le cegaba todo.
- Magnus...
- Que? - el llamado a su nombre lo distrajo de la miseria que sentía.
- Lamento todo esto.
- No es tu culpa... En realidad, me da mucha lastima que tengas que soportar a semejante pedazo de...
- Magnus. - le interrumpió.- No es una mala persona.
- No me importa lo que pienses, yo se quien es.
- No se como.. - Alec intentaba buscar las palabras correctas para hablar.
- Ya no importa, dejemos el tema ahí.
Alec se sentó derecho mirando hacia el frente, donde un árbol parecía querer caerse por los vientos que empezaron a azotar.
- Creo que se va a largar una fuerte tormenta... - Dijo sintiendo el aire enfriarse. Miró a Magnus que parecía importarle muy poco.
- Ah... si... - susurro luego de unos minutos, mojándose sus labios con la lengua.- Vamos a un hotel.
- Que? - Alec lo miro algo sorprendido, no pensó que ese serian los planes de esa noche.
- Necesito que me cojas. - dijo entendiendo la sed.
- Magnus, no es que me niegue ni nada, pero... Por que no hablamos?
- Okay, vayamos a hablar a un hotel. - Magnus se levantó el viento le movió su saco largo, Alec lo observo y tragó en seco, para él era hermoso.- Mientras me coges podemos hablar.
• • •
Alec escondió su rostro en el cuello de su amante, sintiendo como acababa dentro de el y a su vez las manos que antes le apretaban tanto ahora comenzaban a aflojarse, dejando caricias sobre su espalda y nuca.
Pasaron unos minutos antes de que Alec rodara y se dejará caer a su costado. Estaban ambos más calmos, era como si toda la tensión se hubiera aliviado.
Magnus miraba con atención a el empresario por el espejo del techo, miraba cada detalle de su cuerpo hasta que decidió taparse con la sabana.
- Este lugar es genial. De donde lo sacaste? - Le comentó Alec agitado aun.
- Traía a mis otros amantes, me gusta este y otro que tiene jacuzzi, pero no tengo ganas de champagne. - dijo como si nada.
- Que genial... Soy uno mas... - Miro el cuerpo desnudo de Magnus recostado a su lado y lo que estaba empezando a enojarlo se le paso o al menos eso creía.
- Sabes que no lo sos... - le respondió al ver la mirada que tenía. - Queres que hablemos?
- No lo sé... No sé si querría saber... No se ni que quiero Magnus.
- Si lo sabes. Te gustaría que nada de esto estuviera pasando pero lo esta... Algo tenemos que hacer, no puede quedar esto en la nada.
- Tenes un plan o algo? - Alec lo miró raro, como si no entendiera muy bien las palabras de Magnus que parecía estar pensando en cosas que iban más allá de él.
- No tengo planes de nada Alexander... Solo se que esa hija de puta está cargando a tu hijo y que te la has estado cogiendo todo este tiempo. - Miro a otro lado, a ningún lado en especial, simplemente no quería mirarlo a él.- La fugaz idea de saberlo me hace sentir cosas que jamás pensé sentiría de una mujer.
- Magnus.. - Se apoyó en su codo y giró levemente para mirarlo, intentando leerle el rostro, ese perfecto rostro asiático que había aprendido a adorar.
- Quiero llorar.
Alec se quedó mirándolo por unos segundos. Vio cómo sus ojos se comenzaban a llenar de lágrimas. De que eran? De frustración? De dolor? De impotencia? De pérdida?
Llevó su mano restante a su pecho y lo acarició con los dedos, dejando que lentamente su palma toque donde su corazón estaba. Agacho su rostro al mismo, y apoyando su cara en el, escuchando como latía su corazón le susurro.
- Llora conmigo.
Y eso hizo.
El florista comenzó a llorar y no se detuvo por un largo rato.
Cuando lo hizo, cuando el cansancio lo traicionó, se quedó dormido al igual que su amante. Abrazados y juntos.
• • •
Alrededor de las tres de la mañana la tormenta la tormenta comenzó a azotar fuertemente, viento y lluvia con gotas que parecían enojadas chocaban contra la ventana.
La habitación era iluminada solamente por los relámpagos.
Magnus tenía los ojos abiertos y estaban llenos de algo que solo él podía entender. Alexander se despertó por los ruidos y lo miro, se apoyó en su pecho para observarlo bien.
- Está granizando? - Le pregunto. Pero Magnus no respondió.
El florista hizo un ágil movimiento dejando caer a Alec de espalda. Le comió la boca de una manera que hizo despertar al empresario como nunca. Se abrazó a él, entendiendo a donde iba a todo pero...
Dolió.
Le mordió el cuello y Alec jadeo fuerte, sintiendo como empezaba a penetrarlo sin preguntar. En qué momento se había puesto duro?
Los jadeos se hicieron audibles. El dolor se había transformado en placer, como aquella vez cuando le había hecho el amor por primera vez.
Pero algo era diferente de aquella vez, y entendió lo mucho que se había contenido. Con sus manos, el florista atrapo las de el, llevándolas por encima de su cabeza.
Los movimientos eran bruscos y profundos, llenos de deseo y... Desesperación?
Le dolía el cuello por como Magnus le estaba marcando. Sabía porque lo hacía y eso de alguna forma le hacía sentir las cosas de otra manera. Era un placer perverso que estaba disfrutando. Le encantaba esto.
Le encantaba ser el amante del florista.
{ Esto estaba hecho hace cinco días pero olvidé de poner publicar y lo cerre si mandar... quedó en draft jaja perdon :( iba a subir otro y ni estaba este...
P.S. apoyen mi nueva historia, será cero drama y puro Malec entre tierno y cómico. Cosas muy ricas y un poco de ciencia. Se llama "La casa de té" Los espero! }
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El florista
FanfictionMagnus sabe muchísimo de flores pero no tanto de humanos. Es cínico, sarcástico y se enamoro de alguien que no está disponible. Pero... Quien lo dice, tal vez pueda robarselo. Alguna vez te pusiste a pensar el significado de las flores? Cada capí...