El florista

18. Clemátide

Clematis = Estas flores cuentan con una forma de campana y son bisexuales. Además de esto se presentan en colores como el blanco y también el azul. Son enredaderas y pese a su naturaleza, no lastiman ni tapan a las demás plantas. Cuando regalamos una clematis a una persona el significado que ésta tiene es el de agrado del pensamiento del otro.

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Magnus miró sus manos, tenía las pielcitas a los costados de sus uñas todas arrancadas y estas comidas al ras. Hacía tanto tiempo que no estaba tan nervioso, le dolían los dedos de sonarlos y apretarlos contra todo lo que podía.

Respiro profundamente mirando al ramo que tenia delante de el, había alrededor de 50 flores distintas en el lugar. Ese día Sonia le había traído las nuevas de estación y había armado unos ramos espectaculares.

Tenia lastimado el labio y le dolían los dientes de haberlos apretado. Se sentía tan impotente y a la vez tenia bronca de sentirse de esa manera. El no era así, el era un tiro al aire y siempre vivaz.

- Mags.. Tenes visitas.. - Dijo Sonia con una voz que no era tan amigable.

El florista la miró sin muchas ganas pero enseguida se incorporó y automáticamente escudo cuando su novia se corrió y vio a la persona detrás de ella.

Camille.

- Hay dios que es ese olor? - Miro a Sonia y rodó los ojos.- Te podes retirar cariño...

La mujer mucho más menuda que ella apretó los labios para no reirse y miro a su novio que le miraba con una ceja levantada. Sonrió divertida y cerró la puerta, escapando ella del otro lado. Con todo gusto se iría, Quién querría ver a Camille?

- Que raro que las serpientes bajen al mundo de los vivos.

- Oh bueno, ya sabes como es esto, hay que visitar a los pobres cada tanto para ubicarlos.

- No creo que necesite ubicación de nada.

- Te estás automáticamente llamando pobre? Siempre tan estúpido.

- Siempre tan dulce y considerada.

Ambos se sonrieron con claramente un odio y resentimiento que aún permanecía pasados los años. Camille acarició los pétalos de una flor que resaltaba en el ramo frente a Magnus.

- Así que el te pidió ese ramo ridículamente perfecto para mi. - Le miro con seguridad en los ojos. Era una persona detestable, pero seguía siendo bella. - Fue un hermoso gesto, la verdad no pensé que le diera la cabeza para pensarlo por si mismo...

- Alexander puede pensar cosas que ni tenes idea.

- Si? Oh cariño - se rió internamente.- la tengo todas las noches en mi cama, créeme que sé las cosas que piensa. - Magnus miró a otro lado y tragó en seco, ni su gran genio tenía respuesta para eso.- En especial cuando te nombra en sus sueños.

- Bueno, tal vez podrás tenerlo en tu cama físicamente, pero ambos sabemos que el es mío en todos los demás aspectos.

Había dicho eso en voz alta.

Oh si lo había hecho.

- Magnus. - Camille habló con lentitud, como si sus palabras no le hirieran para nada.- Alec nunca va a ser tuyo y lo sabes perfectamente. No lo conoces como lo hago yo... Es un buen chico y no va a dejar a su hijo. - se llevó la mano a la panza.

- Crees que lo vas a tener agarrado para siempre con esto? Muchas familias se separan y crian a sus hijos por...

- No vas a ganar Magnus Bane. - le interrumpió.

- Esto no es una competencia. - le aclaro.

- Exactamente. No lo es. Y si sabes lo que te conviene y taaaaanto queres a Alec, sabes lo que te conviene hacer. - Agarro una flor y la olio.- Me llevare esto.

- No podes hacerlo.. - le quito la flor de la mano.

- No, tenes razón. Con lo solo que te vas a quedar, mejor no te saco lo poco que ya tenes...

Magnus apretó su mandíbula mirándola. Ella simplemente volteo sutilmente y caminó hasta la puerta, antes de abrirla y sin mirarlo le hablo con una total relajación.

- Creo que no hace falta aclarar que si seguís viendo al padre de mi hijo le voy a sacar todo lo que tiene y lo voy a destrozar en todo sentido. - volteo y miro a un Magnus que empezaba a sentir un dolor fuerte en su pecho.- Somos adultos, y la verdad las amenazas ya pasaron de moda.

Magnus no le respondió, solo la vio irse. Impune de todo.

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Sonia vio salir a Camille y enseguida entró apurada a la sala de armado. Magnus estaba mirando el piso. Tenía una mirada que nunca había visto y por primera vez en mucho tiempo sintió miedo.

- ¿Magnus?

- Andate.

Sonia miro todo tomando conciencia de los probables escenarios de reacción. Tomó los ramos, alejándolos de él por las dudas, Magnus ni la miro. Tomo su celular y enseguida pensó en marcar el único número que le vino a la mente. Levantó una ceja cuando vio el corazón junto a su nombre.

Una vez enviado el mensaje se quedó mirándolo, a su vez miraba hacia la tienda, esperando a que llegara, ella no podía ayudarlo ahora. Solo iba a escuchar a una sola persona...

A su Alexander.