Günter aún se resiste a creerlo, se vuelve a mirar en el espejo mientras coge una jaboneta nueva. Se frota la cara una y otra vez con la esperanza de que el dibujo comience a desaparecer, pero esa maldita cosa sigue ahí, nítida y dolorosa. Nítida porque la tinta que han usado es negra, y dolorosa porque es lo que habitualmente sucede con los tatuajes recién hechos. Al menos tiene que reconocer que el pene que cruza su cara desde el mentón hasta la frente está muy bien hecho. Podría dejarse barba para al menos tratar de disimular la parte inferior, pero el artista que lo ha dibujado en su piel ha tenido en cuenta esa característica de su anatomía, y el pelo de la barba se correspondería exactamente con el que tapiza la base del ciruelo en un hombre común.
Rudolf entra al baño. No está para como para poder reírse de Günter. Ahora es unicejo, tiene coloretes rojos como tomates maduros, y un bigote tipo Francisco de Quevedo.
Bernard y Eberhard han ido al aeropuerto a recoger a Mattias. Y eso sí que es un marrón.
Mattias sale al vestíbulo portando una pequeña bolsa de mano. Mira entre la gente y no tarda en localizar a Eberhard, a quien prácticamente no mira a la cara. A medio camino del exterior, donde Bernard espera con el Audi arrancado, pregunta:
─¿Porr qué rrazón tienes los labios pintados de rrojo, la rraya del ojo marrcada y tres lunarres en el moffletten derrecho?
Eberhard se siente profundamente avergonzado, prefiere que sea Bernard quien le informe sobre el altercado con los gitanos.
Mattias entra en el lado del copiloto. Bernard lo saluda mediante un monosílabo, sin siquiera girar la cara hacia él, pero Mattias puede verlo reflejado en el retrovisor.
─Parreses un perro.
Bernard tiene la punta de la nariz tatuada en negro. Le han depilado las cejas, y le han dibujado pelo y el perfil de un hocico, haciendo que se parezca bastante a Clemente.

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El Camaro Destartalado
General FictionEl Chevrolet Camaro acaba de llegar en el interior del contenedor de un buque mercante. El cometido, en teoría, es muy sencillo. Se coge, se entrega (si es que no se cae a trozos en la carretera), se recibe la pasta y listo. Nada más, y no se acepta...