February // one-shots de NCT

Grindr (JohnJae)

—...No te ves realmente como en la fotografía...

—Bueno, tú tampoco.

—¿Al menos tu nombre sí es Seo YoungHo?

YoungHo —o Johnny, como le ha pedido que le llame a través del pequeño chat que han compartido hace una hora atrás—, se echa a reír, y casi quiere que la tierra se lo trague. Ha sido una pésima idea.

"Deberías intentar buscarte un desahogo por Grindr, ¿no crees?"

Maldice a Yuta, su mejor amigo envuelto en una relación con otro hombre hace tantos años —con todo el sexo que eso implica— que realmente no es capaz de dimensionar las consecuencias que tienen sus consejos. Desde ser obligado a hacer un perfil con una fotografía falsa en Grindr, una aplicación para citas rápidas con hombres —"¿no querrás que alguien del trabajo descubra que eres gay y, peor, que estás desesperado por acostarte, no?" dijo Yuta, en cuanto le pidió una explicación respecto a la fotografía de otro chico que apareció en su perfil creado por él—, hasta decirle que simplemente fuera al grano con el primero que se viera interesado, sabe a la perfección que sus ideas no han sido las mejores.

Y es que Yuta es un cabeza hueca, pero de todas formas le ha hecho caso.

—Sí, me dicen Johnny. JaeHyun, ¿verdad?

Cuando JaeHyun debe mirar hacia arriba para asentir al hombre que es su cita, duda si acaso es Yuta o él mismo el más estúpido de la amistad que llevan desde el jardín de niños.

Porque no hay nada más que odie que ser más bajito que el hombre al que se va a follar.

—Sí. Pasa.

Johnny hace una pequeña reverencia antes de entrar en su hogar, sin ningún segundo de duda. Suspira. Tendría que decirle que se vaya. No luce para nada como el hombre de baja estatura que sale en su perfil.

—¿Quién era el de tu fotografía?

Se encoge de hombros ante la pregunta de Johnny. A decir verdad, no lo sabe. Es solo alguien que Yuta le obligó a colocar en vez de su verdadero rostro. No se sorprendería de enterarse que es algún conocido del japonés; estando muy al tanto de su naturaleza bromista y pesada, poner a uno de sus amigos dentro de la aplicación de citas gay sin su consentimiento es de las cosas más suaves que podría llegar a hacer solo por diversión.

Sentándose a su lado, se reclina hacia atrás y estira los brazos. Prácticamente está rodeándole la espalda. Johnny sonríe. Algo de la mueca que se asienta en sus labios gruesos logra perturbar su organismo.

Se fija en su largo cuello. Tal vez, enterrando sus dientes ahí, podrá olvidar que es más pequeño que él.

—En mi caso era una foto grupal, así que técnicamente no estaba mintiendo —enarca una ceja. No se puede llamar "grupal", la verdad; con la memoria aún fresca, evoca el rostro del dulce chico que sostiene la cámara en una selfie, y donde dos personas atrás aparecen saludando, en medio de una playa cualquiera—. Yo estaba atrás junto a TaeIl, un amigo. El que sacó la foto es Ten, mi ex.

—Ah.

Genial, piensa. Nada mejor que conversaciones de ex parejas para alegrar el ambiente.

Yuta ha tenido una pésima idea esta vez.

—Con él nos conocimos hace mucho tiempo. Mientras estábamos juntos me obligó a poner su cara allí para que nadie se me acercase, y no la he cambiado porque no he tenido tiempo, la verdad, pero-

—¿Qué te parece si dejamos a un lado las formalidades y las conversaciones cursis, e iniciamos el asunto por el cual nos juntamos?

Inspira hondo y lo atrae hacia sí, sin darle tiempo a respuesta. Si es sincero consigo mismo, tal vez debería haberle hecho caso a su organismo antes, porque las ganas que se acumulan después de medio año sin tocar a otro hombre son terribles; bullen y se revuelven en su interior, llenándolo de una incomodidad palpable que se acrecienta cuando desplaza sus manos por los pectorales de Johnny, firmes incluso debajo de la tela.