Querido Psicólogo particular;
Aquí está tu Ali de nuevo.
Han pasado varias semanas desde que Alex y yo nos ausentamos un día completo del trabajo. Recuerdo aquella jornada como la mejor, sin duda la mejor de todas las que he pasado aquí en Sevilla.
Ya quedé con Lara para contarle todo lo ocurrido con papá. Me calló la del pulpo, se enfadó bastante por no avisarla y no permitirle que se enterara de todo cuando pasó para poder acompañarle. Me perdono la vida cuando le conté que Alex me acompañó en todo momento y que además olvidé por completo decirle nada. Fue algo inesperado y una fatal noticia que me dejó bloqueada.
Con Alex todo va genial, seguimos quedando para practicar sexo, es lo que más nos gusta y es lo que hacemos cada vez que tenemos ocasión.
Sigo preocupada por él, sigue bebiendo. Sabe que me molesta, que lo detesto y que me preocupa muchísimo que lo haga, por eso la mayoría de las veces me lo oculta. Como dice mi madre cuando insisto en que no tengo nada con ningún chico aquí, "No soy tonta ni me chupo el dedo".
He querido sacarle el tema varias veces, simplemente se justifica diciendo "Me gusta tomar mis copas y no creo que con eso haga daño a nadie". Me hierve la sangre de sólo pensar que pueda volver a caer. Ya fue adicto y siento miedo.
Sinceramente no debería preocuparme tanto, pero no puedo evitarlo. No es nada mío. Ya lo dijimos aquel día en el jacuzzi. Somos adultos, compartimos sexo porque a ambos nos encanta, pero en el momento en el que alguno de los dos quiera parar, solo tenemos que parar. Ojalá que no tenga que llegar ese momento.
Mamá y Jack poco a poco van rehaciendo su vida. Se van acostumbrando a que papá falte. El socio de papá ya compró la totalidad de la empresa. A mamá no le gusta ese mundo y lo mejor para acabar con más recuerdos era eso.
¡Ultima hora! Mamá quiere salir de Madrid, quiere cambiar de aire y me confiesa que está mirando pisos por Sevilla. El dinero de la indemnización del accidente de papá quiere invertirlo y quizás asegura que sea buena idea que ella y Jack se muden aquí. Así de nuevo podríamos vivir juntos.
La idea me agrada. Mamá y Jack cerca. Los tres juntos. Menos viajes a Madrid. En definitiva me alegró el día cuando me lo confesó. Aún no había hablado con Jack, espero que no se lo tome mal y la idea de vivir de nuevo juntos le atraiga. Aunque estoy casi segura de que la idea le gustará.
Este finde he quedado con las chicas, Lara, Tamara y Elena. Necesito evadirme un poco de todo. El trabajo, Alex, Madrid y la añoranza de cada recuerdo referente a papá pueden conmigo.
Necesito salir, tomar unas copas, bailar, charlar... sí esta noche "va a arder Troya".
Bueno Psico, seguiré desahogándome ya que cuando derramo tinta sobre tus páginas noto alivio, noto desahogo.
Acabo de escribir en mi diario y ahora me siento bastante mejor que antes, mi ánimo ha subido. Las ganas de salir de fiesta con mis chicas han aumentado y decido llamar a Lara.
- Buenas preciosa mía. – Le digo con voz enérgica.
- Hola petarda. – Me responde con esa voz que me gusta tanto oír.
- ¿Cómo van los planes? ¿Dónde vamos? – Quiero saber ya que ella es la organizadora número uno.
- Pues si las señoritas gustáis, podemos repetir la última salida. ¡Fue genial! Cenita en Los Coloniales y luego... ¡A la disco! – Oigo que ríe cuando suelta la última frase.
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Querido psicologo particular...
RomanceNunca podemos saber en un determinado momento de nuestra vida lo que el destino nos depara. Y en esta historia podemos darnos cuenta de ello, desde inicio a fin. Este es el caso de Alison Jones Smith. Una chica madrileña, hija de Ingleses, recién gr...