CAPÍTULO 32

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Por primera vez estoy sentada esperando a Alex en alguna parte. Siempre, absolutamente siempre llega antes que yo a todas nuestras citas. Esta situación hace que me sienta nerviosa.

Se me acerca una camarera muy mona.

- Señorita ¿Qué desea tomar?

- Una Coca-Cola. Gracias.

- Está bien. Se marcha a la barra a pedir la el refresco y yo sigo pensando en mi cita.

Al fin lo veo a través de cristal. Entra y me busca con la mirada por todo el local. Siento como me entra calor, un calor sofocante. La camarera me atrae la Coca-Cola, y rápidamente tengo que beber para refrescar mi garganta.

Finalmente me localiza, se dirige hacia mí y me saluda. Tan guapo y espectacular como siempre. Sus ojazos hacen juego con el jersey que lleva y su pantalón vaquero marca sus esbeltas y musculosas piernas. Me quedo embobada.

- ¿Ali? Te dije hola. ¿Estás bien? – Me saca del limbo.

- Si. Buenas Alejandro. – Intento mantenerme en mi sitio y evitar confianzas.

- Ali, creo que debes de dejarte de formalismos conmigo. Te quiero y me encantas. Eres la persona que ha devuelto todo a mi vida. Eres la luz que ilumina mi camino. Eres mi energía cada mañana. Eres todo. Sé que he sido un imbécil. Sé que me he equivocado. Sé que he sido un estúpido por no valorar a la persona que tengo a mi lado. Todo eso lo sé y por eso te pido perdón. – Un silencio invade la escena.

- Alex yo... yo no sé qué decirte. Pero sí que sé que no quiero una persona a mi lado como la que vi en el hospital. Rendida, drogada y enferma. Tenía un futuro en mi cabeza junto a ti y al verte así todo se derrumbó. Lo siento. – Reconozco a lo que no estoy dispuesta a soportar.

- Ali por favor. Déjame explicarte. – Casi me suplica.

- No estoy dispuesta a escuchar escusas baratas, he venido a hablar de trabajo. ¿A caso no lo recuerdas?

- Sí. Lo recuerdo. De hecho no tienes que preocuparte por nada de eso. Eres una eficiente secretaria, una persona responsable, puntual, trabajadora y... - No termina la frase cuando sus ojos empiezan a derramar lágrimas.

- Alex, yo no quiero verte así. Lo siento. Como sé que no va a poder funcionar nada prefiero renunciar a mi puesto, despídeme o deja que yo me marche. Lo nuestro no va a funcionar y en el trabajo juntos lo vamos a pasar muy mal.

- Alison ¿Sientes algo por mí? – Y se queda callado, no puedo mentirle.

- Es por eso por lo que no quiero seguir en Jerez- Carmona. Sí siento demasiado por ti, pero estoy segura que no quiero estar con alguien como tú. Te quiero demasiado y no puedo compartir un puesto de trabajo contigo y simular que no siento nada.

- ¿Qué necesitas para tener garantía de que voy a cambiar? Quiero no ser tan débil, pero cada vez que ocurre algo me vengo abajo. Siento perderte como perdí a Diana y a Gala y ese miedo me hace ser tan cobarde y bebo y cuando bebo necesito drogarme. Ese polvo blanco, me gusta tanto. Me hace sentir tan relajado, tan yo... lo siento y te amo. No puedo justificar mas nada. –Vuelve a dejarme sin palabras, vuelvo a sentir como me derrito por él y vuelve a hacer que mi cabeza dude.

- Alex, necesitaría que cambiaran tantas cosas, necesitaría ordenar mi cabeza antes de pedirte nada a ti. No sé si quiero ni siquiera pedirte algo.

- Ali, estoy dispuesto a todo por ti. No quiero dejarte escapar. No quiero que hoy te levantes de esta silla y no volvamos a vernos. No podría soportarlo. No podría. – Sus ojos vuelven a inundarse y a brillar demasiado.

Querido psicologo particular...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora