Abrí los ojos abruptamente incorporándome sobre mis rodillas, restregué mis ojos arduamente sintiendo como ardían al contacto y observé a mi alrededor. Seguía en el baño de la habitación. Sentí la sensación de algo seco y textura dura sobre mi nariz y boca, dejándome desconcertado. Eché un vistazo a los azulejos del piso viendo como uno particularmente tenía un charco de sangre, aunque gran parte de ella ya estaba seca.
Tocando aún mi nariz me levanté a observarme al espejo. ¡Era un desastre!. Tenía sangre seca por todo mi rostro y aún estaban presentes las heridas de ayer. Abrí el grifo de la ducha y decidí internarme en ella bajo el torrente de agua casi quemándome la piel. Tomé el jabón y junto con una toalla comencé a pasármelo fuertemente por el cuerpo, dejando mi piel de un color rosado.
Suspiré.No fue real.
No lo era.Después de un rato decidí apagar la llave, tomando una toalla y envolviéndola en mi cintura decidí dirigirme hacía la habitación. Todo el cuerpo me dolía y tenía raspones y hematomas sobre todo el cuerpo.
Saqué una mudada de ropa y justo cuando comenzaba a vestirme, la puerta de mi habitación se abrió lentamente.De forma paranoica me pegue hacia la puerta del armario y sostuve la respiración al escuchar pasos lentos comenzar a entrar.
¿Hola?-. No parecía la voz de Tami... parecía la voz de un niño.
¡El niño!
Me removí de la superficie de la puerta y me mostré frente a él sosteniendo la toalla contra mi.
Hola-. Me miró instantáneamente al escuchar mi voz, aunque hubiese sido en un tono bajo. Sonrió levemente al verme y camino hacía mi cama, subiéndose en ella.
Yo-. Jugó con sus dedos mirándome tímido y movió su mano haciendo el gesto para que me acercara-. Gracias por salvarme de nuevo-. Lo miré desconcertado.
Yo... no te conozco-. Le aclaré acercándome distraídamente. Me miró por unos instantes de forma dudosa y negó suavemente.
¡Eres como un héroe!-. Gritó riéndose y saltando hacia mi envolvió su brazos sobre mi cuello y sus piernas sobre mi torso. Lo miré sorprendido y no pude evitar sonreír.- Te hice el desayuno-. Se mordió el labio levemente y se sacudió para que lo soltara. Lo miré preocupado.
¿Tú?-. Esperaba no encontrarme con algún desastre en la cocina-. ¿Por que no le dijiste a Tami?-. El me miró serio por unos momentos y se encogió de hombros.
¿Quién es Tami?-. Me tomó de la mano y comenzó a salir de la habitación caminando conmigo, solamente en ropa interior.
La chica de ayer, la que entró contigo-. Aclaré y el negó con la cabeza pasando por el pasillo.
Yo entré contigo-. Lo miré incrédulo, me detuve abruptamente y el se detuvo de igual manera mirándome expectante.
No, Tami estaba aquí, lo recuerdo... ¿o se fue antes?-. Suspiré frustrado intentando recordar las acciones de ayer.- Ella vino y...- comencé a murmurar antes de que el niño me sacara de mis pensamientos nuevamente y me empujara a la cocina.
Entré observando dos platos hondos con dos cucharas saliendo de ellos y muchas gavetas abiertas de forma desordenada. Reí suavemente.
Me encanta el cereal-. Lo miré sonriendo, hasta que recordé-. Gracias pero-. Me miró con una expresión intrigada-. Creo que debo llevarte con la policía-. Negó.
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Save
Fantasy¿Crees que todo esta perdido? Abre tus ojos Adrián. Hay un mundo afuera que desconoces. Un mundo que esta esperando que dejes tu huella. Adrián siempre ha llevado una vida convencional, convencionalmente difícil en realidad, pero siempre ha podido d...