Aeglos pasó un algodón humedecido con alcohol sobre mi frente haciendo que siseara suavemente y en mi boca se formaba un pequeño puchero. Ambos nos encontrábamos sobre el piso, uno frente a otro y Ered se encontraba descansando todavía sobre el sofá. Él rió suavemente ante mi expresión y pasó por última vez el algodón antes de tomar un pequeño sobre y comenzar a desenvolverlo. Al saber que encontraría lo mire expectante.
¿Banditas con pasteles, enserio?-. Rió sonoramente haciendo que sintiera un poco de vergüenza y un poco de diversión por lo que le di una una pequeña patada.
Estaban en rebaja y son algo lindas-. Me defendí en cuanto sentí que la colocó en mi frente para darme un pequeño golpe después.-¡auch!-. Susurré irritado y él todavía sonreía.
¿Qué tipo de pastel es, uh?-. Se burló de nuevo mientras yo rodaba los ojos y antes de que pudiese responder se levantó recogiendo todas las cosas usadas para tirarlas en la basura. Lo esperé con las brazos cruzados y en cuanto me vió volvió a reír suavemente dándole un rápido vistazo a Ered para luego detenerse un poco a verme.- ah... a veces se me olvida que solo tienes veinticuatro años-. Murmuró.
Es una buena edad-. Me quejé encogiéndome de hombros y el se acercó nuevamente.
Eres muy joven, casi un bebé entre nosotros-. Tocó un mechón de mi cabello y yo negué indignado.
No es mi culpa que sean unos fósiles-. Le sonreí para después enfocarme en su brazo y notar una pequeña herida sobre ella. Tomé su brazo y lo miré con detenimiento, sintiendo como se fruncía mi ceño.- ¿estas bien?-. El asintió felizmente.
No te preocupes dulzura-. Lo miré un poco impresionado por unos momentos sin saber que decir exactamente. El me miró picaresco antes de tomarme por la cintura y sentarme sobre su regazo mientras yo me removía, sonrojándome discretamente.- vamos, quiero verte intentando liberarte de alguien como yo-. Sonrió engreídamente.
¿De dónde viene eso de "dulzura"?-. Le pregunté, ignorando lo que había dicho después, porque ya me había rendido. Coloqué mi cabeza debajo de la suya sintiéndome repentinamente nervioso.
Ya que te gustan los pasteles, te diré dulzura-. Besó mi oreja y yo intenté relajarme ante su acción, y de alguna manera acomodarme.
Mi pastel favorito es red velvet-. Le expliqué sin razón alguna comenzando a jugar con sus dedos de forma inconsciente.- lo cual... admito si es dulce-. Reí nerviosamente.
Mhh nunca lo he probado-. Me volteé sorprendido y le di un golpe en el pecho de forma incrédula.
No puedo creerlo, ¿qué esta mal contigo?-. El me miró confundido y luego rió.
Bueno antes no existía ese pastel y últimamente no he probado nada nuevo-. Se encogió de hombros y bufó-. Lo que ustedes comen ahora no me da confianza para nada-. Negó de forma exagerada-. Más ese Red velvet del que hablas-. Me molestó tocando levemente mis costados, haciendo que me retorciera un poco debido a las cosquillas.
No hagas eso-. Reí-. El red velvet es fabuloso, algún día puedo preparar un poco para ti... si quieres-. Me sentí un poco tímido al decir eso y volví a colocar mi cabeza abajo de la suya.
¿En serio? Si es así entonces si lo probaré-. Me alentó besándome el cabello y me removí un poco.
Es raro... que hagamos esto-. Murmuré ansioso y era verdad, nunca había estado con hombres ¡jamas! Y ahora no solo estaba con uno si no que parecía que estaba con dos. En verdad estaba tratando de acostumbrarme a la idea pero habían momentos donde no sabía como reaccionar.
ESTÁS LEYENDO
Save
Fantasy¿Crees que todo esta perdido? Abre tus ojos Adrián. Hay un mundo afuera que desconoces. Un mundo que esta esperando que dejes tu huella. Adrián siempre ha llevado una vida convencional, convencionalmente difícil en realidad, pero siempre ha podido d...