Desperté en una salita, no reconocí el lugar. Estaba sola y tenía un dolor insoportable de cabeza. En eso entra una enfermera. Al verme despierta me sonríe y me dice:
-Hola, ¿Cómo se siente?... Para que no se asuste, le informo que está en la clínica porque sufrió un desmayo en la vía pública. El sr. Olivi la trajo.-
Cuando me dijo eso, la miré sorprendida y sonriente a la vez. No me lo podía creer. ¿Como que el sr. Olivi me trajo?
"Esto es un sueño" pensé. Es sólo una broma de mal gusto...
De pronto, la enfermera se va y entra él... Era él; estaba ahí conmigo, me había traído y aún no se iba. Se me acercó y al acercarse me puse nerviosisima y colorada.
-Hola, ¿Cómo te encontrás?- me preguntó con su hermoso acento argentino.
-H-hola... Estoy b-bien, gracias...- le dije temblando como pollo.
-Que bueno, me alegra que estés mejor. Por cierto, me llamo Mauro.- (como si no lo supiera).
-Lo sé.- le dije sonriendo. -Em... Quería pedirle disculpas por hacerle pasar este mal rato.-
-No te preocupés, lo que importa aquí es que vos estas bien... Ah y porfavor llámame Mauro, que no me gusta que me traten de usted, me hacés sentir un viejo.- me dijo con una sonrisa hermosa.
Después nos pusimos a conversar un buen rato. Me contó de lo que hacía en el equipo y también de su pequeño hijo, Benjamín. Menos mal que no mencionó a su actual novia Dagmar, porque me cae demasiado mal. No es porque sea su novia, sí no que es porque le hizo algo muy feo a Mauro.
Estábamos de lo mejor conversando, cuando entra mi mamá.
Mi madre es una mujer de 36 años. Es la mejor madre del mundo y se sacrifica harto por nosotros. Somos tres hermanos en total. Uno de 12 años, mi hermanita de 4 y yo.Volviendo al tema, cuando mi mamá me vio, corrió hacia mi, me abrazó y me dio un millón de besos (literalmente hablando). Luego, saludó a mi acompañante con una cara tan chistosa que no pude aguantarme la risa.
-Hola señora.- la saludó él.
-Hola, soy la madre de esta niña. Mi nombre es Melissa.- le respondió mi madre.
-Mamá, él es Mauro Olivi. Ya debes conocerlo, ¿no?- le dije.
-Por supuesto.- y mirándolo le dijo. -Mi hija es una fanática suya... Ufff sí supiera... Nos tiene aburridos en la casa donde habla tanto de usted...-
Mauro me miró y sonrió, haciendo que me pusiera roja de vergüenza.
-¿Eso es verdad? ¿Porqué no lo mencionaste?-
-S-sí... Es verdad... Desde que llegaste al equipo no he dejado de seguirte. Hablo de ti a cada rato y no puedo sacarte de mi cabeza. Sí quieres vas a mi casa y ves todo lo que tengo de ti.- ahí, me miró sorprendido por mi osadía a invitarle a mi casa sin siquiera preguntar por último. -Disculpa. Es que a veces no mido lo que digo. Aparte que me parece imposible que esto me haya pasado. Estar contigo ya es imposible.- le dije avergonzada.
-Tranquila. Sí me lo decís... Iré a visitarte a tu casa.-
Apenas me dijo eso, me puse feliz... Me puse de pie y lo abracé y él, para mi sorpresa, me devolvió el abrazo. ¡Estaba tan feliz que no quería que se acabara ese momento!
Hola... Soy nueva en esto, por así decirlo. Espero que les guste mucho mi novela... Voten y Comenten... Saludos... :)

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Mi verdadero platónico
FanfictionEstá es la historia de una típica adolescente que pasa por ese período dónde se enamora de alguien imposible! Pero la suerte de ella puede cambiar con tan sólo doblar la esquina!