Capítulo 2

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Martes por la mañana

Otro día empezaba.....pero este sería diferente

Romel se levantó muy temprano, preparó el desayuno, se alistó y agarró camino a su trabajo

La mañana pasó rápida y con muchas labores, pues resulta que había un fallecido en el pueblo vecino y le tocó preparar todo para el velorio....sólo la mañana fue agotadora

Mientras se dirige al mercado para poder almorzar, se encuentra al chico que siempre lo molesta, Mario

-Miren quien viene ahí- le dice el joven de estatura mucho mayor que la de él, a los amigos que se encuentran a su alrededor -es el huérfano del pueblo- y tenía razón, pues Romel era el único chico sin madre en el pueblo

-Por favor, hoy no- le suplicó ya sabiendo que era lo que Mario y sus amigos le hacían

-Como que no, recuerda que hoy te toca lo bueno- le soltó Mario con gran odio que le tenía. Pues resulta que Romel obtuvo el trabajo que él siempre había querido

-Hoy no, por favor Mario, por favor- seguía suplicando pero nada cambiaría por que siempre le tocaba lo "bueno" que Mario y sus amigos le daban

-¡Cállate imbécil!- y sin más que decir se abalanzó sobre el pobre chico dándole un puñetazo en el lado derecho de su rostro que terminó mandandolo directo al suelo -¡esto te pasa por ser un aborto de mierda!- le gritaba Mario mientras él y los demás le propinaba patadas en las costillas, cabeza y piernas

Y ahí estaba Romel tirado en la calle cubriendose la cabeza de las grandes patadas que le daban los brabucones. Sabía que si no hacia nada, ellos se cansarian y se irían, claro, dejándolo con grandes dolores en su cuerpo. Ni siquiera se había recuperado de la paliza pasada, pero ya debería de acostumbrarse, así sería su vida siempre

-Bien, es todo por hoy- le dijo Mario a los otros para que se detuvieran -vámonos  antes de que este huérfano empiece a llorar. Y recuerda que aquí estaremos el otro martes- le dijo el chico mayor, ya satisfecho

Y antes de irse le escupió el cuerpo de Romel que seguía cubriendose.
Cuando se fueron los estúpidos brabucones se logró levantar con mucho malestar. Le dolía todo, pero que podía hacer él contra los 5 chicos mayores? Simplemente nada

No quería llorar, por que según su papá, no era de hombres llorar y él no tenía por que hacerlo.
Ya no le quedaba tiempo para ir a comer, así que mejor se regresó a la Funeraria para que por fin terminará ese día

Tan pronto como llegó, el señor Fidel, lo mandó a limpiar el polvo de los ataúdes de la bodega. Ni siquiera se pausó en ver como llegó su sobrino todo golpeado. A él sólo le importaba el dinero

Romel con todo el dolor que sentía se dispuso a limpiar cada uno de los viejos ataúdes, sino ya sabía que su tío no le pagaría el día sin importar cuanto haya trabajado

Terminó muy tarde, tenía tanta hambre, sólo se acariciaba su estómago para así tal ves callar sus tripas que insistían en molestarlo

Para colmo, el señor Fidel sólo le pagó la mitad, sin siquiera ver todo lo que el muchacho había hecho durante todo el día y nada más por que llegó tarde luego del almuerzo. Sin duda era otro triste martes

Se fue sin decir nada, por que nada ganaba con reclamar. Y como siempre, ahí estaba su papá, pero se veía más borracho que ayer

Se acercó y pudo notar que tenía una cortadura en la ceja izquierda, al parecer no fue el único que tuvo un día malo

A como pudo, y esta vez sólo, logró levantarlo y ponerse en camino hacia la casa. Claramente no iba ser una tarea fácil, pero aún así tenía que hacerlo

-¡Agh!, suéltame- se quejaba el borracho mientras iban caminando

-Tranquilo papá, ya llegamos

-Esquincle baboso, si no estuvieras aquí mi vida sería mejor- le soltaba el viejo, con puro odio. De alguna manera odiaba a su propio hijo y era por que lo culpaba de todas sus desgracias. Desde que nació Romel, su mujer no le prestaba atención y ya no lo mimaba como lo hacía tiempo atrás. Luego de la muerte de Marta, agarró aún más odio, siempre pensó que si Romel no hubiera nacido, nunca hubieran gastado en tantas cosas, como la medicina. Ya que al nacer, Romel era muy propenso a las enfermedades y fácilmente caía en fiebre, pero gracias a los medicamentos que le compraron en ese tiempo, ya no sufría mucho. Y su esposa nunca hubiera trabajado y nunca hubiera muerto

-Por favor, no me digas eso- él se sentía muy mal cuando su padre le decía cosas así

-¡Es la verdad!- hablaba el estúpido borracho -sino estuvieras tú, mi Martita seguiría conmigo- se ponía sentimental el viejo -por eso te odio y siempre lo haré- regresa esa voz con maldad

Romel no contestó más por que sabía que era inútil seguir con tanta discusión que lo podría dejar llorando y no quería hacer eso

Con cuidado dejó al borracho en la cama de su cuarto y decidió bañarse rápido para preparar la cena

Al salir del baño escuchó como su papá pedía ya la cena, así que se fue a la cocina y su sorpresa fue que NO TENIAN COMIDA. Se le había olvidado que no pudo ir al mercado por el tonto de Mario y sus amigos y ahora no tenía que comer......El día malo aún no terminaba 

~~~~~😝

-Keiry

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