Capítulo 6

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Una semana había pasado desde que conoció a Jaime. Una semana en donde había recibido no una, sino varias palizas por parte de su padre. Sólo por simples cosas como no llevarle de cenar y haber quebrado un plato. Sólo por pequeñas cosas de la cual sacaba provecho y era una excusa para poder golpearlo

Mario no se había quedado atrás. El mismo martes, como siempre, le dio su "merecido" a tal modo de dejarlo sin almorzar ni cenar....Otra paliza a favor de Walter

En todos esos días no había escrito en su diario, ya que no le apetecía hacerlo, se sentía impotente, pero que más da, ya se debería acostumbrar a esa vida

Tampoco había podido acercarse a Jaime. Éste era muy reservado,muy pocas veces se saludaban. Pero él quería hablarle, no sólo por que era el único con su misma edad en aquel local, sino por que necesitaba un amigo, necesitaba escuchar y ser escuchado. Sentía esa necesidad

Por eso mismo no se iba a rendir en lograr que ambos se hagan muy buenos amigos

Había descansado el domingo, pues ese dia no se abría la Fune. Y lo había aprovechado para traer más agua, ordenar su casa y comprar víveres simples por alguna emergencia

En esos días claramente su padre se había emborrachado y al parecer cada vez era peor. Llegaba más borracho a tal grado de no poder mover ni un sólo músculo por su cuenta, cosa que a Romel le tocaba más trabajo

Ahora se encontraba sacudiendo los ataúdes en el salón de ventas, de los cuales se preguntaba por que hacia todo aquello, puesto que no siempre morían personas de ese pueblo o del vecino. Pero a Don Fidel le gustaba así y así lo iba hacer

De reojo vió como Jaime entró en la sala donde se encontraban las cajas de muerto a la venta y donde él estaba casi por el rincón derecho

Jaime llevaba una escoba la cual ocuparía para barrer y luego trapear esa zona de venta. Él también había visto a Romel, pero le apenaba hablar con cualquiera

Romel observaba cada movimiento del chico mientras pasaba la escoba de un lado a otro por aquel gran salón. También observó que éste ponía caras de dolor por cada paso que daba. Inconscientemente observó las piernas del muchacho y justamente ahí en su pierna izquierda vió un moretón, parecía reciente, ya que él sabía de esas cosas. Podrá ser que él también sea maltratado?, posiblemente, así que Romel iba a conseguir charlar para calmar sus dudas y posiblemente lograr que el chico se desahogue. Por eso no perdió más tiempo y se acercó hasta Jaime

-Hola- saludó después de haberse acercado hasta donde estaba el menor y haber dejado el trapo con el que limpiaba por el camino

Éste sólo levantó la vista hasta sus ojos pero rápidamente la volvió a bajar

Tomando eso como saludo, Romel volvió a hablar. No se iba a rendir tan pronto

-Bueno- se recostó en un ataúd a su lado mientras el chico seguía barriendo -me preguntaba si querías hablar conmigo , si podríamos conocernos más- continuo -tal vez y con suerte nos hacemos amigos- le propuso mostrándole una gran sonrisa

Jaime tras escuchar lo último se detuvo un instante pensando las cosas. Por la cabeza de Romel pasaban las posibles respuestas mientras veía como el menor se giraba para poder mirarlo. Justamente cuando sus miradas se cruzaron pudo ver otro morete en el ojo derecho, éste también parecía reciente pero rápidamente voltió a ver su otro ojo para que el chico no pensara mal

Se miraban en silencio y a Romel le incomodaba ya que se sentía estúpido al no poder hablar más, pero entonces el muchachito habló

-Creo que ya te diste cuenta de mi situación- habló refiriéndose a los golpes que había notado como Romel los había visto -y no quiero que te acerques a mí por lástima- le soltó y en ese momento Romel se sentía apenado, no quería que pasara aquello por que no era por los golpes por lo cual se encontraba ahí, sino por que quería una amistad con él. O al menos con eso se excusaba

-No, yo no me acerqué por eso, yo vine por que.....- pero en ese momento lo cortó

-Por que querías saber cual es la causa de mi estado- terminó éste asombrado a Romel -me parece muy bueno de tu parte- continuó -pero no quiero pasar lástima, quiero que se acerquen por su voluntad no por que lleve golpes- el chico parecía triste -se que me he visto tímido pero la verdad es que no lo soy, soy muy sociable, pero no quería hacerlo en estas condiciones- habló y se señaló con su mano libre los golpes en su pierna y en su ojo

-Yo....yo quiero ser tu amigo- le devolvió -no me importa cuanto me cueste

-Sigue intentando- habló el chico de tez morena como la de la mayoría en ese pueblo -pero no prometo nada- finalizó y seguidamente volvió a lo que estaba haciendo antes de que Romel lo interrumpiera

Éste se sintió mal, pero sabía que no acabaría ahí, por eso se regresó al rincón de donde había salido y terminó lo que estaba haciendo

El día pasó rápido llegando ya la hora de la paga. Se encontraba afuera del despacho de su tío esperando a que saliera el señor alto que había llegado antes a cobrar su día de trabajo

No se había vuelto a hablar con Jaime, pero eso no le importaba. En lo que pensaba era en los moretes que le había visto. Viendo salir al señor alto, salió de sus pensamientos para entrar seguidamente a la oficina de Don Fidel

-Buenas Don- saludó con formalidad ya que a el señor no le gustaba mezclar el trabajo con la familia y por tal motivo no quería que lo involucraran con tal chico huérfano del pueblo -vengo por lo de hoy

-Bien, ya te lo doy- respondió éste sin siquiera apartar la vista de su ordenador

Lo cierto era que el dueño de la gran Funeraria tenía mucho dinero, que incluso podría pagar el estudio de Romel, pero es tan egoísta el viejo que no lo hace, ni aunque se lo haya prometido a su hermana como último deseo. Aún recordaba lo que le dijo antes de morir

-Hazte cargo de él - dijo la mujer moribunda refiriéndose al pequeño y único hijo que dejaba, mientras estaba recostada en aquella vieja cama de hospital

-Yo me haré cargo de todo- le dijo Fidel con tal de que su hermana se fuera tranquila, mientras le agarraba la mano para darle más conformidad

-Por favor hazlo- habló mientras se sostenía con fuerza de la mano de su hermano

-Bien, aquí tienes- le entregó 5 billetes que eran los correspondientes de cada día de largo trabajo

-Gracias- tomando los billetes se aproximó a la puerta, pero antes de hacerlo quería salir de una duda -sabe usted si a Jaime lo maltratan en su casa?- se atrevió a preguntar luego de haberse acercado de nuevo al escritorio

-Como te pones a pensar que yo sé de esas cosas- le regresó el señor canoso frente a él -mejor vete chico y no te metas en problemas- lo advirtió y sin más salió de ahí

Mientras llegaba a la salida del local, se preguntaba como no había preguntado de que agresiones hablaba, simplemente se había molestado y se le notaba falsedad en la voz

El señor Fidel sabía la razón de las agresiones de Jaime, pero por alguna razón no quería que nadie se enterase de ello...

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-Keiry

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