Capítulo 10

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Nada más Pedro aparcó el carro junto a la acera en frente de la Funeraria de Don Fidel, todos bajaron. La Fune estaba cerrada por que ya a esa hora no había ninguno de los trabajadores que habían quedado. Llegaron ya siendo las siete de la noche, todo estaba iluminado sólo por la luna que ya se asomaba junto a muchas estrellas. Los locales cercanos ya habían cerrado y por tal motivo estaba sola la calle adoquinada

-Vamos muchachos- les llamó Fidel para que entraran con él a la Fune y así poderles pagar ese día de trabajo

Los tres empleados entraron en silencio al local mientras el dueño encendía la luz del salón de ventas y rápidamente caminaba hacia el despacho, mientras éstos lo seguían

Nada más llegar a la parte trasera donde se encontraba el despacho pudo notar una figura grande que se acercaba a ellos

-Buenas noches- saludó el hombre de mayor edad ya estando cerca de ellos. Él era el que cubría turno por las noches para cuidar del local

-Buenas noches Don Lorenzo- devolvió el saludo Fidel seguidamente por los mozos con un "buenas" de parte de cada uno hacia el guardia

Sin nada más entró al despacho, se dirigió al escritorio que tenía frente a la puerta y los trabajadores permanecían en silencio en el marco de ésta. Debían esperar a que el señor los llamara para entregarles el pisto. El primero en ser llamado fue Pedro, seguido de Romel y por último Jaime. Ya todos con sus $6 y un gracias de parte de Fidel, se despidieron de él saliendo hacia la calle donde ahí se despidió Pedro de ellos y sin más se alejó

-Bueno- empezó Jaime -gracias otra vez....y nos vemos mañana- finalizó empezando a caminar en la misma dirección que él se iba

-Nos vemos- se despidió Romel sabiendo que por más que quisiera irse con él, debía ir a un encargo antes. Y así lo hizo

Sin llevar nada en sus manos, nada más el dinero de ese día, se encaminaba hacia la cantina de Don Casiano para llevarse al borracho que posiblemente estaría muy enojado. Sin llevarse las sobras que había olvidado

Faltaban unos cuantos metros más para llegar a tal lugar, pero ya visualizaba una silueta que conocía bastante bien. Las calles de ese alrededor también estaban oscuras, sólo se escuchaba la buya proveniente de la cantina y unos cuantos grillos, pero gracias a la luna podía ver figuras oscuras

Tal y como lo imaginó, ahí estaba su mediocre padre recostado en la habitual pared con una botella vacía en su mano derecha. Apestaba a un simple acercamiento, ya se imaginaba lo costoso que iba a ser llevarlo hasta la casa en esa oscura calle de tierra y más a esa hora de la noche que ya no era seguro pasearse

Como pudo lo levantó del suelo, éste al sentir que alguien lo movía abrió los ojos encontrándose al pequeño que lo sujetaba de la cintura

-Agh- gruño el viejo - sólo sos vos

Romel no contestó, sólo se dispuso a empezar su caminata. Saliendo del pueblo y la calle adoquinada, ya se encontraban en la calle de tierra de la cual se le dificultaba más caminar. Y en esos momentos volvía a pensar lo importante que sería ese medio de transporte terrestre de dos llantas

Llevaban media hora caminando, el camino estaba incluso más oscuro que del que estaba en el pueblo, sólo podían ver los árboles bajo el cielo azul oscuro repleto de estrellas y luceros. Se escuchaban los grillos y unos cuantos búhos a lo lejos. Cuando entre la maleza de un lado del camino salieron cinco hombres con mal aspecto dirigiéndose hacia ellos

Romel tenía miedo, el solo verlos acercarse cada vez más, le provocaba un mal presentimiento

-Detenéte ahí bicho- dijo uno de ellos posicionandose enfrente de ellos. Romel tragó saliva fuertemente. Tenía miedo de lo que esos tipos pudieran hacerle, por eso se detuvo

-Danos lo que tengas- dijo otro que estaba en su lado derecho. Luego vio a otro que estaba en su otro lado y los otros dos estaban atrás suyo. Los tenían acorralados

-Yo....yo sólo- comenzó Romel metiendo su mano mano libre en su bolsillo delantero sacando los $6 de ese día -tengo esto- finalizó estirando su mano con el pisto mientras que sujetaba fuerte a su borracho padre que sólo veía sin importancia toda esa escena

-Es enserio?- rió el que estaba delante de ellos luego de haber tomado lo poco que andaba el chico. -Ahora si niño- volvió hablar éste -¡dame lo que tengas!- gritó consiguiendo asustar a Romel

-Yo....sólo eso tengo- se notaba temor en su voz, quería llorar de la impotencia que sentía, pero no podía, no debía hacerlo frente a ellos

El hombre no esperó más y se acercó a él dándole un puñetazo que tanto al chico como a su padre los mandó a la tierra de la calle. Éste sintió en el ojo izquierdo un hormigueo y se sentía mareado. Hizo el amago de incorporarse pero una patada en el abdomen lo mandó de nuevo al suelo. Walter estaba recostado en la tierra, admiraba el cielo aún mareado. Pero del alcohol en su cuerpo. A él no lo habían golpeado pero si se había hecho un raspon en su codo al caer y le ardía mucho, pero aún así contemplaba la luna

Luego de esa patada se vino otra acompañada de otra. Total, cada uno ya le había dado su patada y seguían haciéndolo. Romel sólo se cubría pero era casi imposible hacerlo ya que eran cinco contra uno y se la estaba pasando peor que cuando lo golpeaba Mario y sus amigos

-Esto es para que la próxima vez no seas pende** y salgas a estas horas- hablaba el mismo hombre que tenía enfrente hace un par de minutos dándole una patada directa en su mejilla haciéndolo desmayar

Conformes ante aquello, el malviviente cogió el dinero que se había caído a la calle de tierra y les hizo una seña a su grupo para que lo dejarán en paz y seguidamente pasó por el lado de Walter sin siquiera mirarlo

Media hora después abría sus ojos poco a poco. Le dolían las costillas, su ojo, su mejilla, la cabeza. Se sentía mal, muy mareado. Viendo la luna aún iluminando se levantó quedando sentado en la tierra, vio con su ojo sano al borracho a metros de él. Se incorporó por lo que volvió a caer de tan rápido que lo había hecho. Volvió a intentar pararse, pero ésta vez más despacio. Logró a puras penas ponerse de pie y se acercó al maloliente de su padre

Con su mano se cubría su abdomen, sentía ardor en ellas puesto que de tanto haber dado vueltas en la tierra, ésta lo había raspado

-Va....vamos papá- logró decir sintiéndose débil

-Agh- se quejaba el estúpido borracho

Se acercó y le alzó el brazo en la cintura y colocó el de éste en su hombro para así volver a caminar

No podía, por más que intentará sabía que en cualquier momento iba a caer. Llevaban más de media hora caminando y ya no aguantaba. Se sentía mal por haber perdido el dinero, se sentía mal por no haberse defendido, pero se sentía más mal por la desdichada vida con la que cuenta. ¿Que nada en ésta maldita vida le puede salir bien?

Ya podía visualizar la pequeña casa de adobe y podía sentir un alivio de por fin llegar y descansar

Falataban unos metros para llegar y ya iba sacando la llave de su hogar. Apenas estar en la puerta introdujo ésta y la abrió dejándose pasar junto al borracho que decía cosas sin coherencia

Lo dejó en la cama de su cuarto y se fijo en la hora. Era basta te tarde, pero aún así debía darle de cenar al mediocre borracho

Tocándose el abdomen y su rostro se dirigió a la cocina, quería terminar esa noche de una vez por todas...

Pero no todo lo que queremos se cumple

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-Keiry

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