Mariela. Ese nombre inundaba la mente de Romel. Él no la conocía, ni tampoco sabía que tenía una prima. Ya que al ser sobrina de Fidel, posiblemente sea su prima, pero eso no lo sabe aún
-Así que quiero que ustedes se vayan conmigo en este momento- Fidel ya les había indicado a Celestino, Pedro y José lo que tenían que hacer en el local mientras él se llevaba a los otros su casa a las afueras del pueblo -vámonos- los llamó luego que éstos habían guardado sus cosas y ya estaban listos en la acera de la calle adoquinada
Sin protestar ni decir nada, lo dos menores se subieron a la parte trasera del vehículo y el mayor de ellos ya hacía en el lado del copiloto para conducir hasta la residencia del señor que llevaba a la par
El trayecto fue silencioso, al menos en la parte trasera por que adentro el señor le iba indicando a Juan que calle tomar, por que para ellos era la primera ves que visitaban dichosa casa
Veinte minutos de camino y ya habían llegado. La casa era enorme, de tres plantas, un color verde claro la adornada por fuera, tenía un pequeño camino de grama al frente de la puerta, unas ventanas muy limpias y de buen tamaño tapadas por dentro por unas cortinas. Era una casa donde podrían vivir Romel y su padre acompañando al dueño de la Fune
-Bueno muchachos- Fidel los sacaba de su asombro a cada empleado para que lo siguieran al interior de la vivienda -vamos a dentro
Se encaminaron tras de él en completo silencio, pasando por el camino de grama llegando a la puerta de madera blanca. Al abrir ésta se podía ver que el interior era completamente azul, se veía elegante. Frente a ellos estaban las gradas en forma de Y que conducían a la segunda planta. A su lado derecho se veía la sala con sillones color negro teniendo en frente un plasma con bocinas a cada lado. En el lado izquierdo había un pequeño y amplio pasillo que daba a la cocina. En las paredes azules habían cuadros de cualquier pintura, se veían que eran de artistas famosos. Romel no sabía de eso, así que lo ignoraba. Detrás de las gradas habían dos puertas, una que daba al jardín trasero y la otra al despacho del señor
Romel no entendía como alguien podía vivir en una gran casa completamente solo. Y como no podía contratar personal para que se encargara de ella. Simplemente ese señor era muy tacaño
-Romel quiero que tomes una escoba que está en un cuarto de la cocina- le indicaba Fidel señalandole el pasillo que daba a ésta -y te pongas a barrer cada rincón de este lugar- ahora señalaba todo a su alrededor
-Esta bien señor- Romel iba de camino hacia la cocina mientras Fidel les indicaba otra cosa a los otros. Ésta era del mismo tono azul y tenía los estantes de madera roble al igual que los cajones de la parte debajo de ellos. El piso era de cerámica blanca y estaban los muebles correspondientes de una cocina
Se dirigió a una puerta blanca a la par del horno y de adentro sacó la escoba con una pequeña pala. Esa le serviría para recoger la basura
Cerrando la puerta de la cocina ya se hacia cruzando el pequeño pasillo para luego llegar al salón otra vez. Ahí estaba Fidel de pie frente a las gradas, estaba solo y veía hacia la nada
-Por donde empiezo primero?- preguntó Romel cuando ya estaba al lado de señor, sacándolo de sus pensamientos
-Por la sala- le Índico sin mirarlo y apuntando hacía el lado derecho
Respondiendo con un asentimiento, que fue desapercibido para el señor, caminaba hacía la sala. Justo en el rincón más cercano al plasma, empezó barriendo, habiendo dejado la pequeña pala en el suelo al lado de uno de los tres sillones de cuero negro
Sólo la sala le había costado, había mucho polvo ahí y más debajo de cada mueble. Ya había terminado y llevaba lo último que quedaba de polvo, hacia una bolsa negra que su tío le había llevado. Éste le había indicado que seguía el recibidor y seguidamente la cocina
Lo bueno es que le había tocado en la planta de abajo por que eran menos lugares, no como en la segunda y tercera que habían cinco cuartos y un baño, más un pequeño closet
Tres horas habían pasado cuando ya llevaba la gran bolsa negra con la mitad de basura llena hacia la parte delantera de la casa justamente a un contenedor de ésta
Luego de haber dejado la basura en su lugar y los materiales que había usado, ya se hacia buscando al señor Fidel en el despacho para informarle que ya había acabado con su labor. Al entrar, luego de un"pase", se encontró con Jaime, al perecer ya había terminado también
-Señor- se acercó al escritorio y al lado de Jaime -ya he terminado
-Muy bien muchacho- habló Fidel dejando de lado al menor de ellos -lo que quiero que ambos hagan ahora- los señaló con su dedo índice -es que poden el jardín y luego ya se pueden ir- informó mientras se recostaba en su silla giratoria
-Esta bien- contestaron al unísono
Mientras salían, luego de haber obtenido instrucciones, se toparon en la puerta con Juan que iba a entrar al despacho a informar que ya había terminado también. Si decir nada, sólo un cruce de miradas, los menores siguieron su camino hacia la parte trasera de la casa
Al estar fuera se toparon con una piscina de gran tamaño y un césped crecido a su alrededor, tenían que encontrar el cobertizo y justamente estaba al final del jardín. Jaime fue el primero en tomar camino mientras que Romel lo seguía de cerca
Luego de haber sacado cada quien una apodadora, ya estaban a cada lado haciendo el último trabajo del día, que ya pasaba de la hora del almuerzo y no habían comido absolutamente nada
Dos horas después ya habían terminado y ya estaban frente al escritorio del dueño de la gran casa esperando su paga. Los menores no se habían hablado en todo ese tiempo y les resultaba incómodo estar en el mismo lugar
-Muy bien jóvenes, han hecho un buen trabajo- les daba a cada uno $10
Romel al ver el dinero supo que lo primero que iba hacer al llegar al pueblo era comprar comida si no quería que Walter se molestara por no tener una buena cena esa noche
-Gracias señor- dijo Romel. -¿Ya me puedo ir?
-Claro que si- le señaló la puerta al frente de él y atrás de Romel -Pero vos tenes que quedarte Jaime- ahora miraba al menor que tenía el dinero en sus manos mientras veía la cerámica bajo sus tenis. No contestó nada
-Bueno, adiós- se despidió Romel, sin siquiera preguntarse por que se debía quedar Jaime
Saliendo del despacho, caminaba hacia la puerta, ya era tarde y debía ir a alguna tienda abierta y comprar algo para preparar esa noche. Sin darse cuenta al abrir la puerta, chocó con una persona
-¿Que te pasa idiota, no ves o que?- le preguntó una señorita no más de un 1.65, cabello oscuro y corto, ojos café, medio rellenita,vestida elegantemente, y con un ceño fruncido en su cara esperando respuestas. Parecía ser la sobrina de Don Fidel que empezaría a vivir en esa casa
Y empezaría la pesadilla de Romel
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-Keiry
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Romel
RandomRomel es un chico de 15 años de edad que se gana la vida ayudando en la única funeraria de su pueblo, siendo sobrino del dueño pero tratado como otro empleado La vida no lo ha tratado bien empezando con dejarlo huérfano de parte de su madre, quien...